El proyecto FireCCI desarrolla algoritmos basados en teledetección. Estos se ponen a disposición de los investigadores del clima para que, con estos datos, evalúen las condiciones meteorológicas pasadas, actuales y futuras del planeta. Específicamente, el Grupo de Investigación en Teledetección Ambiental (GITA), que dirige por el profesor Emilio Chuvieco, ha trabajado en este proyecto desarrollando mapas de áreas quemadas a escala global y continental que facilitan de forma gratuita a los científicos, los estudiantes y al público en general para que conozcan dónde y cuándo ocurrieron incendios en áreas forestales. De hecho, uno de estos mapas ha sido incluido en el catálogo oficial de Google Earth Engine.

Con esos datos, se pueden estimar, entre otras cosas, las emisiones de gases de efecto invernadero con su consecuente impacto en el clima global, o las tendencias de ocurrencia de incendios en distintas partes del mundo, y cómo esas tendencias se ven afectadas por los cambios en el clima.

Este trabajo, financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA), ha sido reconocido por el Consejo Social de la Universidad de Alcalá en sus XVIII Premios a la Transferencia del Conocimiento Universidad-Sociedad en la categoría de Ciencias de la Salud, Experimentales y las Ramas Técnicas de la Enseñanza. Para sus integrantes, este premio es “un reconocimiento al trabajo del equipo de personas que lo conforman, desde su director, pasando por los profesores e investigadores, hasta los estudiantes de doctorado” además “es un aliciente para seguir trabajando y avanzando en el estudio y conocimiento de los incendios forestales, que están impactando de forma cada vez más grave a Europa y al mundo”.

Estos premios que otorga anualmente el Consejo Social de la Universidad de Alcalá buscan reconocer el trabajo que los científicos hacen transfiriendo el conocimiento a la sociedad, más aún si este ha sido desarrollado a través de una universidad pública como es la UAH. Así la sociedad tendrá a su alcance información fiable y actualizada que contribuya a una mejor toma de decisiones, sobre todo por parte de los organismos públicos, pero también a nivel individual.

Pero también transferir los conocimientos a la comunidad científica crea un círculo virtuoso donde unos aprenden de otros, lo que acelera la publicación y puesta en marcha de los avances científicos. “En estos tiempos los descubrimientos y avances científicos no se hacen en solitario, sino que van desarrollándose a partir de hallazgos previos de otros investigadores” asevera la profesora Lucrecia Pettinari, investigadora del Grupo GITA.

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