Inauguración de la exposición sobre Nebrija en la Biblioteca Nacional

Una Comisión Interadministrativa, creada específicamente para esta conmemoración, de la que forma parte la Universidad de Alcalá, se encarga de organizar y promover actividades con la intención de difundir las valiosas aportaciones que el sabio de Lebrija hizo a la cultura hispánica, como el Congreso Internacional que acogerá la UAH, del 30 de noviembre al 2 de diciembre, que está organizado por los profesores Antonio Alvar Ezquerra, Guillermo Alvar Nuño y Teresa Jiménez Calvente, quien es comisaria también de la exposición inaugurada hoy en la Biblioteca Nacional.

En este Congreso titulado 'Nebrija en Alcalá de Henares (1513-1522) y su legado', se tratarán especialmente los aspectos biográficos de Nebrija que lo trajeron a Alcalá de Henares, su relación con el cardenal Cisneros, su labor docente y académica que desarrolló en el seno de esta Universidad y el legado que dejó tras su muerte. Para ello, los organizadores han reunido a un grupo de reconocidos especialistas de carácter tanto nacional como internacional, quienes expondrán los frutos de su investigación en los diferentes ámbitos que ligaron a Nebrija con la ciudad de Alcalá y su Universidad.

Por otro lado, la muestra de la BNE, reúne más de un centenar de obras del humanista andaluz procedentes de los fondos propios de la Biblioteca y otras prestadas por una decena de instituciones y podrá visitarse en la sala Recoletos de la sede de la Biblioteca Nacional de España en Madrid hasta el 26 de febrero de 2023.

Nebrija, humanista y polímata

Elio Antonio de Nebrija (Lebrija, c. 1441-Alcalá de Henares, 1522) fue el primer humanista hispánico, célebre por su Gramática castellana (1492), primera gramática en una lengua europea moderna. Su legado es de enorme influencia no sólo en España sino también en Europa y América: las gramáticas europeas y la preservación de las lenguas indígenas precolombinas gracias a las gramáticas amerindias, deben mucho a Nebrija.

Fue catedrático de la Universidad de Alcalá y como tal, tras su fallecimiento, sus restos descansarían en la Capilla de San Ildefonso, en una zona próxima al sepulcro del Cardenal Cisneros, reservada a quienes formaban parte del claustro de profesores de la Universidad de Alcalá, donde recientemente se colocó una placa a modo de epitafio. 

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