Una estudiante de Fisioterapia de la UAH, promesa del atletismo paralímpico

Alba García Falagán estudia el primer curso del Grado de Fisioterapia en la Universidad de Alcalá y, junto a su guía Jonatan Orozco, aspira a llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio. Alba tiene una discapacidad visual de nacimiento llamada amaurosis congénita de Leber que afecta a la retina y que cuando hay luz le permite ver a una distancia de más o menos un metro de sus ojos pero por la noche le produce una ceguera total. Además, el pasado fin de semana Alba ha conseguido la medalla de plata en los 100m Categoría T-12 y el bronce en los 200m categoría T-12 en los Campeonatos de Europa de Para Atletismo celebrados en Bydgoszcz (Polonia).

- ¿Cómo está siendo tu experiencia en la universidad?

Con la enseñanza online mi experiencia universitaria está siendo atípica, como la de todos supongo, pero realmente muy buena. Es verdad que a veces se hace duro, pero desde la UAH se están volcando conmigo para que pueda compaginar lo mejor posible mis estudios con mis entrenamientos desde el programa de deporte. Además, desde la oficina de atención a la diversidad me ayudan para que disponga de todas las adaptaciones necesarias y mis profesores, pese a la situación tan complicada que estamos viviendo, me están poniendo todas las facilidades posibles.

- ¿Cómo te afecta la discapacidad en los estudios y en el deporte?

Llevo una vida totalmente normal, a excepción de que tengo una serie de adaptaciones tanto en los estudios como en el deporte.

En los estudios los profesores tratan de describir todo aquello que aparece en las diapositivas y yo tomo apuntes con mi ordenador, que lleva incorporado un lector de pantalla que verbaliza todo lo que voy escribiendo.

En el deporte corro con mi guía Jonatan unidos por una cuerda para que él pueda evitar que yo me desvíe de la calle, además de narrarme la carrera y darme indicaciones a la hora de correr (curva, entramos en recta, quedan 30 metros, tírate). Me hace señales auditivas para saltar, él me coloca a la distancia a la que debo empezar a correr, y a medida que avanzo va contándome los apoyos de mi pie derecho hasta el momento del salto.

- ¿Desde cuándo practicas atletismo? ¿cómo ha sido tu trayectoria en este deporte?

Desde los 11 años, y todo empezó como un juego. Iba con mis amigos una hora a la semana y probábamos diferentes deportes y cuando tuve que decidirme por un deporte elegí el atletismo, ya que era el que más disfrutaba y el que mejor se me daba.

A los 14 años empecé a competir fuera de España, hasta llegar a ser campeona del mundo sub20 en 100 metros y tercera en 200 en agosto de 2019.

- ¿Cómo compaginas los estudios con el deporte?

Todo es cuestión de organización. El deporte te quita mucho tiempo, pero también te hace ser más organizado. Por la mañana asisto a mis clases en la Universidad y por las tardes entreno. Pero siempre busco ratitos en el día para prepararme las clases, pasar los apuntes y estudiar.

Jonatan, nos cuenta cómo es su relación deportiva con Alba

Los ojos de Jonatan son los ojos de Alba durante los entrenamientos y las competiciones, es su guía desde hace poco tiempo y para él significa ‘responsabilidad, es cierto que disfruto mucho entrenando con ella, que aprendo e incluso me hace mejor como atleta entrenar con ella. Pero competir con ella no deja de ser una gran responsabilidad. No podemos olvidar que Alba es una atleta de élite y se la mira con lupa como a cualquier deportista y se la exige unos objetivos. Cuando compito con ella debe salir todo perfecto. Fuera de esta presión deportiva, que evidentemente es inmensamente mayor para ella, ser su guía está siendo una motivación constante por las ganas que me contagia de seguir creciendo, aprendiendo y mejorar diariamente. Realmente soy un espectador de lujo viviendo a su lado cada logro, me siento un verdadero privilegiado’. 

Publicado en: Entrevista