En esta entrevista, la investigadora de la UAH, Noelia Tejedor, autora de la tesis doctoral ‘Medicina herbal china en el contexto de la salud pública europea’, dirigida por el catedrático de la UAH Javier de Lucio, habla sobre la situación en España de los productos procedentes de la medicina herbal china.

Noelia Tejedor.

-¿Qué es la medicina herbal china?
-La medicina china tradicional se sustenta en el concepto de ‘chi’ o energía vital, entendido como el equilibrio, físico y mental, del ser humano. El ‘chi’ puede perderse por la intervención de las fuerzas opuestas del ‘yin’ (energías positivas) y del ‘yang’ (energías negativas). Según la medicina china tradicional, la enfermedad ocurre cuando se altera el flujo del chi y se produce un desequilibrio del yin y el yang. Los componentes de este tipo de medicina comprenden distintas técnicas (acupuntura, masaje, ejercicio, meditación) y también fitoterapia, que es lo que hemos investigado en la tesis.

-En el mundo occidental cada vez se utilizan más productos procedentes de la medicina herbal china
-Sí. En España no están catalogados como medicamentos, sino como ‘alimentos’, porque la Agencia Española del Medicamento no los reconoce como tales, dado que no se ajustan a la normativa exigida, y se utilizan sobre todo compuestos para el adelgazamiento y la disfunción eréctil.

-¿Podemos tomarlos con seguridad?
-Eso es muy difícil de decir. La medicina herbal china es diferente tanto en concepto como en aplicación, porque la forma de ver la enfermedad es completamente distinta. La diabetes, por poner solo un ejemplo, no tiene los mismos síntomas para un médico occidental que para un experto en medicina herbal china... Es muy difícil equiparar los medicamentos de la medicina tradicional china con los parámetros que se utilizan en Europa. Entre otras cosas porque la calidad de la investigación en China no es la más deseable, hay problemas de acceso a la información para los investigadores, las normas de buenas prácticas médicas entraron en vigor en China en 1998, muy tarde, y hay muchas publicaciones que indican que la calidad de los estudios es inferior a las publicaciones occidentales…

-Entonces, ¿qué recomienda a las personas que optan por este tipo de alternativa?
-Primero, deben ser conscientes de que estos productos no son medicamentos, aunque en los ‘prospectos’ o las etiquetas aparezcan sus cualidades terapéuticas. En España se comercializan como productos alimenticios. Por otra parte, debemos señalar que no hay estudios de prestigio que garanticen la eficacia de la medicina herbal china, aunque en este país se utiliza desde hace siglos y la tradición tiene un peso. Es una medicina muy personalizada, por lo que lo que puede ser útil para alguien puede que no lo sea tanto para otra persona. Y, finalmente, todo lo que se populariza genera vías de fraude y, al final, el que siempre pierde es el consumidor. En el peor de los casos, alguna sustancia activa de las que usan determinados productos puede ser más perjudicial que beneficiosa.

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