‘España se desangra por falta de inversión en investigación’, dice Francisco Ayala
El catedrático de Ciencias Biológicas de la Universidad de California Francisco J. Ayala, referencia mundial en genética y evolución, ha recibido en la UAH la medalla de Maestro en la V Lección Magistral Andrés Laguna, un reconocimiento que distingue a una personalidad relevante por sus aportaciones humanísticas, científicas y médicas en el ámbito de los países de cultura hispana.
En esta entrevista, Ayala reflexiona sobre su trayectoria y aporta algunas claves para entender lo que ha significado la secuenciación del genoma humano.
-El título de la conferencia que ha impartido en la Lección Magistral es ‘Medicina y futuro biológico de la humanidad’. Parece que la Biomedicina puede ser una de las grandes apuestas para el futuro...
- Lo es. Están produciéndose avances muy importantes en Ingeniería, Informática, en otras actividades humanas…Las organizaciones políticas –como yo soy un optimista lo pienso- están mejorando en el mundo…Pero la Medicina va a jugar un papel muy importante porque concierne la vida humana.
-¿Qué hace que un físico –su formación universitaria inicial fue la Física- se apasione por la Biología Molecular?
-Leí un libro titulado ‘El fenómeno humano’, del autor francés Pierre Teilhard de Chardin, cuando estaba estudiando física. Me entusiasmó y animó mi interés por estudiar la evolución humana. Y eso me hizo pasar de estudiar la Física y la Filosofía a estudiar la evolución.
-Alguien como usted, con una formación excelente en Teología, reitera constantemente que no debe mezclarse religión y ciencia, pero las creencias continúan influyendo en el desarrollo de la investigación…
-Sí, hay mucha gente que además ve la religión y la ciencia en conflicto, sobretodo en lo relativo a la evolución… pero no tienen por qué estarlo. Esto ocurre también en Estados Unidos, donde hay muchos fundamentalistas cristianos que interpretan la Biblia literalmente, como si fuera un libro científico, en contra de todo lo que han dicho los papas recientes y en contra de todo lo que decían ya sus comentaristas en los comienzos de la Era Cristiana. San Agustín es un ejemplo. Él dice que la Biblia no trata de explicarnos cómo fueron hechos los cielos sino cómo ir al cielo, cómo comportarnos con otros seres humanos…
-¿Qué opina de cómo se investiga en España y de la apuesta (o no apuesta) que hacen las Administraciones Públicas por la investigación en nuestro país? En inversión estamos donde estábamos a finales de la década de los 80… Así, ¿hacia dónde vamos?
-España tiene grandes científicos y hace contribuciones importantes a la ciencia, pero uno de los problemas que tenemos es que los gobiernos siguen invirtiendo muy poco. No están motivados para ayudar al avance científico porque no han descubierto que la riqueza que conlleva la investigación es inmensa y contribuye mucho a hacer crecer la economía y al avance social. En España se invierte entre el 1,2 y el 1,3% del PIB mientras que en Estados Unidos se invierte en torno al 3%. En el año 1980 España invertía el 0,4% del PIB y al final de la década, con las políticas socialistas, se logró llegar al 1%. El objetivo era que en la siguiente década se llegase al 2% de inversión, pero luego pasaron cosas, como la crisis económica, y seguimos ahí, estancados. Y es una pena, porque España se desangra. Los mejores científicos que forma, se van, porque no hay puestos para que investiguen aquí. Hay centros como el CNIO, que están muy bien, pero debería haber más actividad científica en centros de investigación y en las universidades, ya que hay muy buenos científicos en España a los que habría que dar la oportunidad de quedarse en su país investigando. España les ha pagado la enseñanza primaria, la secundaria, la universidad, las becas posdoctorales… y cuando empiezan a rendir se van, y eso es una alegría para otros países y una pena tremenda para España.
-Mirando hacia atrás –con la mirada del investigador- ¿usted pensó alguna vez que durante su trayectoria investigadora la Genética, la Biología Molecular podrían avanzar de este modo y usted sería protagonista de esos avances?
-Bueno, no sé si otros científicos piensan en esto… Yo planifico mi actividad docente, investigadora, mis labores en la gestión, pero yo nunca pensé en hasta dónde podría llegar.
-Cuando habla del proyecto genoma humano siempre dice que conocemos las letras, pero no entendemos el idioma… ¿Usted cree que algún día podríamos aprender ese idioma?
-Esto que yo digo es una metáfora. El idioma del genoma son muchos idiomas, hay muchos genes que interaccionan de forma que aún no comprendemos, y lo que estamos haciendo ahora es leer de vez en cuando un pequeño párrafo que entendemos. El progreso que estamos haciendo es grande, pero queda mucho camino por recorrer.
-De todos modos, el proyecto genoma humano nos ha aportado grandes cosas, profesor
-Yo estuve involucrado en el proyecto genoma humano desde el principio y hay algo que ni yo ni muchos como yo fuimos capaces de anticipar: los tremendos avances de la tecnología, porque secuenciar el primer genoma humano suponía 15 años de trabajo y 3.000 millones de dólares y ahora se puede secuenciar en una semana por 10.000 dólares. Si algún profeta me hubiera dicho que eso iba a pasar habría dicho que era imposible. Esto abre muchas puertas…
-Para terminar, ¿qué diría a los doctorandos universitarios españoles que aspiran a tener una carrera docente e investigadora en nuestro país?
-Las oportunidades son menos satisfactorias de lo que debieran ser. El problema es a dos niveles, porque falta inversión del gobierno y falta inversión privada, filantrópica. Y, por otro lado, las universidades españolas son aún instituciones muy rígidas…Pero hay que trabajar por lo que uno cree.
Publicado en: Entrevista