Una profesora de la UAH, la primera española en obtener el Premio Rudolf Meimberg
La profesora de Filología Latina de la UAH, Teresa Jiménez Calvente, ha obtenido el Premio Rudolf Meimberg, otorgado por la Akademie der Wissenschaften und Literatur de Maguncia, por su trayectoria como filóloga e investigadora, especialista en el campo de la cultura y la literatura escrita en latín durante los siglos XV y XVI en España. Se trata de la primera investigadora española que obtiene este galardón, de periodicidad bianual.
Teresa Jiménez Calvente. |
Es un premio a la trayectoria de jóvenes investigadores internacionales y, por tanto, un reconocimiento a la labor de la profesora Jiménez Calvente en las últimas décadas; dentro de su producción, la Academia ha destacado su último libro, escrito en colaboración con Luis Fernández Gallardo, ‘El Duodenarium (c. 1442) de Alfonso de Cartagena: cultura castellana y letras latinas en un proyecto inconcluso. Estudio, edición y traducción’, que le ha reportado grandes satisfacciones a la investigadora de la UAH gracias a la profusión de citas y reseñas favorables que está recibiendo la publicación.
-Profesora, ¿quién es Alfonso de Cartagena y por qué de su importancia?
-Es una gran personalidad en la historia del pensamiento de España. Fue obispo de Burgos y un gran diplomático y experto en la política internacional y nacional en la época de Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica. Sus progenitores eran judíos, pero su padre se convierte al cristianismo y educa a sus hijos en la religión cristiana. Alfonso de Cartagena se especializó en derecho civil y canónico y participó de forma activa como embajador en el Concilio de Basilea, donde se dirimían cuestiones trascendentales para la Iglesia después del Cisma de Occidente. En ese Concilio, Cartagena justifica que España tiene prioridad en la conquista de Canarias frente a Portugal y, para ello, echa mano de fuentes históricas antiguas. También consigue el éxito en una pugna entre los embajadores ingleses y españoles sobre su prioridad a la hora de tomar la palabra y ocupar los espacios en este tipo de reuniones: él logra que la monarquía española tenga prioridad frente a la inglesa en las deliberaciones del Concilio, porque demuestra que es más antigua. También ayudó a formar a los intelectuales que estuvieron después en la corte de Enrique IV y los Reyes Católicos.
-Imaginamos que muy satisfecha con este reconocimiento
-Sí, muy satisfecha, porque además es una propuesta de la propia Academia germana. Es cierto que ya es un premio la buena acogida que ha tenido el libro sobre Alfonso de Cartagena, y creo que eso ha servido de ayuda, aunque los académicos dicen haber valorado el conjunto de mi investigación, que se centra sobre todo en la etapa fronteriza entre el final de la Edad Media y el comienzo del Renacimiento, un periodo apasionante y difícil de etiquetar.
-¿Qué le atrae de este personaje?
-Confluyen varias cosas. Es muy curiosa su procedencia, porque su familia refleja muy bien los problemas de finales del siglo XIV y comienzos del XV en España y, entre ellos, el problema converso. Su padre, Pablo de Santa María, judío y rabino de Burgos, decide convertirse al cristianismo y eso le genera un problema familiar, porque su mujer se negó a secundarle. El padre es un gran intelectual: tras su conversión, se formó como teólogo en La Sorbona y llegó a ser obispo de Burgos. Sus hijos, educados como cristianos, heredaron su interés por el estudio y entraron a formar parte del entorno de Juan II de Castilla, una época de la historia muy interesante, que no ha suscitado la atención que merece. Surge entonces una nueva clase social, formada por laicos y religiosos, una clase intelectual que se va situando en el entorno del monarca para convertirse en lo que hoy entendemos como funcionarios muy cualificados, y Alfonso de Cartagena forma parte de esa nueva élite. Y luego, la chispa terminó de encenderse en una visita a la catedral de Burgos, al darme cuenta de lo poco que se reconocían su figura y su labor, incluso en Burgos. Él realizó una gran labor como mecenas en la terminación de la fachada de la catedral; como político, defendió los intereses de Castilla con gran éxito y, como intelectual, estuvo a la altura de otros famosos intelectuales europeos del siglo XV. Y todo eso cuando tanto fuera como dentro de nuestras fronteras muchos expertos piensan que España en ese tiempo era un lugar yermo de intelectualidad…
-¿En qué está trabajando ahora?
-Estoy traduciendo y editando, junto con otro colega, parte de la correspondencia de Juan de Maldonado y acabo de publicar un extenso trabajo sobre la literatura que se generó en torno al atentado que sufrió Fernando el Católico el 7 de diciembre de 1492 en Barcelona. Y claro, sigo traduciendo y estudiando a Cartagena…
-Cuando hablamos de investigación en Humanidades algunos se preguntan por qué y para qué…
-En mi caso, creo que tiene toda la importancia porque sirve para rescatar pedacitos de historia y comprender el pasado y, si atendemos a Cicerón, que ya dijo que ‘la Historia es maestra de vida’, la comprensión de ese pasado ayuda a entender el presente y a conocer nuestro entorno cultural. Es importante exhumar documentos que demuestran que, en España, en ese momento de la historia, había personajes de gran altura intelectual, comparable a la de otros estudiosos muy valorados entonces en Europa. Nos damos cuenta de que España no estaba aislada y de que en ese momento se estaban sentando los principios que luego la convertirán en una gran potencia. El estudio de esta época siempre arroja luz y, en un momento como éste, con los conflictos territoriales que tenemos en España, la tarea de fijar los textos y conocer a los autores de los mismos nos ofrece muchas claves y nos ayuda a entender.
Lo maravilloso de la investigación como filóloga es el trato directo con los textos, que permite acercarse a las fuentes sin prejuicios previos, rompiendo de ese modo con ideas heredadas y preconcebidas. Es toda una aventura enfrentarse a libros que durante siglos han permanecido guardados bajo 7 llaves y que, de hecho, continúan así en muchos casos.
Publicado en: Entrevista