Manuel Franco: 'Estamos viendo unas diferencias entre dos y tres veces por clase social entre la tasa de infección y la mortalidad por el virus'
Manuel Franco Tejero, profesor de epidemiología en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y profesor invitado en la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, analiza cómo influye la desigualdad social a la hora de afrontar la crisis del coronavirus.
- ¿Afecta más o menos la pandemia del coronavirus dependiendo de la clase social?
Efectivamente, lo que estamos viendo ahora mismo en los resultados científicos y epidemiológicos, no sólo en Madrid o Barcelona, también en otros países u otras regiones, como puede ser en México, el Reino Unido o en EE.UU. , es la misma evidencia.
El virus no entiende de países ni fronteras, pero si entiende de clases sociales, de los tipos de vivienda y de hacinamiento. Entiende del tipo de trabajo que tenemos, si podemos teletrabajar o no, de movilidad en las grandes ciudades y del estado de salud basal con el que nos encuentra el contagio. Todas estas cuestiones fundamentales, son diferenciales entre unas clases sociales y otras.
Estamos viendo unas diferencias entre dos y tres veces por clase social y lugar geográfico que ocupamos en las ciudades entre la tasa de infección y la mortalidad por el virus.
Gráfico realizado por Manuel Franco, el Alumni UAH Usama Bilal y Mariana Lazo
-La desigualdad en España ya era previa a la pandemia, ¿Aumentará la situación de desigualdad? ¿La desigualdad frente al COVID19 es global?
Por desgracia, la desigualdad en España es rampante. Desde los años ochenta en el mundo vemos como las sociedades nos estamos diferenciando económicamente a niveles nunca conocidos. España, por desgracia, tiene unos niveles de desigualdad enormes ahora mismo.
Somos uno de los países más desiguales de Europa, lo cual es muy preocupante. Esa desigualdad enorme, social y económica, también se está observando en la salud. Es decir, tenemos desigualdades por esperanza de vida, desigualdades por diferentes enfermedades. Vemos, por ejemplo, que las enfermedades son las mismas entre los diferentes grupos, pero las tenemos antes unas personas que otras. Ese gradiente social es el que provoca que haya un gradiente social en la esperanza de vida enorme.
En la desigualdad frente al coronavirus actual, la gran preocupación es saber si esa desigualdad social va a aumentar o no después de que pase digamos la fase aguda de la epidemia. No sabemos aún si van a aumentar las desigualdades sociales y, por tanto, las desigualdades en salud después de esta fase, durante la desescalada o en los próximos años de la crisis económica global que vamos a sufrir.
Ya estamos viendo en la realidad social que está ocurriendo con los servicios sociales, con los alquileres, con las hipotecas, con los ERES, con los ERTES, que está pasando con la gente que trabaja en la economía informal, que están perdiendo su poder adquisitivo. Bueno, ya lo han perdido y como estamos viendo en los medios, Cáritas está triplicando su capacidad de organizar servicios de ayuda tan aguda como es la ayuda a alimentación.
Este panorama de desigualdad, lo estamos viendo ya en nuestras ciudades. Por lo tanto, tenemos un panorama de desigualdad previa, de desigualdad frente al COVID y un problema grave de desigualdad después de esta fase aguda de infección y confinamiento.
-Medidas o mecanismos (políticos, económicos, psicosociales, ...) necesarios para solventar la crisis del COVID19 para reducir la desigualdad.
Está claro que hay medidas que son políticas, económicas, … Y hay medidas, que creo es muy importante que recordemos que son medidas que debemos tomar a nivel epidemiológico, de salud pública y de recursos sociales.
Esto es lo que estamos intentando investigar desde la Universidad de Alcalá. Si somos capaces de identificar quienes son las poblaciones más vulnerables al COVID, donde están, donde viven, donde trabajan o el grado de riesgo de desarrollar las consecuencias graves o los fallecimientos por el COVID.
Con toda esta información, seremos capaces de decidir dónde y cómo tenemos que hacer mayor hincapié en la prevención, en la protección e identificar cuáles son los barrios, los distritos, los tipos de trabajos que necesitan más atención, que necesitan más recursos, repito, tanto de protección como de prevención, como de salud pública, como recursos epidemiológicos para entender y diseñar las acciones durante la desescalada.
Por otro lado, donde se deben aplicar más recursos en términos sanitarios y de servicios sociales. Por lo tanto, entender la desigualdad tiene una razón de ser urgente y necesaria de quien es la población que necesita más, ahora mismo, más recursos que otras.
Por ejemplo, si vemos en ciudades como Madrid o Barcelona que hay distritos que hay tres o cuatro veces más infecciones, gravedad, necesidad de UCIS, de respiradores o más fallecimientos, obviamente la respuesta tiene que ser enfocada y especialmente bien dotada en esas áreas y en esas poblaciones. Porque es muy importante recordar que, en este caso, necesitamos acabar con la cadena de transmisión del COVID en toda la población.
No podemos dejar focos de población que sigan teniendo la transmisión del COVID. Esto lo estamos viendo también a nivel internacional como ha ocurrido en otros países cuando se olvidan una serie de focos o de áreas, o de poblaciones vulnerables y no se atienden, y vuelve otra ve la trasmisión del COVID. Por lo tanto, ese foco especifico donde más se necesita es, ahora mismo absolutamente, necesario.
- ¿Cómo afectará a los jóvenes la crisis del COVID19? ¿Y a los jóvenes que ya se vieron afectados por la crisis económica del 2008?
No soy un experto en juventud, economía y crisis. Los hay muy buenos en nuestra Universidad. En mi opinión, se da una situación terrible para la juventud en España. Los jóvenes han pasado en las últimas décadas a ser uno de los estratos de la población más damnificados por la crisis económica del 2008. Ahora mismo, pueden sufrir unas consecuencias similares con la crisis del coronavirus. Ya vemos que están sufriendo estas dos crisis. Esto tiene que ver, de manera muy especial, con la formación, con la llegada al mercado de trabajo, con la precariedad del mercado laboral, con la capacidad de acceso a la vivienda, con la capacidad de desarrollar una vida plena, incluida la posibilidad de tener hijos.
Ya estamos viendo como España es uno de los países, no sólo más envejecidos, sino que además tiene unas tasas de natalidad más bajas. Esto es un problema muy serio a largo plazo de este país que tenemos que ver como solventamos. Repito, no soy un experto en estos temas, pero me parece fundamental darnos cuenta de cómo va a afectar esta crisis actual a los jóvenes, Y pensando que hay jóvenes que les ha tocado ya vivir dos crisis. Es una generación doblemente damnificada.
-Aspectos positivos que se pueden extraer de la situación actual.
De esta situación actual tenemos que sacar una serie de lecturas. La importancia de la salud pública, de la protección de la salud y de la promoción de la salud a nivel global como asignatura pendiente de un país desarrollado como España. Nos acordamos de la epidemiología y la salud pública en un momento que, como es evidente, es muy necesario.
Destaco la labor de los medios de comunicación. Considero que son muy importantes en el proceso de poder identificar a las personas y poder identificar a los grupos que se dedican a la salud pública y a la epidemiología y su divulgación a la opinión pública.
Manuel Franco |
Todavía se sigue sin entender qué es la epidemiología o la salud pública y se confunde con la sanidad. La epidemiología y la salud pública se dedican, Entre otras cosa, al desarrollo de vacunas, de test, desarrollo de los sistemas sanitarios para mejorar la eficiencia, la atención primaria, los hospitales, las urgencias para hacer contención de lo que está ocurriendo. Es muy importante esa labor pedagógica de definir qué es la epidemiología, qué es la salud pública y qué son los servicios sanitarios. Ha quedado muy clara la necesidad de tener servicios de salud pública bien dotados, con profesionales bien formados que puedan entender qué ocurre con nuestra población en términos de salud, enfermedad, mortalidad, etc.
Esos servicios, necesitan a gente bien formada, bien organizada y que tenga la capacidad más alta y rápida de entender los datos a nivel local, regional, nacional e internacional. No tenemos servicios claros y bien definidos de salud pública, de epidemiología o de monitorización.
Por otro lado, me gustaría destacar que, en este momento de la pandemia, La ciencia se está viendo, como el conocimiento necesario que nos va a sacar de esta gran crisis de salud, de esta gran crisis social y económica en la que nos hemos visto metidos. Necesitamos ser muy conscientes de que las universidades, los centros de investigación, los países, necesitamos tener los mejores investigadores del mundo, poder atraerlos, poderles ofrecer estructuras donde puedan desarrollar sus trabajos. Y ese nivel científico, ese conocimiento , es fundamental para salir mejor preparados ante un problema tan grave como el que tenemos.
Por tanto, la investigación necesita un papel prioritario en nuestra sociedad, en nuestro país. No solo durante la pandemia, no solo un foco mediático. Sino también pensar que necesitamos, de verdad y a largo plazo, financiar, estructurar y mejorar el nivel de investigación mucho mayor del que tenemos. Sobre este tema, España es absolutamente deficitaria comparado con otros países de la Unión Europea y es muy claro que deberíamos tener un sistema científico y de financiación científica que funcione mucho mejor que el que tenemos ahora mismo.
Por último, creo que otra enseñanza de esta situación es como nos debemos organizar política, social y administrativamente ante un problema así.
Publicado en: Entrevista