Un profesor de la Universidad de Alcalá descubre, en un castillo de Gales, un Murillo que se creía perdido
Benito Navarrete es profesor de Historia del Arte de la Universidad de Alcalá y uno de los comisarios del 'Año Murillo', que conmemora el cuarto centenario del nacimiento del genial pintor sevillano. Pero además, es el responsable de uno de los descubrimientos más sorprendentes del mundo del arte en los últimos tiempos: el de un Murillo original, el ‘Retrato de Diego Ortiz de Zúñiga’, obra que se creía perdida pero que sus propietarios exhibían en un castillo galés, pensando que se trataba de una copia.
El profesor Navarrete tuvo conocimiento de la obra en su etapa como director de Infraestructuras Culturales y Patrimonio del Ayuntamiento de Sevilla, donde se conserva una copia del retrato. En la preparación de los dos volúmenes de 'Patrimonium Hispalense', que cataloga las obras del Ayuntamiento, Pablo Hereza, entonces conservador de museos de la Junta de Andalucía, ya mencionaba la posibilidad de que la pintura de la colección galesa de Penrhyn Castle fuera el original de Murillo.
A pesar de que el National Trust - Patrimonio Británico- tenían al lienzo existente en el castillo galés de Penrhyn como una copia, el profesor Navarrete, que por entonces preparaba su libro ‘Murillo y las metáforas de la imagen’, recientemente publicado por Ediciones Cátedra, les contactó el pasado verano, les explicó que era historiador del arte, que pensaba que el cuadro podía ser el original, y que tenía interés en ir a Gales y analizarlo. Lejos de mostrar escepticismo, la actitud de la institución fue, como relata el profesor Navarrete, muy receptiva. ‘Fueron muy amables desde el principio y no hicieron ningún comentario hacia la atribución de la obra’. Le facilitaron fotografías y el acceso a la pintura, que estaba en el Salón de Desayunos del Castillo a la altura de los ojos, lo que posibilitaba mejor su estudio. En su visita, el profesor insistió al personal de sala que bajo su punto de vista la pintura era autógrafa de Murillo y pidió hablar con un conservador pero solo pudo hacerlo con los guías de sala.
Y ¿qué ocurrió cuando finalmente tuvo ocasión de observar el cuadro de cerca? ‘Reconozco que los primeros minutos fueron de escepticismo porque la pintura estaba sucia y con un barniz muy oxidado que daba al lienzo esas calidades un tanto planas y opacas, pero estudiándola con calma durante más de tres horas, pude apreciar las calidades propias de Murillo bajo el barniz, y la rotundidad de los volúmenes propios del joven pintor hacia 1653-55. Un detalle clave estaba en el rostro de Diego Ortiz de Zúñiga y en el carmín de sus labios, algo muy característico. Ya en mi libro ‘Murillo y las metáforas de la imagen’ digo en una nota a pie de página que si la obra se limpiara aparecerían con mayor esplendor esas calidades’.
Cuando el ojo del experto se adelanta a la técnica
Aunque el Castillo pertenece hoy en día al Patrimonio Británico, algunas de las pinturas son de la familia antiguamente propietaria y por tanto, forman parte de su colección privada. Después de la visita del profesor Navarrete, los propietarios mandaron restaurar la obra en Londres. ‘Ha sido después de esa limpieza cuando la calidad de la pintura ha resultado del todo excepcional y además en muy buen estado, detrás de las capas de antiguos barnices’, explica el profesor. ‘De hecho las dos fotografías de la pintura que aparecen en mi libro son de antes de la restauración, por lo que podemos decir que estamos ante un caso de corroboración científica de una hipótesis planteada con el ojo y corroborada más tarde de forma técnica’, concluye.
Para los profanos en arte, poder expertizar que una obra es auténtica parece casi imposible. ¿Cómo se hace? ‘Primeramente con el ojo experto, la experiencia y el conocimiento de la personalidad artística de los diferentes autores’, explica Navarrete. ‘El conocimiento no es algo que se improvisa, se aprende con el tiempo. Ver mucho y estudiar la obra de los artistas directamente o con un buen material fotográfico es clave. Es un trabajo de aprendizaje lento, y como la música se necesitan condiciones. El ojo como el oído se puede educar si se cuentan con los maestros adecuados y el mío fue Alfonso E. Pérez Sánchez que durante nueve años fue director del Museo Nacional del Prado’. Queda aún por saber cuál es la historia de ‘Retrato de Diego Ortiz de Zúñiga’, y por qué sus propietarios pensaban que se trataba de una copia cuando en realidad era la obra auténtica. Justamente lo contrario a lo que suele pasar en el mundo del arte, con propietarios convencidos de que la suya es una obra auténtica cuando lo que tienen en realidad es una copia… algo que, según Navarrete, ocurre todos los días, y ‘lo peor es que no suele gustarles a los propietarios lo que les decimos los investigadores'…
‘El cuadro no aparece en el catálogo razonado más importante de Murillo, que es el de Diego Angulo Íñiguez, publicado en 1981, y tampoco aparece en el de Enrique Valdivieso de 2010’, relata. ‘La pintura original se daba por perdida en todos los estudios y solo se conocía la copia del Ayuntamiento y esta de Penrhyn Castle que también se creía una copia, algo que suele ser frecuente en otros casos y especialmente con Murillo. La única pista fiable la da Pablo Hereza en 2015’, continúa. ‘La pintura de Penrhyn Castle procede de los marqueses de Montefuerte de Sevilla quienes en 1751 la venden, momento en el que probablemente, y para dejar constancia de esa obra en su colección, encargan la copia que luego pasó a la Biblioteca sevillana de San Acacio y al Ayuntamiento de Sevilla. En el reverso del lienzo aparece toda esta información. Con respecto al original se tiene noticia de él después de 1858 cuando lo adquiere el antepasado de los coleccionistas actuales, Edward Gordon Douglas Pennant a un ‘dealer’ llamado Nieuwenhuys’.
El 'Retrato de Diego Ortiz de Zúñiga' pasará primero por la Frick Collection de Nueva York, para trasladarse posteriormente a la National Gallery de Londres. ¿Cabe la posibilidad de que la veamos algún día en España y más concretamente, en Sevilla, reemplazando a la copia del Ayuntamiento? Esa era la intención del profesor Navarrete, ‘pero en la administración pública los tiempos son otros y no era posible improvisar el transporte, seguro de la obra y demás. En la exposición que preparo sobre ‘Murillo y su estela en Sevilla’ en el marco del contraro LOU art. 83 con la Universidad de Alcalá lo que podremos ver será la copia y nuevamente en el catálogo se estudiarán todas las circunstancias del lienzo original y de la copia hispalense’.
Publicado en: Reportaje