En verano: ¿Las mujeres de la Prehistoria cazaban?
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Pues parece ser que sí, ya que recientemente se han descubierto los restos en los Andes de una mujer joven prehistórica que fue enterrada con sus útiles de caza, algo particular teniendo en cuenta que hasta hace poco se pensaba que las mujeres de aquella época no se dedicaban a esta tarea, pero como bien dice Ignacio Martínez, ‘nadie ha ido a la Prehistoria y ha vuelto para contárnoslo’. Él es paleontólogo, en concreto es especialista en el campo de la Evolución Humana, es profesor del Departamento de Ciencias de la Vida de la UAH y miembro de la excavación de la Sima de Los Huesos en Atapuerca. Este experto nos explica la importancia de este hallazgo.
‘Aquí se mezclan varias cosas: el tema científico y la psicología social, por lo que me parece un caso curioso’ afirma el profesor Martínez. Y es que partiendo de los datos científicos, existía una discusión sobre si las mujeres en la Prehistoria cazaban o no. Esto tiene que ver con la antropología de género, ya que a la mujer se le ha asignado un papel más pasivo desde la Prehistoria, dedicándose solo a la recolección y al cuidado de los hijos, mientras que al hombre se le atribuía un papel más activo, dedicado a la caza, que es como se le presenta en toda la iconografía prehistórica. Como explica Ignacio Martínez, ‘se pensaba que la mujer no se dedicaba a la caza mayor por su comparación con las sociedades recolectoras actuales donde son los varones los que se dedican a ello y no las mujeres, que se dedican a la caza menor y a labores de recolección, que es su sustento diario. Pero, esto que vemos en las sociedades cazadoras y recolectoras actuales, ¿es el patrón de la Prehistoria o ha cambiado por alguna razón?’ En el prólogo de esta nueva investigación, ya se cita que había datos precedentes de mujeres cazadoras de hace unos 8.000 años, en el continente americano, ya que en diversas excavaciones se habían encontrado 26 individuos (11 mujeres y 15 varones) con herramientas de caza que pudieron ser sexados, por lo que como afirma Martínez ‘parece que la evidencia ahora apunta a que, al menos en la prehistoria americana, las mujeres participaban en la caza exactamente igual que los hombres y se pone en cuestión el paradigma que se había hecho con las sociedades recolectoras actuales’.
En el prólogo de esta nueva investigación, ya se cita que había datos precedentes de mujeres cazadoras de hace unos 8.000 años, en el continente americano, ya que en diversas excavaciones se habían encontrado 26 individuos (11 mujeres y 15 varones) con herramientas de caza que pudieron ser sexados, por lo que como afirma Martínez ‘parece que la evidencia ahora apunta a que, al menos en la prehistoria americana, las mujeres participaban en la caza exactamente igual que los hombres y se pone en cuestión el paradigma que se había hecho con las sociedades recolectoras actuales’.
Ahora muchas investigaciones deberán ser revisadas ya que no es fácil determinar el sexo de los huesos encontrados en las excavaciones porque muchas veces están fragmentados y algunos autores, sólo por el hecho de encontrar un ajuar de caza junto al cuerpo, ya determinaban que era masculino.
‘Por un lado tenemos la tarea de sexar los huesos, y por el otro el significado de las piezas, porque también se decía que algunas de ellas eran discutibles, ya que estamos hablando de herramientas de piedra, porque no se han encontrado ni arcos ni lanzas, solo puntas que podían interpretarse que no eran para la caza sino para otras labores: cuchillos para hacer otras labores que se pensaban que eran femeninas. Esa era la discusión. Entonces este hallazgo, donde se ha encontrado una chica joven, pero también a un varón adulto en tumbas separadas, estamos seguros de que es una mujer, porque aunque no se ha podido sexar con ADN, sí se ha hecho con una técnica muy similar, en base a una proteína, la amelogenina. Además, el ajuar es muy completo, todo lo que tiene, los cuchillos y los tipos de puntas, parecen que están claramente asociados a la caza. Es un caso que está claro’ afirma el profesor.
Como explica Ignacio Martínez, también debemos analizar la parte sociológica, ‘porque en el fondo, detrás de todo esto hay un prejuicio: que las mujeres no cazaban. Es una cosa que pasa siempre en Prehistoria, ya que parte de las representaciones de los libros y de los museos, son interpretaciones de los datos, y siempre tienen un sesgo, que es el sesgo de la ideología de la época, sin ninguna connotación, muchas veces de forma inconsciente, que lo que hacemos es proyectar en la Prehistoria nuestra propia ideología. Y eso tiene efecto de perverso, porque cuando vuelve a las aulas, sin darte cuenta, de manera ideológica, cuando haces una representación, vuelve como si fuera una verdad científica. Nuestras ideologías viajan como prejuicios y vuelven como verdades científicas. Es un vínculo inconsciente de transmisión de cosas que son peyorativas como es el machismo. Hay que tener mucho cuidado, es un toque de atención que es muy interesante’.
Continuando con la parte sociológica, se unen dos prejuicios, que había tareas masculinas y femeninos, y que normalmente, asociamos las tareas más prestigiosas a lo masculino. Como relata el profesor, ‘las mujeres, independientemente de si cazaban o no, también hacían otras tareas que eran igual de importantes. A mí me gustaría que encontraran vestigios en los que se demostraran que los hombres también querían y cuidaban a sus hijos, que seguro que lo hacían’. Quizás dentro de unos años, se trastoquen todos los pensamientos asociados que teníamos a las figuras masculinas y femeninas en la Prehistoria.
Publicado en: Reportaje