El nuevo director del Instituto Franklin: ‘Queremos ampliar el Instituto al resto de los campus de la UAH y acrecentar nuestra función como generadores de conocimiento’

Francisco Sáez de Adana sustituye en el cargo a Julio Cañero, actual vicerrector de Relaciones Internacionales, y es el primer director del Instituto Franklin que procede del Campus Científico-Tecnológico.

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Francisco Sáez de Adana.

En el campo de la ingeniería ha publicado 30 artículos en revistas internacionales y ha participado en más de 50 proyectos de investigación. Trabajó en la Arizona State University durante seis meses como Visiting Scholar en 2003 y durante dos meses como profesor visitante en 2013. Recientemente ha ampliado sus ámbitos de investigación al campo de la historia de la ciencia y la tecnología y coordina un proyecto financiado por el Instituto Franklin para estudiar la historia del radar en España y su relación con los Estados Unidos. Además, ha convertido una de sus grandes aficiones, los cómics y la cultura popular norteamericana, en otra área de estudio: ha publicado ocho capítulos de libros y doce artículos en revistas tanto nacionales como internacionales, desarrolla actividades de divulgación en eventos de difusión de la ciencia y ha realizado tres estancias en Ohio State University visitando la biblioteca más importante del mundo en el ámbito del cómic norteamericano.

-Profesor, usted ya era subdirector del Instituto Franklin en la última etapa, ¿cómo afronta ahora este nuevo reto?
-Con mucha ilusión. Creo que el Instituto ha alcanzado grandes cotas de prestigio en los últimos años y mi objetivo va a ser mantenerlo como un ente de referencia en los estudios norteamericanos en España y, si cabe, tratar de abrir nuevas vías que permitan afianzarnos en otros ámbitos que, hasta ahora, no están muy representados en nuestra entidad.

-Es usted el primer director del Franklin que no pertenece al ámbito de las Humanidades…
-Sí, soy el primero del Campus Externo y, por supuesto, del ámbito tecno-científico y esto, lejos de restar, entiendo que puede sumar. De hecho, uno de los retos prioritarios será abrir el Instituto a los ámbitos de ciencia y tecnología, dentro de la Universidad. La experiencia personal me dice que fuera del Campus ciudad el Instituto Franklin es un gran desconocido para la comunidad universitaria y esto debe cambiar. Tenemos que dar a conocer el Instituto e impulsarlo para que se integren nuevas áreas relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación. Tenemos 3 campus con sus propias características y debemos intentar llegar a todos ellos y seguir generando nuevo conocimiento también en estas áreas, de forma proactiva.
Además, creo que, una vez se ha conseguido que el Instituto sea el centro de referencia en España para todo los relacionado con Estados Unidos, también debemos serlo para el resto de los países de habla hispana, donde hay mucho interés  por los asuntos norteamericanos y donde, poco a poco, el Instituto Franklin puede ocupar también ese lugar de referencia.

-¿Cómo se inicia su vinculación con el Instituto?
-Llegué de una manera muy casual. En el año 2003 hice una estancia postdoc en Estados Unidos, en la Universidad del Estado de Arizona, y en mi tiempo libre me dediqué a un tema que me ha apasionado desde siempre: el cómic y la cultura popular, sobre todo estadounidense, que me fascina. Ese interés por conocer la sociedad y la cultura norteamericana se me agudizó enormemente durante esa estancia. Y cuando volví aquí descubrí, de casualidad, que en la UAH había un programa de doctorado en Estudios Norteamericanos. Me pareció muy interesante, pero hasta que no llegó la oferta del Máster en Estudios Norteamericanos no me animé a adentrarme de lleno. Hice el máster, entré en relación con Julio Cañero, y esos estudios me permitieron filtrar todos mis intereses hacia la cultura popular y el cómic norteamericanos. De una forma natural, poco a poco, inicié una segunda vida académica relacionada con estos asuntos dentro del Instituto Franklin.

-¿Qué visión cree que tienen los americanos del Instituto Franklin?
-Estimo que muy positiva. Un ejemplo de ello es que solo este verano vamos a tener unos 300 estudiantes norteamericanos recibiendo formación en los diferentes programas del Instituto. El crecimiento está siendo exponencial y es debido, en mi opinión, a la calidad de la formación que reciben. La proyección internacional de la Universidad y la ubicación, en una Ciudad Patrimonio de la Humanidad, también está muy bien valorada. USA es un país enorme, muy diverso, y llegar a todas partes no es fácil, pero cada vez son más las universidades estadounidenses que confían en el Instituto Franklin y en la Universidad de Alcalá para enviar a sus estudiantes.

-¿Hacia dónde cree que vamos en las relaciones internacionales con USA?
-Creo que el momento es muy impredecible, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Lo que parece evidente es que, como dice el dicho, ‘cuando Estados Unidos se constipa, todos estornudamos’, y eso es así y va a seguir siendo así. Parece que los indicadores económicos están bendiciendo  las políticas proteccionistas de Trump y puede que eso sea determinante para que el presidente se mantenga en el cargo un mandato más… De todos modos, de lo que no cabe duda, en Estados Unidos y en otras áreas, como Europa, lo que existe es un desgaste de credibilidad de los sistemas políticos tradicionales que repercuten en el incremento de los populismos y nos encamina hacia algo diferente. De aquí al 2020 se van a producir algunas citas importantes, entre ellas las elecciones a la presidencia y también la culminación del proceso del Brexit. Veremos…

-¿Y por qué es tan atractivo Estados Unidos para los europeos, profesor?
-Hay una cuestión cultural incluso previa al dominio económico de USA, que tiene que ver con esa visión industrial que tienen de la cultura: hacen películas para que la gente vaya a verlas, la música está pensada para llenar grandes estadios… A partir de esa condición de cultura industrial se crean unos mecanismos que facilitan la difusión de su cultura. Además, creo que después de la II Guerra Mundial, por cuestiones económicas y, de un ámbito, como el científico que muchas veces se olvida al hacer el análisis histórico, el inglés se ha convertido en lengua franca y eso ha producido una expansión de un producto atractivo que gusta a la mayoría de la gente.
De todos modos, yo creo que la fascinación es general en Europa y en el resto del mundo. No somos mucho más pro-americanos que el resto de países de nuestro entorno, sino que somos una muestra más de la importancia a nivel cultural, económico y científico que tienen los Estados Unidos en todo el mundo.

 

Publicado en: Entrevista