La primera promoción de médicos militares se gradúa en la UAH: un reto y un sueño conseguidos
En el año 2012 comenzaba un proyecto único e ilusionante, pionero en España, que sumaba las potencialidades del Ministerio de Defensa y la Universidad de Alcalá: el Centro Universitario de la Defensa-Madrid (CUD) destinado a la formación de los médicos militares de las Fuerzas Armadas. Seis años después el Paraninfo ha visto cumplido un sueño y un reto con la graduación de la primera promoción del CUD-Madrid.
El camino no ha sido fácil, nunca lo es. En esta primera promoción entraron 25 alumnos (el 40% mujeres y el 60% hombres), 20 de acceso directo y 5 de promoción interna, y se han graduado 22. Ninguno ha abandonado, aunque a veces el trayecto se haya hecho más tortuoso. En la actualidad en el CUD-Madrid de Medicina hay 157 alumnos en formación, 30 en la promoción de 2017/2018 (16 mujeres y 14 hombres). Por tanto, después de 6 años, el balance no puede ser más satisfactorio, y eso que acceder no es sencillo. ‘Se trata de una oferta de empleo público en la que las plazas corresponden a la forma de ingreso directo (25 plazas en las últimas convocatorias) y a la forma de ingreso por promoción interna (5 plazas). El ingreso directo se cubre con estudiantes procedentes de la EVAU, mientras que los procedentes de la Promoción Interna pertenecen bien al cambio de cuerpo (estudiantes que ya están en las Fuerzas Armadas y que pertenecen al Ejército de Tierra, al del Aire o a la Armada), bien al cuerpo de escala (estudiantes que proceden de la escala de enfermería)’, señala el director del CUD y profesor de la UAH, Natalio García Honduvilla.
Para poder acceder a las plazas ofertadas en convocatoria pública los estudiantes que ingresan por acceso directo tienen que pasar una oposición, consistente en varias pruebas: empezando por un examen de su conocimiento de la lengua inglesa (nivel mínimo de B1), una serie de pruebas físicas, un test psicotécnico y un reconocimiento médico. Todas estas pruebas son eliminatorias, por lo que se va cribando el número de aspirantes que llegan al final del proceso. De todos los estudiantes que llegan al final, solo unos pocos consiguen ingresar: los 25 que presenten el mejor expediente académico (mayor calificación del Bachillerato). ‘La alta calificación de corte que se necesita para poder ingresar ha hecho que el número de aspirantes haya ido disminuyendo en los últimos años, pasando de los más de 700 del primer año a los casi 300 de este último curso’, matiza el director.
Llegar es una carrera de conocimientos, esfuerzos, habilidades y pericia; mantenerse y terminar es una carrera de fondo, con ascensos, descensos y algún bache que otro pero, como acaban de demostrar los recién graduados, con una meta alcanzable. ‘La vida de los estudiantes del grado de Medicina en el CUD es más complicada que en el mundo civil. Los alumnos, además de tener que cursar los 360 créditos ECTS del grado de Medicina deben cursar entre 72 y 76 créditos ECTS correspondientes a su formación militar específica, asignaturas necesarias para el desarrollo de la profesión médica en el entorno de las Fuerzas Armadas. A esta formación hay que añadirle las asignaturas y actividades características de su vida como militares en formación… Como se puede ver, la carga de trabajo de estos estudiantes es elevada y el tiempo libre del que disponen es muy limitado’.
El trayecto está perfilado. En estos años el Ministerio de Defensa y la UAH han trabajado de forma muy estrecha y en perfecta sintonía para solventar los problemas y enfrentar los retos que siempre supone un proyecto novedoso. Y la prueba también ha sido superada con nota, por lo que solo resta animar a los candidatos que en este momento se estén planteando acceder al CUD-Madrid a aventurarse durante los próximos años a desarrollar los estudios del grado de Medicina en un ambiente militar, en el entorno de la Academia Central de la Defensa.
Para eso, nada mejor que la experiencia de los que ya han recorrido el trayecto y han llegado a la recta final. En este caso, toman la palabra los graduados Agulló Foces y López Guijarro:
- ¿Cómo ha sido la experiencia de estos años, qué destacaría?
-DAC Agulló Foces: Han sido 6 años muy intensos. Se han pasado más rápido de lo que esperábamos, pero creo que no me equivoco si digo que nos llevamos todos una experiencia maravillosa, y sin duda repetiríamos otra vez. Durante estos 6 años hemos crecido mucho, sobre todo como personas, y hemos aprendido a valorar las cosas de una forma que nunca hubiésemos imaginado. Además, hemos formado una gran familia. Al haber entrado tan jóvenes, los que tenían más experiencia han ido guiándonos en el camino y, apoyándonos los unos en los otros, hemos salido a delante.
-CAC López Guijarro: Después de 6 años es complicado quedarse con solo una cosa. En general, la experiencia ha sido muy positiva, y si algo puede sobresalir por encima del resto es el ambiente de compañerismo y de sacrificio que se respira por los 4 costados en esta Academia.
-Estos estudios requieren una doble vocación: la militar y la asistencial. Imaginamos que debe de ser muy difícil ponerlas en una balanza, pero tampoco son incompatibles, ya que ambas exigen vocación de servicio público.
-CAC López Guijarro:En mi opinión, la milicia y la medicina son dos de las profesiones en donde se pone de manifiesto de una forma más clara el servicio a los demás, por lo que no es que no sean incompatibles, sino que se complementan: servir a España con nuestro tiempo, esfuerzo y vida si es necesario mientras que le damos un servicio fundamental, como es la atención médica.
-DAC Agulló Foces:Creo que hay que tener un equilibrio entre ambas partes. Por un lado, la vocación de médico es fundamental, evidentemente. Pero si no tienes vocación de militar, el camino se te va a hacer mucho más duro y difícil. Medicina es una carrera de fondo y la milicia muchas veces te pone a prueba para ver cuáles son tus límites, pero la vocación de servir a los demás que tenemos es un gran aliciente. Ambas vocaciones tienen una idea en común y es el servicio a los demás.
-¿Qué expectativas tiene, de cara al futuro, con qué sueña?
-DAC Agulló Foces: Me gustaría seguir formándome profesionalmente y, para ello, en el ámbito de la sanidad militar existen numerosos cursos como el curso de Medicina de vuelo, Medicina en ambiente hiperbárico y de Asistencia en ambiente NBQ, que completarán mi formación y la del resto de mis compañeros. De igual forma, se nos ofertarán diferentes especialidades, que elegiremos dentro de 2 años, dependiendo de las necesidades de Defensa en ese momento.
-CAC López Guijarro:Ahora mismo no tengo puesta mi vista en el futuro lejano, sino que estoy más centrado en el futuro cercano que me espera como médico de unidad y médico de misiones, con la ilusión y las ganas de hacerlo lo mejor posible.
-¿Qué mensaje, qué consejos daría a las personas que estén planteándose aspirar a estos estudios?
--CAC López Guijarro: Lo primero es tener vocación médico-militar/militar-médico, que esto no sea contemplado como una opción laboral más. Aquí se exige plena dedicación, pero si uno está decidido y tiene la vocación pues adelante. Habrá momentos de sufrimiento y de mucho esfuerzo, pero también de alegría y satisfacción; pero lo que sí que tengo claro es que nunca habrá la menor duda sobre si he elegido correctamente o no, es una aventura que merece la pena ser vivida.
-DAC Agulló Foces:Lo principal es tener ilusión y muchas ganas. Con esfuerzo y perseverancia se puede conseguir cualquier cosa. A pesar de que la nota de acceso directo es elevada (en torno a un 12,5), hay otras formas de ingreso que no requieren una nota tan elevada, aunque sí otras pruebas complementarias.
Publicado en: Reportaje