El riesgo cardiovascular en jóvenes constituye una pandemia preocupante según un estudio de la UAH

El investigador de la Universidad de Alcalá Pedro Valenzuela ha participado en un estudio que alerta a los jóvenes de que se exponen a enfermedades cardiovasculares si mantienen un estilo de vida sedentario y una mala alimentación

Cuando uno es joven piensa que no va a enfermar y, si lo hace, ocurrirá cuando sea mayor. Lo cierto es que, gracias a los avances médicos, la mortalidad por eventos cardiovasculares entre los más mayores está experimentando un ligero descenso. Sigue siendo la primera causa de muerte a nivel mundial pero, en el caso de los más jóvenes, la situación no es tan optimista. Cada vez más gente menor de 30 años presenta factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión o la diabetes. Una vez más, el estilo de vida actual tiene mucho que ver en esta tendencia.

Actualmente vivimos una pandemia de obesidad e inactividad física que está presente desde las edades más tempranas. Esta tendencia ha favorecido que factores de riesgo cardiovascular que antes asociábamos a los más mayores afecten cada vez a personas más jóvenes, lo cual puede tener consecuencias dramáticas para la salud a corto y largo plazo.

LOS RECONOCIMIENTOS MÉDICOS COMO SEÑAL DE ALERTA 

“Debemos atacar esta pandemia de raíz, y eso incluye llevar a cabo estrategias a nivel individual y comunitario desde la más corta edad”, explica Pedro Valenzuela, profesor del departamento de Biología de sistemas de la Universidad de Alcalá y autor del artículo Estilo de vida y riesgo cardiovascular de jóvenes trabajadores: hallazgos en una cohorte de toda España. En el mismo también han participado el Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre (i+12), la Universidad Europea de Madrid o la Universidad Europea Miguel de Cervantes y el doctorando de la UAH Adrián Castillo.

Para la realización de este estudio, los investigadores analizaron los reconocimientos médicos de 80.000 trabajadores que pertenecían a una compañía de prevención de riesgos laborales y en concreto, se centraron en los que tenían entre 18 a 30 años, “porque es un público que muchas veces no se analiza con respecto al riesgo cardiovascular ya que no presenta síntomas y es difícil de ser diagnosticado”, apunta Valenzuela.

En el reconocimiento, aparte de hacerles una analítica de sangre, también se les preguntaba por sus niveles de actividad física, de si son fumadores o no, si consumían alcohol, hábitos de sueño, etc. Además, se les hizo un seguimiento durante cinco años y lo que observaron es que, a pesar de que eran muy jóvenes, el 18% de los menores de 30 años, ya tenía muchos factores de riesgo cardiovascular. Normalmente estos eran hipertensión, diabetes y colesterol alto y, los que más lo sufrían eran aquellos sujetos que no hacían actividad física, los que tenían sobrepeso, los que fumaban y los que bebían alcohol asiduamente.

Esto puede parecer obvio, pero lo que llama la atención es que, si extrapolamos los datos, una de cada tres personas no cumple los niveles de actividad física. Además, otro de los datos más relevantes es que un 40% ya tenía sobrepeso u obesidad con esa edad.

Como detalla Valenzuela, para llevar una vida saludable se recomienda realizar, mínimo, 150 minutos de actividad física moderada a la semana, o 75 minutos de actividad física intensa, como puede ser un partido de fútbol, montar en bici o nadar de forma intensa. A ello hay que sumar dos sesiones de entrenamiento de fuerza a la semana.

A LOS CINCO AÑOS LA SITUACIÓN NO MEJORÓ

Las cifras fueron en crecimiento. Un 2% de 45.000 jóvenes que no tenían riesgo cardiovascular al comienzo del estudio, desarrolló algún factor de riesgo en los cinco años posteriores.

Aunque es cierto que algunos factores como los genéticos o los dependientes del ambiente como la contaminación ejercen cierta influencia, el estilo de vida es el pilar fundamental sobre el que se erige la salud cardiovascular.

“De todos los factores de estilo de vida que analizamos, que eran fumar, beber, dormir mal, o la actividad física por sí sola, el que más aumentaba el riesgo de sufrir un accidente o enfermedad cardiovascular era tener sobrepeso u obesidad”, detalla el investigador, quien apunta que la actividad física es beneficiosa por sí sola también, pero sobre todo es beneficiosa si a través de esta se consigue mantener un peso corporal estable gracias a una dieta saludable. Y es que uno puede ser físicamente activo, pero tener sobrepeso.

LA PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR, UN PROBLEMA MUNDIAL 

Estos alarmantes datos van en línea con los resultados descritos en otros países. Por ejemplo, en Estados Unidos se ha observado que la prevalencia de hipertensión entre la población joven (20-44 años) ha aumentado en la última década de un 9.3% a un 11.5%, y lo mismo ha ocurrido con la de diabetes (de un 3.0% a un 4.1%) (Aggarwal R, Yeh R, Joynt Maddox K, Wadhera R. Cardiovascular Risk Factor Prevalence, Treatment, and Control in US Adults Aged 20 to 44 Years, 2009 to March 2020. JAMA. 2023;329(11):899-909).

En este sentido, es importante tener en cuenta que no por ser jóvenes están menos expuestos a los factores de riesgo, ya que la presencia de un perfil poco saludable cuando se es joven multiplica por más de diez el riesgo de morir de un evento cardiovascular en las décadas posteriores. Así lo demostró un estudio en casi 5.000 participantes de 18-30 años que fueron seguidos durante otros 32 años (Perak AM, Ning H, Khan SS, et al. Associations of Late Adolescent or Young Adult Cardiovascular Health With Premature Cardiovascular Disease and Mortality. J Am Coll Cardiol. 2020;76(23):2695-2707. doi:10.1016/j.jacc.2020.10.002).

“Debemos atacar esta pandemia de raíz, y eso incluye llevar a cabo estrategias a nivel individual y comunitario desde la más corta edad”, apunta Valenzuela.

Publicado en: Reportaje