Francisco Martínez Sevilla, es el investigador de la Universidad de Alcalá que, junto a Meritxell Arqués, Xavier Jordana y Assumpció Malgosa (Universidad Autónoma de Barcelona); José Antonio Lozano Rodríguez, Margarita Sánchez Romero y Javier Carrasco Rus (Universidad de Granada) y Kate Sharpe (Universidad de Durham en el Reino Unido) ha participado en la investigación.

‘Es un trabajo que llevamos realizando desde hace muchos años que ha comprendido el análisis de las pinturas de una forma holística. En la investigación se ha realizado un análisis del abrigo y del panel pictórico; incluyendo su morfología geológica, causante de la conservación y durabilidad de las pinturas a lo largo del tiempo, las técnicas utilizadas en la aplicación de la pintura, el contexto arqueológico regional, la atribución cronológica y la identificación del perfil biológico de los autores de las pinturas a través del análisis de paleodermatoglifos, es decir de huellas dactilares antiguas’ afirma Martínez Sevilla.

Como cuenta el investigador, ‘en este trabajo hemos realizado un estudio interdisciplinar del panel de arte esquemático del abrigo de Los Machos, situado en la vertiente este del Cerro de Jabalcón en Zújar, Granada. El arte Esquemático es uno de los tres estilos definidos para la península ibérica, junto al Levantino y el Macroesquemático, para la Prehistoria reciente. El esquematismo es un estilo pictórico que aparece en la toda la Península y que se data desde el Neolítico Antiguo a la Edad del Cobre (mediados del VI al III a.C.)’.

Este caso supone la primera aplicación del estudio de paleodermatoglifos al arte rupestre, demostrando el potencial de esta técnica para los estudios de arte prehistórico. Los paleodermatoglifos son huellas dactilares que se encuentran en contextos arqueológicos, son impresiones de piel antiguas hechas accidentalmente o incluso voluntariamente que dejan la huella de su autor y se pueden encontrar en diferentes materiales, como en las paredes de cuevas prehistóricas como el abrigo de Los Machos o en superficies cerámicas. En los casos en los que las huellas están bien conservadas, se puede identificar el sexo y la edad de sus autores a través del análisis de las crestas en las huellas, ya que existen diferencias entre sexos en el número de crestas y en la anchura: los hombres tienen crestas mayores que las mujeres. De la misma forma, hay particularidades por la edad, a pesar de que el patrón de huellas dactilares no cambia durante la vida, la distancia entre las crestas aumenta durante el crecimiento y se estabiliza en la edad adulta. Así, el estudio de las huellas dactilares arqueológicas y la comparación con huellas actuales permite definir el sexo y la edad con rangos de probabilidad.

Calco de las pinturas rupestres analizadas

En concreto, en el panel de pinturas del abrigo de Los Machos se han identificado 32 motivos pintados que probablemente se han conservado al completo. La superposición de las figuras y los diferentes colores de los pigmentos indican la presencia de dos fases de pintura que podría representar dos episodios cronológicos distintos. Como explica Francisco, ‘el análisis del ancho de los trazos nos ha permitido confirmar que el pigmento se aplicó con los dedos. Las huellas dactilares documentadas pertenecen a la fase 2, la más reciente de un pigmento ocre oscuro. La metodología aplicada a las huellas dactilares localizadas ha permitido identificar que pertenecen a huellas dactilares de dos individuos diferentes de edad y/o sexo, lo que abre nuevas perspectivas en la interpretación del arte rupestre hablando del contexto social en el que se produjo y donde destaca la participación de diferentes miembros de la comunidad. Demostrando que la representación no estaba limitada a un conjunto concreto de edad o sexo’ aunque debido a lo fragmentadas que se encuentran las huellas, no es posible identificar si estos individuos crearon otros paneles de arte.

A) Fotografía del panel de arte esquemático de Los Machos y B) Fotografía con procesamiento mediante el software ImageJ®

Unas huellas no son diferentes a las de una persona de nuestra era, de hecho, para identificar el perfil biológico se comparan los paleodermatoglifos con huellas dactilares de poblaciones actuales.

Y es que las pinturas rupestres quizás sean una de las manifestaciones simbólicas humanas con más amplia difusión en el mundo. Las investigaciones en este ámbito se han centrado en el estudio de los motivos representados, su significado, su distribución geográfica y su cronología. Quien pintó o grabó las grafías es una de las cuestiones que más interés suscita en los investigadores ya que conocer el sexo y edad de los autores de los paneles pictóricos permitiría definir en qué contexto social se realizaron, si fueron actos individuales o por parte de varios miembros de la comunidad.

Publicado en: Reportaje