Enfermedades cardiovasculares y coronavirus
Alberto García Lledó nos cuenta en esta entrevista las posibles causas del descenso de infartos durante el confinamiento y la necesidad de vacunación de la gripe en pacientes con patologías cardiovasculares. García Lledó es Profesor asociado de la UAH del departamento de Medicina, Jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (HUPA) y representante de este hospital en la red asistencial para el infarto de miocardio de la Comunidad de Madrid (Código Infarto Madrid). Además, es miembro del Comité de Dirección de Cardiored1, una red asistencial entre diversos hospitales y niveles asistenciales que este año tiene como objetivo conseguir una elevada proporción de profesionales sanitarios vacunados contra la gripe para evitar que la transmitan a sus pacientes.
- Los infartos han disminuido un 40% durante el confinamiento ¿a qué cree que es debido?
El número de episodios registrados en las redes asistenciales para el infarto de miocardio disminuyó de forma muy llamativa durante el primer pico epidémico de coronavirus, tanto en España como en el resto de los países. Se trata de un hecho paradójico, porque sabemos que otras infecciones respiratorias, particularmente la gripe, provocan un aumento del riesgo de eventos coronarios. Existen dos explicaciones para esta situación. Por un lado, fue un periodo de mortalidad muy elevada que afectó y afecta ante todo a ancianos, varones, personas con obesidad y con enfermedades previas, entre ellas las cardiovasculares. Todas esas personas que murieron en gran número por COVID-19 ya no podían sufrir un infarto, es decir, morían de otra causa de forma adelantada. Es lo que se denomina riesgos competitivos. El que primero mata reduce la probabilidad de que suceda el segundo. Otra explicación es el retraso de la atención, tanto por miedo del paciente a acudir al hospital como por saturación del sistema. Algunos casos pueden haber muerto sin asistencia, o haber sufrido el infarto sin ser diagnosticados. A favor de esta posibilidad habla el hecho de que en España se ha observado que, a pesar de reducirse el número de infartos atendidos, los que se han producido han tenido el doble de mortalidad, con tiempos de atención más prolongados.
- ¿En qué consiste la red clínica CardioRed1?
Cardiored 1 es una red clínica orientada a la asistencia integral de la patología cardiovascular de una población aproximada de un millón de personas, en la Comunidad de Madrid. La integramos los servicios de cardiología, cirugía cardiaca y vascular de los hospitales Clínico San Carlos de Madrid, Leganés, Fuenlabrada y Príncipe de Asturias de Alcalá, los centros de salud de nuestras áreas y el servicio de emergencias SUMMA. Estamos creando nuevas formas de organización para integrar la atención, desde la prevención a las intervenciones más complejas. Trabajamos por proyectos concretos, con objetivos medibles, mediante intervenciones basadas en evidencia científica. Esas actuaciones van desde crear un circuito de asistencia rápida a los síndromes aórticos agudos, para reducir su mortalidad (Código Aorta, el primero establecido en España), a generar formas de trabajo que mejoren la seguridad y el confort de los pacientes. Dentro de estos proyectos se incluye el de conseguir que los profesionales de Cardiored1 reciban la vacuna de la gripe, y que la prescriban sistemáticamente a nuestros pacientes.
-¿Cree que lograrán el objetivo que se han marcado para la vacunación de los sanitarios?
Creo que sí. El coronavirus nos ha recordado a todos la necesidad y utilidad de las vacunas, incluida la de la gripe. Se aprecia una elevada sensibilidad y tenemos que aprovecharla.
-Como dice el refrán, en casa del herrero, cuchillo de palo ¿por qué otros años sólo un 35% de ellos se vacunaba contra la gripe?
Yo creo que se debe a la percepción de que la gripe, en personas sanas, tiene un riesgo bajo de complicaciones. Los sanitarios solemos estar fuera de los grupos de riesgo a los que recomendamos la vacuna, aquellas personas que por su edad o enfermedades previas tienen un alto riesgo de complicaciones. Sin embargo, actuando así olvidamos que el objetivo de recibir nosotros la vacuna no es tanto prevenir complicaciones, sino evitar que seamos vectores de propagación de la enfermedad, sea entre nuestros pacientes o en nuestro entorno directo. La baja tasa de vacunación en sanitarios ha hecho que Cardiored1 emprenda esta campaña de vacunación, y para animar más aún a nuestra gente, por cada profesional vacunado donaremos una vacuna a UNICEF: una por una.
-¿Qué consecuencias puede tener una gripe en población propensa a infartos?
La gripe causa un aumento del número de infartos, y hace que los infartos que se producen durante periodos de gripe tengan mayor gravedad. Afortunadamente, la vacuna de la gripe reduce ese riesgo, y está indicada en todas las personas con antecedente de enfermedad cardiaca, o con riesgo incrementado de desarrollarla.
-Este año se espera un mayor aumento de vacunación contra la gripe, ¿cree que repercutirá positivamente en la salud cardiovascular?
Como decía antes, la vacuna de la gripe reduce el riesgo de infarto, pero también reduce el riesgo de recaída y muerte por insuficiencia cardiaca. La recomendación de vacunar a más de un 75% de la población en riesgo nos la hacen las sociedades científicas desde hace años. Acercarnos a ese objetivo evitará un número considerable de ingresos y muertes de causa cardiovascular.
Publicado en: Entrevista