‘Es una oportunidad única hacer ciencia del más alto nivel en uno de los pocos lugares casi vírgenes que quedan en el planeta, la Antártida’
Miguel González Pleiter, investigador del grupo que lidera el catedrático Roberto Rosal del departamento de Química Analítica, Química Física e Ingeniería Química de la UAH, ha vidido el sueño de llevar a cabo una investigación sobre microplásticos en la isla Rey Jorge, en la Antártida. Hasta allá se fue siguiendo su vocación investigadora. Afirma sin dudarlo un instante: ‘Ha sido una oportunidad única hacer ciencia del más alto nivel en uno de los pocos lugares casi vírgenes que quedan en el planeta. Ver la naturaleza en estado puro con el fin de entender cómo funciona y observar de primera mano cómo la influencia antropogénica la puede alterar’.
El proyecto del grupo de investigación de Ingeniería Química y Ambiental de la UAH, que lidera Miguel Gonzalez Pleiter, está financiado por la Fundación Carolina y se enmarca dentro de una colaboración nacional con la UAM y el apoyo del Comité Polar Español y una internacional dentro del proyecto ANTARplast integrado por los doctores Franco Teixeira, Gissell Lacerot y Juan Pablo Lozoya (CURE-UdelaR, Uruguay), financiado por el Instituto Antártico Uruguayo. El objetivo es investigar el impacto de los microplásticos en estos ecosistemas. ‘Hemos estudiado si una vez los microplásticos alcanzan las aguas dulces continentales antárticas, son colonizados por bacterias, y si estas bacterias colonizadoras poseen una abundancia relativa de genes de resistencia a antibióticos mayor a la presente en las bacterias del entorno (las del agua y el sedimento de los lagos)’, asevera.
Esto podría afectar a los ciudadanos pues, como explica el investigador de la UAH, ‘podríamos estar hablando de que los microplásticos podrían ser una forma de dispersión de genes de resistencia a antibióticos. Estos genes son similares a los presentes en las bacterias multirresistentes que son un problema en el ámbito hospitalario actual’.
Diferentes estudios han demostrado la presencia real de microplásticos en la Antártida. Miguel González Pleiter ha estado acompañado por cinco investigadores uruguayos ‘han tratado de constatar su presencia en aguas dulces y estudiar alguno de los impactos que podría tener en los organismos presentes allí. Han estado estudiando si dos importantes organismos zooplanctónicos presentes en los lagos antárticos, cuando son expuestos a estos microplásticos, los ingieren, y si esa ingestión tiene como consecuencia que los genes de resistencia a antibióticos presentes en las bacterias colonizadoras de los microplásticos son transferidos al microbioma de estos organismos zooplanctónicos’.
La pregunta clave es si los microplásticos pueden alterar las cadenas alimentarias y el equilibrio en los ecosistemas acuáticos: ‘no lo sabemos. Esperemos que no, pero sin duda podrían causar algún impacto en ellos’, responde.
Pero no sólo en la Antártida se han descubierto estas partículas, también en el Ártico, como recoge la última publicación científica de Pleiter gracias a una colaboración que hicieron en 2017 junto a la Universidad Autónoma de Madrid.
Gracias a investigadores como él la ciencia avanza cada vez más. Sin duda, la curiosidad le ha llevado a vivir de primera mano durante más de un mes esta investigación en la Antártida pues, como asegura, ‘las ganas de saber que hay más allá de lo que se conoce es el motor de esta profesión vocacional’.
Publicado en: Reportaje