El taller de vidrio de la UAH, artesanía ligada a la investigación

En el Taller de Vidrio de la Universidad de Alcalá se fabrican y reparan muchas de las piezas que se encuentran en los laboratorios mediante la técnica del vidrio soplado. Un trabajo manual y artesanal que tiende a desaparecer.

Actualmente, en el taller de vidrio de la UAH trabajan José Enrique Matéu, que es el responsable técnico, y Javier Lueches (hijo) quien ha heredado de su padre, quien trabajó hasta su reciente jubilación en el taller, la pasión por el vidrio. Como él mismo afirma, ‘es una profesión que engancha poco a poco. Al principio la verdad es que es un poco frustrante, pero a medida que ves que van saliendo las cosas, te apasiona más. Lo que más me gusta es que es un oficio que, aunque muchas veces pueda parecer monótono, al final siempre hay algún trabajo que te obliga a pensar y a salir de tu zona de confort porque en ocasiones hay pedidos que parecen fáciles, pero cuando te pones a ello, surgen complicaciones que no tenías previstas… Al final muchas piezas son un reto, pero a base de acierto-error, acaban saliendo’.

Ellos se encargan de fabricar la mayoría de las piezas catalogadas, matraces, columnas, refrigerantes… que se encuentran en los laboratorios de la UAH, así como otros instrumentos específicos que se ajusten a las necesidades de los investigadores, siempre que sean factibles de poderse realizar por sus dimensiones y características. Además, también reparan piezas de vidrio y hacen trabajos para otras universidades y empresas.

Antes casi todo se hacía a mano pero actualmente disponen de tornos que les han facilitado mucho la labor. ‘También es cierto que en algunos países, Alemania y Estados Unidos principalmente, están mecanizando muchos procesos, pero ya hablamos en industria y en piezas muy concretas. La mayoría del trabajo y los montajes finales se siguen realizando como antes’ explica Javier.

Taller de vidrio
José Enrique y Javier con una de sus creaciones

Para él, lo más complicado de hacer vidrio soplado es ‘obtener una buena base, que antes se cogía realizando muchas piezas de laboratorio que ahora se hacen en producción en serie. En otros países tienen escuelas, y al final es todo más fácil, ya que hay un mayor trasvase de conocimientos y técnicas, y no es una profesión tan autodidacta como sucede en España’.

Desafortunadamente, es un trabajo que poco a poco se irá perdiendo porque, como afirma Javier, ‘aunque realmente ha evolucionado poco en los últimos años, muchas de estas piezas ya se realizan de forma mecánica, por lo que se ha reducido muchísimo su coste, y no compensa realizarlas en el taller de forma artesanal. También hay otras piezas que, por su tamaño, o porque necesitan un calibrado, no contamos con la infraestructura necesaria para realizarlas, pero vamos, se podría decir que la mayoría de las piezas de los laboratorios de la universidad sí se realizan en el taller’.

El futuro de la profesión, Javier lo ve difícil, ‘ya hay algunos experimentos que se están haciendo con máquinas 3D, que imprimen algunos tipos de vidrio y cerámicas. Aunque por ahora son figuras pequeñas y muy básicas, es algo que está en sus inicios, y como digo, con vidrios que no son aptos para el uso en laboratorio, pero también es cierto que cada día las cosas avanzan más rápido…En España, es posible que el problema no sea tanto las nuevas innovaciones, sino el recambio generacional por la falta de escuelas y oportunidades, aunque al final creo que esto no es más que una consecuencia de la falta de interés que se tiene por la ciencia y la investigación en general. Si en España no hay investigación, al final sería absurdo que los que servimos de apoyo a esa investigación continuemos trabajando’. 

Publicado en: Reportaje