Dos profesoras de la UAH corrigen un artículo científico erróneo
Las investigadoras de la Universidad de Alcalá, Consuelo Cid y Elena Saiz, han publicado un comment (comentario) a raíz de una investigación poco rigurosa científicamente sobre las tormentas magnéticas extremas que citaba una investigación inicial de estas profesoras.
El Grupo de Investigación de Meteorología Espacial de la UAH, del que forman parte Consuelo Cid y Elena Saiz, dispone de diversos productos de alerta, monitorización y predicción que proporcionan información, al público general, de las condiciones solares, interplanetarias y del entorno terrestre en tiempo real a través del portal del Servicio Nacional de Meteorología Espacial (SeNMEs) de la UAH. Y como grupo experto del Centro del Servicio de Geomagnetismo del programa Space Situational Awareness (SSA-SWE) también proporciona algunos de ellos, por suscripción previa, a través del portal de la ESA. Asimismo, a través de su cuenta de twitter, el grupo informa cuando las condiciones observables en el Sol y/o en el medio interplanetario indican la posible aparición de importantes perturbaciones magnéticas en España. Esto es posible porque el grupo dispone de un método, con patente europea, para elaborar índices geomagnéticos locales. Así con los datos de campo magnético que miden en el Real Observatorio de la Armada, generan los índices LDiñ y LCiñ, que registran, con resolución de un minuto y en tiempo real, el nivel de perturbación magnética que se registra en España, así como del posible riesgo de aparición de corrientes inducidas.
El Sol es una estrella activa que esporádicamente, y de forma explosiva, emite eyecciones de masa coronal y estas, en ocasiones, se acercan al entorno terrestre alterando su campo magnético y las poblaciones de partículas cargadas. Esa perturbación magnética es medible con índices geomagnéticos y se clasifica como intensa, severa o moderada dependiendo de su intensidad. Como explica Consuelo Cid, ‘una tormenta magnética severa puede producir importantes consecuencias en diversos sectores tecnológicos; pueden producirse fallos en los sistemas de navegación, posicionamiento y timing (como son los conocidos Galileo y GPS), cuyas consecuencias son que, por ejemplo, el sistema de navegación del teléfono móvil indique una posición errónea, o que si se retira dinero con la tarjeta de crédito y luego se hace otra gestión bancaria, podrían alterarse los tiempos de las operaciones bancarias….; y durante tormentas extremas, las corrientes que se inducen geomagnéticamente en los conductores suponen un importante riesgo de apagones de luz, quemado de transformadores, alteraciones en los sistemas de señalización del transporte ferroviario, etc. Un buen ejemplo de esto es el apagón que sufrió Canadá durante la tormenta geomagnética ocurrida el 13 de marzo de 1989, en el que millones de personas se quedó sin suministro eléctrico durante 9 horas. Además, estas tormentas afectan a las comunicaciones radio y vía satélite, lo que perturbaría al tráfico aéreo. También perturban a los satélites que orbitan a bajas altitudes como lo evidencia la pérdida de satélites que hemos visto anunciado recientemente. Se pueden dar otras consecuencias, el aspecto lúdico de las tormentas geomagnéticas, que en España solo se han dado en pocas ocasiones: el avistamiento de auroras boreales; se producen durante las tormentas y subtormentas geomagnéticas que, cuando son muy intensas se observan en latitudes más bajas del planeta. Hay constancia de haberlas visto en Madrid e incluso en Sevilla, y la última vez fue en octubre de 2003’.
Consuelo y Elena han escrito recientemente un comment que se ha publicado en el Journal of Geophysical Research: Space Physics. ‘Es un tipo de artículo muy especial donde no se presenta investigación nueva, sino que se rebate una ya publicada. Escribir un comment es algo que a un investigador nunca le gustaría hacer, pero que Elena y yo nos hemos visto en la obligación de escribir ya que, hace unos años publicamos un artículo respecto a la fase de recuperación de estas tormentas geomagnéticas durante la que el campo magnético terrestre vuelve a recuperar los valores típicos de tiempo en calma. En ese artículo proponíamos para esta fase de recuperación un modelo hiperbólico, válido para toda la fase, donde la recuperación de la magnetosfera comienza de forma más impulsiva para pasar, después de las primeras horas, a recuperar a un ritmo que se va ralentizando. Ahora, unos investigadores han publicado otro artículo proponiendo un nuevo modelo para la fase de recuperación, citando nuestro trabajo, pero, en lugar de ajustar los datos observacionales a una hipérbola, lo han hecho a una función lineal. El problema es que con este estudio llegan a conclusiones que no tienen sentido físico, más allá de que el análisis matemático fuera correcto, porque han cometido un error grave al no tener en cuenta algo muy importante que es que, incluso durante la fase de recuperación de la magnetosfera terrestre, esta no está aislada y del Sol pueden estar entrando nuevas inyecciones de energía, es decir, los datos tienen que interpretarse como un balance de los dos términos: la energía que se va perdiendo y la que va llegando’.
Aunque existe el derecho a réplica, de momento, los autores del estudio no han contestado y, como afirma Consuelo, ‘me da mucha pena, pero creo que como científicos es también nuestra obligación decir lo que es incorrecto, demostrándolo con ejemplos y evidencias, y lo hemos hecho en este caso usando los mismos sucesos que ellos analizan. Animo a aquellos que critican el trabajo de otros a que lo demuestren y defiendan, ya que así contribuiremos a hacer una ciencia mejor y más fiable. Nuestra forma más importante de difundir el avance en el conocimiento es a través de los artículos científicos, por lo que debemos cuidar todo el proceso de publicación en una revista científica, incluyendo, por supuesto, el de revisión por pares. Asimismo, cuando uno recibe un rechazo de un artículo, debe plantearse que quizá su trabajo no es tan correcto como había asumido. En este contexto, intento transmitir a los estudiantes que un científico debe ser una persona humilde porque tiene que reconocer muchas veces que no está en lo correcto’.
Publicado en: Reportaje