Una profesora de la UAH publica un libro sobre la historia de las matronas

Mª Dolores Ruiz Berdún es profesora titular del área de Historia de la Ciencia de la UAH y durante 20 años ha sido matrona. El libro que acaba de publicar, Historias de las matronas en España, es el colofón de la línea de investigación que comenzó con su tesis doctoral.

 - ¿Por qué decidió escribir un libro sobre las matronas en España?

- Comencé con la investigación de la historia de las matronas en Madrid durante mi doctorado, cuya tesis defendí en 2012. 

Junto con el profesor Alberto Gomis realicé una investigación postdoctoral sobre la historia de las matronas en la Segunda República, la Guerra Civil y la autarquía, por la que recibimos el premio de Investigación Mª Isidra de Guzmán.  Desde que me incorporé, en el año 2014, al área de Historia de la Ciencia en la UAH, esa ha sido mi línea de investigación: la historia de las matronas en España. Salvo estudios parciales, hasta ahora no se había publicado ningún libro al respecto. Es difícil seguir el rastro de las matronas porque no hay apenas escritos sobre ellas, pero, como si se tratase de un puzzle, he ido encajando piezas de archivos históricos, prensa, etc.

- ¿Cómo ha sido la historia de las matronas en España?

- Muy interesante, pero muy desconocida y poco reconocida. A lo largo de la investigación he ido descubriendo datos que no estaban recogidos y, a partir de bucear en los archivos y libros de historia de la obstetricia, me he dado cuenta de que las matronas han estado absolutamente invisibilizadas, como la historia de las mujeres en general que, gracias al surgimiento de los estudios históricos con perspectiva de género, la visión de las mujeres en la historia ha cambiado.

Era una profesión femenina ancestral, pero los hombres se empezaron a interesar por esa área del conocimiento y comenzaron a desplazar a las mujeres que se habían dedicado de por vida al oficio.

Comenzó en el siglo XVII, pero sobre todo a partir del XVIII, es entonces cuando las matronas que se quieren formar debían pasar por los colegios de cirugía que estaban regidos por cirujanos, quienes decidían qué y cuánto iban a aprender.

En la antigüedad, las matronas tenían muchas funciones, también periciales, ya que declaraban quién era el primogénito en un embarazo gemelar, algo de mucha importancia en cuestiones hereditarias o podían decidir si una mujer era virgen o no. El que las mujeres tuvieran ese poder y competencias en la salud general ginecológica de las mujeres y de los niños, no sentaba demasiado bien, por lo que poco a poco, les fueron quitando todas las funciones y únicamente podían atender partos sin complicaciones de mujeres pobres.

- ¿Qué recorrido sigue en el libro?

- El primer capítulo introductorio sirve para reivindicar la antigüedad de las matronas en la historia, cuya figura ya aparece en la Biblia y en papiros egipcios. El segundo capítulo titulado ‘Mamá, Quiero ser matrona’ está dedicado a la formación y a las condiciones que debían tener estas mujeres como que no fueran “riñosas”, que tuvieran las manos finas y los dedos delgados y largos para poder hacer los tactos vaginales, etc. En el tercer capítulo, titulado ‘Llama a la comadrona’, hablo de las condiciones laborales. En el cuarto capítulo, ‘De la casa al hospital’, recojo esta transformación fundamental que tuvo lugar a lo largo del siglo XX en España. En el capítulo quinto, titulado ‘Una profesión con muchos pretendientes’, explico cómo los hombres se fueron introduciendo en la profesión.  El sexto se titula ‘Matronas sospechosas’ y, como su nombre indica, se centra en las persecuciones que han sufrido las matronas en diferentes épocas. El séptimo, titulado ‘Juntas somos más fuertes”, está dedicado a los movimientos asociativos de ‘matronas, como por ejemplo la primera asociación profesional femenina en el siglo XIX. El capítulo octavo es en realidad un pequeño epílogo sobre la evolución de los últimos años y las perspectivas de futuro.  

- ¿Qué formación es necesaria para ejercer de matrona o matrón hoy en día?

- Estudiar el Grado de Enfermería, pasar el examen de Enfermero Interno Residente (EIR) y cursar otros dos años de formación de especialidad. Pero el sistema de residencia es insuficiente para asegurar el recambio profesional, por eso abogo por separar el oficio de la enfermería para constituir una carrera independiente, como hicieron los fisioterapeutas. La sanidad está muy maltratada y en concreto, las matronas, al formar parte de un colectivo tan pequeño y feminizado, está bastante minusvalorado.

- ¿A qué se dedica una matrona?

- Lo más importante que puede hacer una matrona es empoderar a la mujer para que recupere la confianza en su cuerpo y sea capaz de parir y lactar sin infantilismos.

Las matronas pueden dedicarse a muchas cosas. Por la parte de la asistencia pública, normalmente son las responsables de un parto normal, que puede atender sin la necesidad de un médico, y en un parto complicado pueden formar parte del equipo tocológico. 

Además, disponen de otras competencias en Atención Primaria en todo lo que se refiere a la salud reproductiva y sexual de las mujeres y pueden ejercer su profesión en la sanidad privada, siempre en el mismo ámbito, por ejemplo, en clínicas de fisioterapia para ayudar a las mujeres en la recuperación del suelo pélvico tras el parto.

- ¿Cómo fue su experiencia como matrona?

- Es una profesión preciosa, en la que, a veces, no te dejan desarrollar todo tu potencial.  Si se invirtiese más en matronas, el sistema sanitario y la salud de las mujeres mejorarían mucho. 

Publicado en: Entrevista