La UAH realiza un estudio sobre las lagunas artificiales de Velilla

En las proximidades de Velilla de San Antonio y su confluencia con el río Jarama, ya en pleno Parque Regional del Sureste, se localizan 3 lagunas artificiales que han sido objeto de estudio por parte de la Cátedra de Medio Ambiente de la FGUA.

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Juan Luis Aguirre.

Tienen varios elementos comunes: son fruto de la extracción de áridos, son demasiado profundas, lo que propicia la escasez de fauna originaria y limita la atracción de aves migratorias y se encuentran en un entorno de 10 kilómetros aproximados entre el término municipal de Velilla de San Antonio –de hecho, una de ellas, la del Raso, pertenece al Ayuntamiento- y el río Jarama, lo que propicia que sean ‘vividas’ y disfrutadas por los ciudadanos. Las lagunas de El Raso, El Picón y El Soto han sido objeto de un estudio de diagnóstico y propuesta de restauración encargado por la Subdirección General de Espacios Protegidos de la Comunidad de Madrid a la Cátedra de Medio Ambiente de la FGUAH.

Juan Luis Aguirre explica que estas tres lagunas comparten un grave problema con la mayoría de las lagunas del sur de Europa y del centro y sur de España: son demasiado profundas. ‘Eso significa que en el fondo de las lagunas no hay oxígeno y, con el proceso de inversión térmica que se da, fundamentalmente en invierno, con bajas temperaturas, el agua de las profundidades asciende a la superficie y provoca la mortandad de peces por falta de oxígeno’

Este grave problema no tiene una solución sencilla, ni única. ‘Hemos realizado varias propuestas: reducir la profundidad, lo que resulta complejo y costoso, porque hay que vaciar las lagunas y reducirlas con áridos; generar oxígeno en el agua a través de difusores de oxígeno que funcionan con paneles solares o unir las lagunas y el río para que sea más fácil el intercambio de agua’, pero esta última propuesta la descarta ‘porque supondría empeorar la calidad hídrica del río Jarama, que en este momento es más óptima que la de las lagunas’.

El estudio también ha analizado la fauna y flora del entorno de las lagunas y deja en evidencia otro de los problemas comunes en lagunas profundas del sur de Europa: con el cambio climático, las aves migratorias permanecen en sus lugares y no emigran, por lo que este tipo de espacios están perdiendo capacidad de acogida. Igualmente, el hecho de que sean tan profundas hace que sean poco ‘apetecibles’ para especies en origen.

Además, la Cátedra realiza una propuesta de gestión de los espacios. En este sentido, se ha diseñado una guía, financiada con fondos propios de la Cátedra, con propuestas de sendas y caminos por los que realizar rutas, señalización de zonas de descanso y propuestas de usos de ocio y esparcimiento.

 

 

Publicado en: Reportaje