La Nueva Gramática del español, una obra magna con el 'sello' de la Universidad de Alcalá

El profesor de la UAH Norberto Moreno ha formado parte del equipo que ha elaborado la II edición de esta nueva ‘Biblia del castellano’ y otras más han revisado y supervisado algunos de sus 48 capítulos: Silvia Gumiel y Pilar Pérez Ocón

El pasado 12 de junio, la Real Academia Española (RAE) presentó en Madrid la II edición de la Nueva Gramática de la Lengua Española (Espasa), una versión ampliada y revisada de la que se publicó 2009. En realidad, esta nueva edición ya la había presentado el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, con motivo del XVII Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), celebrada el pasado mes de noviembre en Quito (Ecuador), pero la RAE quiso hace un par de semanas volver a subirla a escena en Madrid.

Todo ello se ha contado ya y es conocido. Lo que, en cambio, no ha trascendido tanto es que la Universidad de Alcalá ha tenido un papel destacado en las tareas dirigidas y coordinadas, respectivamente, por los catedráticos y académicos Ignacio Bosque y Cristina Sánchez.

Para empezar, porque un profesor de la Universidad de Alcalá ha formado parte del equipo de expertos que ha recopilado la información e integrado los informes de las diferentes academias para componer la edición final. Se trata de Norberto Moreno, profesor ayudante doctor del Departamento de Filología, Comunicación y Documentación. Pero también porque otras dos profesoras de ese mismo departamento están entre los expertos que han revisado y asesorado cada uno de los 48 capítulos que componen la obra: Silvia Gumiel y Pilar Pérez Ocón.

 

TRES TOMOS Y MÁS DE 3.000 PÁGINAS

“Yo empecé trabajando como a tiempo completo en el equipo de la de la Nueva Gramática y cuando pasé de asociado a profesor ayudante doctor en la UAH se suscribió un convenio de colaboración con la RAE para poder seguir trabajando en el proyecto”, explica Moreno. Junto a él, durante la entrevista, y en el retrato que ilustra este artículo se puede observar la dimensión de la obra: tres tomos (frente a los 2 de la edición de 2009) y alrededor de 3.000 páginas que ha confeccionado directamente un equipo de 12 personas en los últimos cinco años.

Discípulo académico de Bosque, Norberto Moreno lleva años trabajando junto a él y, de hecho, ya había participado en la elaboración de la edición de 2009. “En el Congreso de la Asale de 2019 se encargó de hacer una revisión de aquella obra inicial y utilizándola como base”, explica.

Había pasado una década y los expertos echaban en falta cierto andamiaje técnico en la Nueva Gramática de la Lengua Española, que ya no era tan nueva. “Uno de los aspectos que se ha intentado mejorar es ser más explícitos en la argumentación sintáctica y también aportar bibliografía, de tal modo que la obra pueda ser consultada no solo por usuarios habituales de la lengua, sino también por expertos universitarios de todo el mundo”, expone este experto en sintaxis generativa.

Las academias se propusieron mejorar el andamiaje técnico del texto, pero ya que había que subirse a los andamios, convenía aprovechar para dar una manita de pintura. “A diferencia del léxico, la gramática no cambia, o cambia de una manera mucho más lenta y menos perceptible para los hablantes”, argumenta este profesor de la UAH. “Pero la razón fundamental para esta nueva edición no es que haya cambiado la lengua, sino que ha cambiado lo que sabemos de la lengua”, completa.

De los tres tomos, dos y medio están dedicados a la sintaxis, el conjunto de reglas que nos permite construir frases correctas en castellano, mientras que solo uno se centra en la morfología, que es la parte de la gramática que estudia la manera en que los hablantes forman las palabras.

"UNA CLARA VOLUNTAD DIDÁCTICA"

Y es en esta última donde se han podido incluir, en mayor medida, nuevos fenómenos lingüísticos relacionados con el mundo de las redes sociales, los memes y las tecnologías emergentes. El mundo en el que vivimos. “En esa parte se han recogido las nuevas construcciones que se han empezado a usar en los últimos años en determinados sectores”, concede Moreno.

En un esfuerzo para mostrar al gran público un ejemplo de en qué consisten esos cambios, Moreno alude a que se han recogido usos de los verbos copulativos como el que hacen los mexicanos, los colombianos o los venezolanos cuando dicen esta casa está linda en vez de esta casa es linda. O la manera en la que en el Caribe utilizan la expresión “ello llueve”, quizás por influencia del inglés, en lugar de la forma impersonal “llueve” que utilizaríamos en España.

En general, la Nueva Gramática de la Lengua Española tiene, según el experto de la UAH, “una clara voluntad didáctica”. Pese al carácter técnico que puedan tener muchas de las adendas que se han realizado sobre la base de 2009, el objetivo es que “los profesores de instituto tengan una obra de referencia para resolver dudas”.

Y lo cierto es que, según vaticina Moreno, “es probable que no haya una nueva gramática hasta dentro de 100 años”, así que a esta que ha contado con la colaboración de la UAH  habrá que sacarle mucho provecho durante las próximas décadas.

Publicado en: Reportaje