El profesor de la UAH ha ganado este premio por la investigación desarrollada en su tesis doctoral, que se presentó al certamen bajo el título ‘Localización e inventario de los viajes de agua de Alcalá de Henares’ y en la que analiza los ocho viajes de agua existentes en el término municipal.

Enrique Fernández Tapia.

-Profesor, ¿qué son los viajes de agua?
-Los viajes de agua o ‘qanats’ son un conjunto de minas de captación y conducciones subterráneas que canalizan el agua desde los acuíferos hasta los diferentes puntos de suministro: huertas, fuentes de pueblos y ciudades. Fueron ideadas en Oriente Medio hace miles de años, donde los también llamados ‘aflaj’ de Omán han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este sistema ha sido utilizado en muchos casos en el desierto para crear los oasis. En Alcalá de Henares he registrado ocho viajes de agua de distintas épocas que abastecían fuentes públicas, a órdenes religiosas y a algunos particulares. El primero en construirse fue el de El Chorrillo, seguramente hacia el siglo XIV. La última fuente pública abastecida de los viajes de agua fue la de El Carmen, cerrada en 1982.

-Imaginamos que está muy satisfecho por este reconocimiento que le ha hecho el Ayuntamiento de Alcalá de Henares
-La verdad, y sin quitar mérito a este reconocimiento -quede aquí mi enorme agradecimiento al jurado del premio y al Ayuntamiento de Alcalá-, de lo que estoy más contento es de haber desarrollado y terminado la tesis. Ha sido un trabajo bastante complicado ya que aborda áreas como la historia, hidrogeología, topografía, espeleología, construcción, ingeniería hidráulica,…y he tenido que aprender mucho para poder afrontar el reto.

Canalización de un viaje de agua.

-Háblenos de la tesis
-La tesis original se llama ‘Las galerías drenantes de Alcalá de Henares’ y mis directores fueron los profesores Fernando da Casa e Irene de Bustamante. Los viajes de agua están formados principalmente por unas galerías que por término medio miden 0,60x1,60 metros. Se construyen con pendiente para que el agua pueda llegar a destino por su propio peso y también, tras ser conducida mediante tuberías de barro, pueden alcanzar su punto de servicio con cierta presión. La importancia que han tenido estas infraestructuras de captación y abastecimiento de agua a lo largo de la historia hace que estén declarados Bienes de Interés Patrimonial por la ley de Patrimonio de la Comunidad Madrid y que los ayuntamientos deban incluirlos en sus catálogos de bienes protegidos.

-¿Qué novedades aporta su tesis?
-Mi investigación incluye la localización temporal y espacial de los viajes de agua y de las fuentes públicas construidas; también doy una explicación constructiva al sistema y lo relaciono con los manuales de construcción de la época, en concreto con ‘Fluencias de la Tierra’ de Teodoro Ardemans (1724), porque en realidad se trata de obras de ingeniería con cierta complejidad; he realizado asimismo un inventario de los restos arqueológicos que hay, tanto físicos -sobre el terreno-, como gráficos, en la bibliografía (fotografías, dibujos y planos). Otra aportación importante es la relación que se establece entre los viajes de agua y la fundación de la Universidad y la historia de sus edificios hasta prácticamente el siglo XX.

-Háblenos de esos viajes de agua…
-Se ha logrado averiguar que todos ellos son de época cristiana y que la captación es esa zona de contacto entre el acuífero cuaternario y el terciario. El viaje de agua de El Chorrillo, que llega al Palacio Arzobispal, es el más antiguo, del siglo XIV, y el más importante es el de Villamalea, construido en el siglo XV, que inicialmente llegaba al Colegio Santa María de Jesús (Cuarteles) y luego se extiende, gracias a la intervención del Cardenal Cisneros, a las dos primeras fuentes públicas de la ciudad ubicadas en la plaza de los Santos Niños, junto a la Magistral, y en la plaza del Mercado (actual plaza de Cervantes). En el plano que conocemos de la organización universitaria de Juan de Ovando aparece la descripción de la fuente de la plaza del Mercado como un elemento más de la planificación. Cisneros quería transformar Alcalá de Henares en una ciudad universitaria que contase con unos servicios que ahora nos parecen algo habitual, pero que entonces no lo eran, como un sistema de agua corriente en unas condiciones higiénicas apropiadas.

-El agua, profesor, vuelve a convertirse en un elemento esencial para el desarrollo
-Desde luego. En la actualidad parece necesario explicar la importancia el agua para cualquier proyecto humano: el agua proporciona vida y con eso no hay más explicación que dar, nuestros antepasados lo tenían muy claro. Fue esencial en la implantación de la ciudad universitaria de Cisneros y también lo fue en la transformación de Alcalá de Henares como ciudad militar, carcelaria y de archivos, una vez cerrada la Universidad.

 

Publicado en: Entrevista