Lola acabó, con sus 61 años, estudiando Humanidades en la Universidad porque su cuñado, profesor de Química de la UAH, le alertó de que empezaban las inscripciones. Prejubilada, decidió que era el momento de emplear su tiempo libre en hacer otras cosas y ahora, estudia y va a clases de natación. Todo un espíritu joven.
Mariano tomó la iniciativa antes que su mujer y por eso, él pudo apuntarse y su esposa se quedó en lista de espera para la Universidad de Mayores. Mariano cursa 1º de Humanidades y nada más salir de clase, se va corriendo a la optativa en Caracciolos. No duda en animar a todo el que quiera apuntarse, "aunque no sepan nada. Esto hay que aprovecharlo".
Es un optimista donde los haya. Isidro tiene muy claro que el mayor atractivo de las clases de Universidad para Mayores de 55 es la complicidad entre los compañeros y profesores. Reconoce que no es lo mismo estudiar con la presión de aprobar que asistir a clase porque uno simplemente quiere aprender. Isidro bromea en que ahora, ha dejado de ser "el burro" de la casa.
Sale de clase con entusiasmo y muy animada. Se nota que le encanta asistir. Pilar tiene 58 años y por culpa de una amiga que la "enredó", acabó apuntada a clases de Humanidades en la Universidad para Mayores: "Ahora estoy encantadísima". Destaca lo bien que se lo pasan en las excursiones porque "parecemos niños pequeños, ¡Cantando y todo!"
Su pasión por saber, llevó a Roser Emo a apuntarse a los cursos de Humanidades del Programa Universidad para Mayores, hace ya tres años. Ahora Roser ya está graduada pero no piensa dejar de estudiar porque dice no lo hace por obligación “sino por el mero hecho de conocer”
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Fernando Escolano se acaba de graduar en Ciencias y ya está pensando en el curso de Ciencias Policiales que hará este verano en El Escorial “un CSI pero a la española”. Este joven de 53 años alaba el compañerismo del que ha disfrutado durante sus estudios, “aquí nadie viene a competir” y señala la mínima tasa de abandono que existe en la Universidad para Mayores.
La primera vez que José Larrosa se sentó en un pupitre fue hace tres años, cuando empezó el primer curso de Humanidades de la Universidad para Mayores. Con 69 años José se despide de sus compañeros, tras graduarse, con cierta pena pero piensa seguir manteniendo el contacto “mediante correo electrónico” y es que se ha hecho todo un experto en nuevas tecnologías.
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A Ana Calvo le da igual decir su edad. Tiene 60 años y una vitalidad que ya la quisieran muchos jóvenes. Dice que ir a la Universidad no le ha supuesto ningún esfuerzo ya que para ella ha sido “una manera de superarme a mí misma”. Ana repetiría la experiencia sin dudarlo, de hecho ya está pensando qué hacer el curso que viene.
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Gasta 90 años, camino de 91 y Julia Mencía tiene una vitalidad que ya le gustaría a muchos. Aunque no hace planes de futuro porque “la edad condiciona” decidió que quería cursar Humanidades por ser su asignatura pendiente y para saciar una curiosidad que le sigue inquietando. Con su espíritu joven, no podía ser menos, y anima a los chavales alcalaínos a que aprovechen la Universidad de Alcalá: “Es una ciudad universitaria y todo está al alcance, no hay cosa más bonita”
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Ahora que tiene un poco más de tiempo y está prejubilada no lo ha dudado ni un segundo. Lola Abenza es estudiante de primero de Humanidades. Ya hizo algo parecido a estos cursos en el Colegio de los Maristas pero vio luz verde en la UAH, y piensa seguir hasta que llegue a tercero. La cuestión como bien dice Lola es que "todo lo que no sea embotarse el cerebro, será bienvenido".
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Se ha jubilado este mismo año y ha aprovechado para volver a ir a la Universidad a estudiar "en vez de tirar piedras" bromea. A Felipe Bello le encanta la Historia y el Arte y confiesa que ya era lector de estas ramas cuando trabajaba. Su familia está muy contenta con la decisión que ha tomado de ocupar su tiempo libre en estos cursos que oferta la Universidad para mayores de 55.
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María Nieves Soria vio un programa de televisión sobre estudios universitarios para mayores y consultó la metodología. Le convenció y ahora cursa primero de Humanidades. Cuando termine los tres cursos quiere especializarse y seguir en la línea de la Historia. Nieves dice que ella está encantada con esta iniciativa y "si yo estoy encantada, mi familia también lo está".
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Llega un rato antes de que comience la clase. Eso denota su pasión por lo que está estudiando. Juan Fernández se ha matriculado en Primero de Humanidades, tras dos años queriéndolo hacer: "Ahora es cuando tengo tiempo para ir". Su hermano se lo dijo y él no se lo pensó dos veces. Ahora está encantado con el Arte, la Historia y con Internet, una herramienta que utiliza como complemento a sus asignaturas.
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Se ha apuntado a los cursos de Universidad para Mayores porque su marido se animó y ella con él, así van los dos "al cole". A María Victoria Rodríguez no le cuesta recordar lo que aprendió en el colegio sobre la Historia de España y se ríe cuando le preguntan sobre lo que opinan sus hijos a cerca de su asiustencia a la Universidad para Mayores: "Dicen que tengo mucho morro, que si quiero rejuvenecer"
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Paulino Aparicio Ortega es alcarreño de nacimiento, alumno de tercer curso de Humanidades de la Universidad para Mayores y en esta etapa de su vida, lleva ya a sus espaldas dos libros escritos y un tercero que presenta hoy en Guadalajara Los alcaldes republicanos de Guadalajara. Es curioso escucharle la frase: “nunca digo que soy escritor, sino que escribo” cuando con sus 60 años, piensa seguir devorando libros y “sacándolos hacia fuera” porque no se los puede guardar dentro.
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Rafael Peñas Herrero es licenciado en Economía. Tiene 61 años y nota bastante diferencia ahora estudiando el curso de 1º de Humanidades de la Universidad para Mayores, que cuando hizo la carrera: "Estos son unos cursos y conferencias. Difiere mucho a nivel de exámenes". Se siente realizado con los cursos porque además de refrescar conceptos, aprende otros tantos.
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"Ponerme a estudiar no me supone ningún esfuerzo y no me pierdo ninguna clase" exclama Lola Díaz de 57 años, una mujer que siempre ha querido hacer estudios universitarios y ahora está aprovechando la oportunidad. Está entusiasmada con sus profesores de 1º de Humanidades y la forma en la que dan las clases: "Si una clase me gusta, la otra más"
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A Alejandro Martínez Rodríguez siempre le han encantado los libros y siempre ha estado rodeado de ellos. Sus hijos al verle estudiar después de jubilarse piensan que "continua con su tradición personal " Hay algunos profesores que le gustan más y otros que menos, pero no hay un solo día que no asista a su clase de 3º de Humanidades.
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Manuela Pérez García tiene 65 años y vive en Camarma por lo que siempre se desplaza para poder asistir a las clases, cosa que no le importa porque viene con mucha ilusión. Anima a cualquier persona que conoce para apuntarse a los cursos: "Creo que aquí caben todas las edades. ¡De 55 en adelante!".
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“Haber retomado los estudios me aporta una satisfacción extraordinaria”, afirma Lorenzo Curriol de 62 años. Lleva cuatro años en la Universidad para Mayores y aunque no pudo terminar el Bachillerato por tener que trabajar, ahora aprovecha su jubilación para estudiar de nuevo y aprender.
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