Enseñar español durante la pandemia

Mª Ángeles Álvarez, Académica correspondiente de la Real Academia Española (1995), es Catedrática de Lengua Española en la UAH y reparte su tiempo entre la docencia en el Grado en Estudios Hispánicos, en el Máster Universitario en Formación de Profesorado de Enseñanza Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas y en el Programa de Doctorado Estudios Lingüísticos, Literarios y Teatrales, además de ser la Directora de Estrategia e Innovación de Alcalingua, centro de la Universidad de Alcalá dedicado a la enseñanza del español como lengua extranjera.

También, Mª Ángeles es autora de distintos libros, algunos de los cuales han sido traducidos al chino, y en esta entrevista nos explica cómo ha sido posible seguir con la docencia del español a pesar de la pandemia.

- ¿Cómo se consiguen realizar todas esas tareas sin morir en el intento?

En efecto, la profesión del profesor es estresante y no siempre valorada socialmente, pues dedicamos todas las horas del día, y algunas de la madrugada, en mi caso, a preparar las clases, corregir los trabajos de los estudiantes, investigar, escribir libros, gestión universitaria y un largo etcétera. El secreto para realizar muchas cosas es organizarlas, es decir, hacer una detrás de otra, priorizando las más urgentes e importantes. Sin embargo, hay ocasiones en que sentimos que no nos da la vida… No obstante, formo parte de un departamento, el de Filología, Comunicación y Documentación, que es uno de los más activos de la Universidad de Alcalá. Además, estamos inmersos en la Facultad de Filosofía y Letras, también muy activa. Desde luego, tanto la Directora del Departamento, Ana Casas, como la Decana, Silvia Gumiel, se han propuesto demostrar que las Humanidades pueden ser muy rentables y que la transferencia del conocimiento es fundamental en la sociedad actual. Es un lujo pertenecer a estos dos grandes estamentos universitarios y contar con los magníficos profesionales que comparten conmigo docencia, investigación y gestión académica. También el soporte que nos dan desde la Secretaría del Departamento, con Mª José Iglesias y Carmen Bernalte, nos facilita mucho la labor que realizamos.

- En cuanto a su cargo como directora de Estrategia e Innovación de Alcalingua, ¿cuáles son los retos de Alcalingua para el próximo curso?

El próximo curso se presenta con un horizonte ‘más despejado’, en principio. No obstante, el verdadero reto lo hemos vivido en 2020 y en 2021. Alcalingua, que se autofinancia, se nutre de los estudiantes que vienen a España a aprender nuestra lengua y nuestra cultura. En ocasiones, viajan por el mero placer de conocer el mundo en español, ya que les atrae la música, la moda, los deportes, la gastronomía, etc., pero la mayor parte de las veces sus intereses son más profesionales. Necesitan el español para su trabajo y, por ello, es tan importante que dominen bien la lengua y conozcan nuestra forma de ser. Sea por una u otra razón, los estudiantes deben vivir en ‘proceso de inmersión’, para que el desarrollo del proceso aprendizaje sea óptimo y rápido.

La pandemia cortó este proceso. Estalló a mediados de marzo de 2020, en todo el mundo y aún seguimos sin haber salido de ella. El 15 de marzo es el momento en que acaba el trimestre de invierno y llegan los estudiantes para el trimestre de primavera. Por tanto, en pocos días se vaciaron las aulas del Colegio de los Irlandeses, pero no volvieron a llenarse. Es desolador ver este edificio, siempre lleno de estudiantes de diferentes partes del mundo, vacío.

Por supuesto, nos adaptamos de inmediato para dar la docencia en línea, pero la bajada de estudiantes fue bastante grande. Estudiar una lengua extranjera por videoconferencia no es lo mismo, desde luego.

En cualquier caso, la Directora General de Alcalingua, Maite del Val, lleva todo este tiempo reorganizando contactos y proponiendo nuevos cursos a todas las universidades y agentes con los que trabajamos. Ha logrado mantener Alcalingua abierta, sin que hubiera que reducir plantilla, es sin duda la mejor gestión que puede realizarse en un momento de crisis profunda en el sector, que ha tenido que cerrar incluso grandes empresas dedicadas a la enseñanza de lenguas extranjeras.

- ¿Cómo se ha adaptado Alcalingua a la pandemia?

El equipo de Alcalingua, siempre profesional, rápidamente se puso a adaptar la forma de enseñar, a cambiar los horarios de clase, para que fueran cómodos para nuestros estudiantes. Algunos profesores impartían clase a las 5 de la madrugada para que los estudiantes tuvieran clase en una hora ‘normal’ en su país. Lo que parecía que iba a durar muy poco, ha venido para quedarse.

También los profesores universitarios tuvimos que adaptar toda nuestra actividad al sistema de clases en línea, lo que supuso todo un reto. Esa labor silenciosa y modesta que es la docencia ha supuesto en estos duros momentos una válvula de escape para muchos problemas individuales. Para los estudiantes ha sido un apoyo moral y psicológico formidable que les ha permitido superar la situación que se vivía en casa. Hay que añadir que estos profesores, que han sacado adelante los cursos y a sus estudiantes, también tenían familia, hijos en casa, sufrían vicisitudes de toda índole y, sin embargo, han logrado mantener el rigor, el seguimiento y el objetivo de los cursos que se les había encomendado. Hay que destacar que la situación vivida en el sector del español como lengua extranjera se ha padecido de forma similar en la enseñanza reglada, donde los profesores de Primaria, Secundaria o Bachillerato han sacado adelante, con un esfuerzo ímprobo, los cursos de sus estudiantes. Los profesores, sea cual sea su condición, han sido héroes, héroes sin aplausos diarios, sin reconocimiento social, como si saber qué hacer y cómo enseñar cuando las condiciones han cambiado por completo fuera una más de sus responsabilidades. Lo han hecho, y de manera impecable, pero sigue pareciendo que solo han cumplido con sus obligaciones.

Las perspectivas para los próximos meses, aunque todavía sigamos luchando contra la COVID, se presentan más halagüeñas y parece que poco a poco volvemos a la presencialidad en las aulas y a cierta normalidad en la docencia. Sin duda, esta pandemia nos ha hecho más fuertes, más capaces y nos ha ayudado a reflexionar sobre nuestra labor como docentes y sobre el proceso de enseñanza/aprendizaje que se nos tiene encomendado.

MªAngeles Alvarez
La profesora de la UAH y Directora de Estrategia e Innovación de Alcalingua, Mª Ángeles Álvarez

- La creación de materiales didácticos, ¿qué puede contarnos sobre esto?

La docencia lleva aparejada la investigación y la investigación debe verse reflejada en la docencia. La faceta principal del profesor es ser un buen docente y, para ello, debe idear actividades que cumplan con el objetivo de la ampliación de las competencias que los estudiantes han de adquirir, junto con los contenidos que se plasman en ellas. La creación de materiales es una de las labores más atractivas, creativas y reconfortantes que pueda concebirse. Desde hace décadas, es una de mis principales tareas, crear materiales didácticos. No basta con elaborar unos materiales que se lleven al aula y gusten, sino que se ha de reflexionar qué es lo más eficaz para el desarrollo del aprendizaje. En este sentido, desde Alcalingua he creado diversos cursos y materiales complementarios que se han publicado con la Editorial Anaya ELE, Telefónica o la propia Universidad de Alcalá, que están en los 5 continentes como manuales, tras haber transcurrido más de 20 años de vida activa. La semana pasada, por ejemplo, me han comunicado que mi penúltimo libro, Curso de Literatura-2019, un libro en papel y dos complementos digitales acaba de ser traducido al chino. Es el noveno libro que han traducido al chino. En esto, la Universidad de Alcalá ha sido pionera, pues Sueña, curso de español como lengua extranjera en 4 libros, fue el primero en ser traducido a este idioma por el enorme interés que nuestra metodología despertó en ese país, hace ya más de 14 años.

Publicado en: Entrevista