'En crisis anteriores, la capacidad de recuperación de la actividad turística en España se ha puesto a prueba con éxito'

M.ª Jesús Such Devesa, Profesora Titular en el área de Economía Aplicada de la UAH, junto con Patricia Aranda Cuellar, Investigadora Predoctoral en Economía de la Universidad de Alcalá, analizan la situación del mercado turístico provocada por la pandemia sanitaria del COVID19.

-Consecuencias de la caída del turismo provocada por el COVID19. ¿Qué importancia tiene a nivel económico y social esta caída en un país como España?

Según un ejercicio de simulación cuyos resultados acaba de publicar el Banco de España, para el primer semestre de 2020 se estima que la actividad turística habrá caído un 100%. Centrándonos en datos reales, la llegada de turistas extranjeros ha caído un 64,3% solo en el mes de marzo. Teniendo en cuenta que el turismo representa más del 12% del PIB de nuestro país y alrededor de 2,5 millones de empleos, la situación es y va a ser dura, al menos a corto plazo.

Todo esto también se traduce en verdaderos problemas de supervivencia para buena parte de las empresas del sector. No podemos perder de vista que muchas de ellas son PYMES, con escaso músculo financiero. Los problemas de liquidez que estas empresas presentan a día de hoy se pueden transformar en problemas de solvencia en un corto espacio de tiempo.

En general, las grandes empresas tienen una mayor capacidad de resistencia y adaptación, y es probable que identifiquen nuevas líneas de negocio, como pueden ser la atención a mayores y los cuidados. Los hoteles medicalizados han hecho su primera incursión en este segmento durante la crisis del COVID-19 y es posible que no sea su única transformación en un futuro próximo.

Desde la perspectiva de la demanda, en particular la internacional, se ha quebrado un principio básico del turismo al interrumpirse la posibilidad de viajar, pero también la de coincidir con otras personas en espacios públicos. Los movimientos turísticos precisan también de certidumbre y confianza, por lo que la “industria de la felicidad” (como en muchas ocasiones es identificada por la OMT) ha desaparecido momentáneamente.

España, fuertemente dependiente del turismo internacional (hay que recordar que 2019 se cerró con la acogida de más de 83 millones de turistas internacionales, otro récord para el sector turístico), se ve muy perjudicada con la paralización de dicha actividad económica. Así, en primera instancia, la industria turística anhela seguir pudiendo atender al turismo doméstico, si bien es cierto que, según el último informe Braintrust, la capacidad de gasto de los españoles en turismo se va a ver muy mermada para ello, estimándose una reducción del 47%.

Una de las ventajas que tiene España para el turismo internacional es su percepción como destino mediterráneo fiable y seguro en materia sanitaria. Por ello, es posible que esta percepción positiva afecte al menos a alguno de los tradicionales mercados europeos emisores.

tasa de variación anual de turistas extranjeros

Tasa de variación anual de llegadas de turistas extranjeros. Fuente: Insitituto Nacional de Estadística (INE).

-Según los expertos, de la gestión de la crisis del coronavirus dependerá la recuperación económica en sectores como la hostelería o el turismo. ¿Qué recursos, mecanismos y herramientas tiene el mercado turístico español para desarrollar esa recuperación?

En crisis anteriores, la capacidad de recuperación de la actividad turística en España se ha puesto a prueba con éxito. La actual crisis presenta rasgos diferentes a las anteriores, incluso a aquellas relacionadas con pandemias. No obstante, comparten como rasgo la pérdida de confianza, esta vez respecto al estado de salud de los que nos rodean, en lo local y en lo global, como fundamento de la reducción de las relaciones económicas. Además, en esta ocasión el turismo ha actuado como cauce por el que se ha transmitido el virus al conjunto del mundo y ello necesariamente provoca reticencias en la demanda a la hora de reanudar la actividad de viajar.

Al respecto, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, acaba de anunciar un ‘Plan de Relanzamiento del sector turístico’ con cuatro pilares ‘seguridad sanitaria, apoyo económico complementario, conocimiento turístico y reposicionamiento del turismo de España como destino seguro y sostenible’.

España es líder en competitividad turística mundial, tal y como acreditan las tres últimas ediciones del ranking WEF. No obstante y pese a lo demostrado como destino turístico en términos de resiliencia y competitividad, nos enfrentamos a un cambio de paradigma, lo que significa un verdadero reto para mantener el liderazgo.

El conocimiento y la capacidad de innovación son las claves para hacer perdurar la posición competitiva en un marco nuevo. En esta ocasión ha sido una pandemia, pero en el futuro podría tratarse de otros detonantes distintos. Ya existían señales que debían ser atendidas en materia de sostenibilidad en todas sus dimensiones: digitalización, cambio climático, ‘overtourism’,...

-El tráfico aéreo ha descendido a nivel mundial a la vez que se impulsa el teletrabajo o el desarrollo sostenible, ¿Creen que el sector aéreo volverá a las cifras anteriores a la pandemia? ¿Supondrá un cambio de modelo de viajes de personas a viajes de mercancías (logística, e-commerce)?

Es evidente que la experiencia adquirida con la generalización del teletrabajo va a tener una incidencia importante en el turismo de negocios. Buena parte de los viajes con esta motivación pueden sustituirse por reuniones virtuales, lo que tiene una clara incidencia en el transporte aéreo (puentes aéreos, rutas ofertadas, …)

Es una oportunidad para impulsar la investigación en transporte aéreo en el marco de una progresiva descarbonización, lo que podría tratarse en el marco de la agenda para el Pacto Verde Europeo.

Con la menor movilidad de las personas se favorece el comercio electrónico, al que se ha apuntado progresivamente buena parte de la población por lo que puede ser una línea de negocio complementaria al transporte de pasajeros para algunas compañías. Hoy por hoy, el posicionamiento de IATA indica que las compañías aéreas se resisten a reducir el número de asientos o dejar alguno libre en sus aeronaves exigiendo, a cambio, controles más exhaustivos en los aeropuertos y uso de mascarillas en las aeronaves para poder mantener el precio de los pasajes.

-Modelos turísticos que prevéis a corto y medio plazo. ¿Del turismo masivo 'de sol y playa' al ecoturismo cultural?

Sin duda, la crisis del COVID-19 ha transformado a corto y medio plazo el concepto de turismo de masas con el que estamos familiarizados. Hemos pasado de la preocupación por la saturación de los espacios y destinos (overtourism) a la preocupación por la distancia social. En ambos casos se evidencia la necesidad de disponer de algún indicador de alerta temprana para facilitar la gestión de los flujos turísticos, poniendo la inteligencia turística, el conocimiento y la innovación al servicio de los destinos. Para todo ello, España es referencia mundial en Destinos Turísticos Inteligentes, lo que servirá de soporte para afrontar los retos derivados de esta crisis. Es el momento de sacar el máximo rendimiento de la infraestructura de los destinos inteligentes.

El turismo masivo de ‘sol y playa’, en el que España es referencia europea, no va a tener la misma capacidad de carga que tenía debido a las normas de distanciamiento. Es obvio que las diferentes tipologías de destinos se comportarán de manera distinta,
en función de las nuevas preferencias de los turistas. En el turismo urbano es más complicado mantener el distanciamiento social dado que la mayoría de las actividades que lo caracterizan (museos, teatros, etc.) se llevan a cabo en sitios cerrados. Es probable el auge o expansión del turismo rural o de naturaleza, que conlleva cierto aislamiento y se desarrolla en espacios abiertos.

Asimismo, esto nos lleva a plantearnos el futuro de plataformas como Airbnb, cuyas unidades alojativas se concentran fundamentalmente en centros urbanos. Es probable que dichas viviendas se vuelvan a destinar a alquileres de larga duración, y ello tendrá impacto en la configuración de los barrios, algunos muy castigados por la masificación turística y los procesos de gentrificación.

Este es el momento de replantearse un modelo turístico basado en la concentración de personas en tiempo y lugar e intentar realizar la transición hacia otro más compatible con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos en el marco de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, fortaleciendo así los eslabones más débiles para hacernos mejores y más resilientes como sociedad.

Publicado en: Entrevista