Crue, entidad de la que forma parte la UAH, presenta una guía de buenas prácticas para apoyar al alumnado con necesidades específicas

En la publicación han participado más de una veintena de expertos que trabajan para mejorar el acceso de las personas con discapacidad a la educación superior. Esta guía se une al trabajo de la Unidad de Atención a la Diversidad de la UAH, entidad que cuenta con múltiples recursos para facilitar y adaptar el aprendizaje a las personas con discapacidad.

Crue Universidades Españolas, entidad a la que pertenece la Universidad de Alcalá, ha presentado la 'Guía de buenas prácticas para la transición, el acceso y la acogida del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo en los estudios universitarios', realizada por la Red de Servicios de Apoyo a Personas con Discapacidad en la Universidad (Red SAPDU) dentro del convenio de colaboración con Fundación ONCE. Una publicación que une la perspectiva y experiencia de más de una veintena de expertos para mejorar el acceso de las personas con discapacidad en la educación superior.

El acceso a la universidad es uno de los grandes retos del estudiantado con discapacidad y con necesidad específica de apoyo (NEAE) puesto que dan el salto desde la Educación Secundaria postobligatoria, un entorno en el que se conocen sus requerimientos, a un entorno, a priori, desconocido. Por ello, la guía, coordinada por el Grupo de Trabajo de Adaptaciones Curriculares de la red SADPU y liderada por Sandra Huertas, da una serie de pautas prácticas para que los departamentos de orientación, equipos de apoyo específicos, servicios de información, orientación universitario y comisiones organizadoras de la EvAU provean de recursos específicos a este alumnado.

Las propuestas que recoge el texto, confeccionado para el óptimo progreso de las condiciones del colectivo estudiantil, recoge diversas pautas, como la documentación requerida en estos casos o los equipos interdisciplinares que colaboran en el proceso de adaptación, que cumple la UAH gracias a la Unidad de Atención a la Diversidad, dirigida por la profesora Raquel Gragera Martínez, donde se atendió en torno a los 200 universitarios durante el curso 2020/2021.

'La pandemia ha venido a complicar las cosas que eran difíciles', afirma la responsable Raquel Gragera, 'hemos tenido un incremento de las necesidades de los estudiantes y, también, se han adscrito algunos profesores, ya que la Unidad atiende a cualquier tipo de diversidad, tanto sexual, afectiva, como religiosa, que pudiera afectar a algún miembro de la comunidad universitaria'. La especialista define el área como una 'herramienta de ayuda' que empezará en el nuevo curso académico a atender a quienes necesiten de sus prestaciones. 

Es un gabinete que sirve como servicio especializado para el apoyo y asesoramiento de este grupo con el fin de promocionar su plena inclusión en la vida universitaria. Ofrece una atención individualizada en la Unidad de Integración y Coordinación de Políticas de Discapacidad y, a su vez, adaptaciones curriculares para facilitar el acceso a los exámenes, el material didáctico o, incluso, el mobiliario. 

Asimismo, destacan varios programas como el de estudiantes ayudantes, donde hay voluntarios que apoyan técnica o personalmente a los universitarios con diversidad funcional, fomentando el tejido social del campus; también TUTORDIS, una atención personalizada de tutoría permanente por parte del profesorado asignado que informa, forma y realiza el seguimiento; la Bolsa de Información para la comunicación directa de ayudas, convocatorias y becas; y las colaboraciones tanto con el Gabinete de Orientación Psicopedagógica como la Biblioteca de la Universidad de Alcalá en materia de recursos adaptados.

Esta función es imprescindible en las universidades españolas debido a que, tal y como recoge el V Informe Universidad y Discapacidad de la Fundación ONCE, el número de matriculados con alguna discapacidad asciende a las 20.000 personas, lo que representa un 1,5% del estudiantado. Del total, el 30% tiene discapacidad física u orgánica, el 11,5% posee discapacidad intelectual o del desarrollo y el 10% discapacidad sensorial. Los representantes de la Crue han calificado este informe como un valiosa e imprescindible instrumento para la correcta operatividad de las instituciones académicas al abrir sus puertas a la integración completa. 

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