La Universidad de Alcalá ha celebrado su declaración como Patrimonio de la Humanidad

El pasado 2 de diciembre se cumplieron 23 años de la declaración de la Universidad de Alcalá y el casco histórico de Alcalá de Henares como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la localidad japonesa de Kioto. En su momento se desplazó hasta allí la comisión integrada por miembros del Ayuntamiento de Alcalá de Henares y de la Universidad de Alcalá, como Amparo Andreu, directora de la Oficina Tecnológica y de Equipamiento (OTEC), quien detalla cómo fue la experiencia.

'A pesar de que la Universidad y el recinto histórico de Alcalá de Henares fueron reconocidos por la UNESCO el 2 de diciembre de 1998, todavía queda trabajo por hacer para conseguir que los hechos históricos que dieron como resultado dicho reconocimiento tengan la difusión que merecen y cale hasta donde debe en la sociedad. Por ese motivo, siempre estoy encantada de volver a hablar de ello.Trabajar en la elaboración del expediente que hizo posible que se alcanzase la distinción de Patrimonio Mundial me permitió profundizar en la historia y en los motivos que hacen a nuestra Universidad y a la ciudad, únicas en el mundo. Desde entonces, no miro con los mismos ojos las dependencias del Rectorado. Me siento una privilegiada por haber podido aportar en la obtención de ese reconocimiento y de prestar servicio en una institución tan prestigiosa y con tanta historia como es la Universidad de Alcalá. Además, tuve la oportunidad de trabajar con personas también únicas, como Cristóbal Valhonrat, arquitecto municipal, director de Patrimonio Histórico y principal artífice de la coordinación y elaboración del expediente, junto con Javier Morales, Historiador del Patrimonio Nacional y miembro de ICOMOS' explica Amparo Andreu.

A iniciativa del ayuntamiento, se firmó en 1996 un convenio de colaboración con la Universidad para la elaboración del expediente. Con este paso se inició un camino que, gracias al gran equipo de profesionales que se formó y pese al escepticismo de algunos, alcanzó, y con nota, el fin que se perseguía. Así, los historiadores Luis Miguel Gutiérrez Torrecilla, Pedro M. Alonso, Manuel Casado, Francisco Moreno, José Mª Nogales, Ignacio Ruiz o la arquitecta Ana María Marín, empezaron a trabajar con el objetivo de encontrar las evidencias y la forma de exponerlas para poder alcanzar el reconocimiento. 'Para mí fue toda una recompensa y me sentí muy agradecida por el esfuerzo cuando el arquitecto Didier Repellin, evaluador de la propuesta por parte de la UNESCO, manifestó que se trataba “del mejor expediente presentado hasta hoy por una ciudad histórica para el Patrimonio Mundial”' afirma orgullosa Andreu.

Gracias al expediente, entre otras muchas cosas,se puso de manifiesto que la Universidad de Alcalá era la primera Ciudad Universitaria de la Edad Moderna,  se había constituido en un modelo que sería imitado por muchas Universidades de España y América que se fundaron al “modo de Alcalá”, que la Sociedad de Condueños había sido, Según Henry Cleere, Coordinador del Patrimonio Mundial de ICOMOS, una asociación pionera y única en occidente de responsabilidad social en la conservación de la historia y en la recuperación del Patrimonio y que la rehabilitación que se estaba realizando del patrimonio inmueble de la ciudad y la recuperación de la Universidad era un referente, como puede comprobarse con la gran cantidad de reconocimientos nacionales e internacionales, no solo del de Patrimonio Mundial.

Tener el título de la UNESCO ha aportado grandes beneficios y ha hecho que la recuperación del Patrimonio se convierta en uno de nuestros principales emblemas. Alcalá de Henares ha pasado de ser una ciudad olvidada por sus cárceles, cuarteles y conventos, a una ciudad con un prestigio reconocido por su trabajo en la recuperación del Patrimonio. Así, como asevera Amparo Andreu, 'contar con este reconocimiento no permite que podamos dormirnos en los laureles, al contrario, todavía queda mucho por hacer, no sólo en la difusión de la importancia histórica, sino que hay mucho que desenterrar y edificios importantísimos que rehabilitar. Es el caso del cuartel del Príncipe, que debe ser estudiado con detenimiento y puesto en valor de la mejor manera posible, tal y como se ha hecho con el resto de los edificios que pertenecen a nuestro esplendoroso pasado y son la base de nuestro futuro. Conocer y ser conscientes de nuestra historia y del importantísimo papel que la Universidad y la Ciudad han tenido en ella nos hace sentirnos orgullosos, pero a la vez tenemos la necesidad de ser dignos ante las generaciones pasadas que llevaron a cabo toda esta tarea y ante las generaciones futuras en cuanto que tenemos que ser capaces de transferirles todo este Patrimonio Cultural como se merecen'.

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