Tres mujeres, tres ideas, tres historias
El Laboratorio CRAI Ciudadano ha seleccionado este curso tres iniciativas que han servido como espacio de encuentro y de intercambio de ideas entre la Universidad y la ciudadanía. Descubre los proyectos seleccionados
Mª Teresa Gallo, Ëmfùmú Masie y Carmen Valero son las representantes de las tres ideas que este curso ha seleccionado la iniciativa del CRAI Ciudadano. Son tres mujeres con garra y con ganas de hacer algo para facilitar e integrar la vida a los ciudadanos en su propia ciudad, en este caso en Alcalá de Henares.
El Laboratorio del CRAI Ciudadano es un espacio abierto para promover la participación ciudadana y acercar los proyectos de investigación universitaria a la población. Gracias a esta iniciativa organizada por el Vicerrectorado de Investigación y Transferencia y el servicio de Biblioteca de la UAH, dos proyectos de ciencia ciudadana que se han forjado en la Universidad han obtenido la participación de los alcalaínos. A ello se une el proyecto de Ëmfùmú, que ha creado una asociación para promover la interculturalidad.
Educando la mirada
Una de las acciones ha sido puesta en marcha por la profesora y miembro del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social (IAES), Mª Teresa Gallo, que ha usado la técnica Fotovoz para mejorar la realidad social de los barrios alcalaínos. Con este proyecto se busca lograr el empoderamiento de la ciudadanía y de la comunidad universitaria orientado a la transformación social desde la reflexión colectiva y el pensamiento crítico, para identificar, analizar y proponer soluciones a determinadas problemáticas sociales de los barrios en Alcalá de Henares. En definitiva, reflexionar de manera conjunta sobre la ciudad que tenemos y la que nos gustaría tener.
La metodología de Fotovoz no es nueva, si no que, como explica Gallo, lleva usándose desde los años 60 por los investigadores del área de Promoción de la Salud para que, de manera creativa e innovadora, puedan incorporar distintas miradas y perspectivas de su profesión a través del uso de la fotografía.
Su uso se ha extendido a otras áreas y colectivos y, actualmente, se está aplicando en el desarrollo de procesos de participación ciudadana en las ciudades ya que, debido a la creciente urbanización, casi el 70% de la población en España reside en ciudades de más de 50.000 habitantes. Esto plantea retos en términos de movilidad urbana y accesibilidad, vivienda, infraestructuras y servicios, relaciones sociales, convivencia, ocio, salud y medioambiente. “Ya el profesor Manuel Franco usó esta técnica en sus investigaciones de epidemiología”, explica Gallo, quien también lo utilizó en la asignatura que imparte sobre economía urbana.
En cuanto conoció la iniciativa del CRAI Ciudadano, Gallo no dudó en presentar su candidatura con la idea de integrar a los estudiantes con los ciudadanos de Alcalá. En total se desarrollaron seis talleres en los que los participantes fotografiaron y comentaron los espacios públicos y los servicios de calidad que la ciudad de Alcalá ofrece, basados en el concepto acuñado por ONU hábitat del ‘derecho a disfrutar de la ciudad’.
“La fotografía nos permite interpretar una realidad. El que toma esa imagen nos comparte su forma de mirar lo que puede ser una llamada a la movilización, al cambio o a la transformación, que los responsables de políticas públicas pueden tomar en consideración” asevera la profesora.
En total se han realizado alrededor de 40 fotografías que muestran la realidad de la ciudad, su potencial, pero también sus contradicciones: espacios abiertos, pero poco accesibles o inclusivos o que no favorecen el encuentro intergeneracional, servicios públicos insuficientes o que demandan mayor atención por parte de las autoridades públicas como son la movilidad y el transporte, el ocio, la limpieza de las calles, las zonas de aparcamiento, el cuidado y el mantenimiento de las zonas verdes y el patrimonio cultural, o la problemática de asequibilidad a la vivienda, entre otras cuestiones. Se ha previsto la realización de una exposición fotográfica que permita mostrar el resultado del proceso de investigación participativa realizada por los participantes a través de esta técnica.
Dando voz a las mujeres
El segundo proyecto de este curso del CRAI ciudadano también ha nacido en la Universidad de Alcalá. Carmen Valero es la investigadora de Vocinares que, dando continuidad a los proyectos desarrollados en las ediciones anteriores, tiene como objetivo empoderar a mujeres migrantes vulnerables de Alcalá y alrededores, y a los voluntarios que trabajan con ellas, para crear sociedades multilingües inclusivas.
A través de las participantes han conocido cuál es su nivel educativo, las lenguas que dominaban y si han vivido alguna situación que haya dificultado su integración en España. Y es que, como comenta la profesora Valero, el lenguaje es una barrera de integración, pero no la única, ya que, para las participantes, factores como el clima, la cultura o la comida han supuesto un obstáculo importante.
“La idea es dar continuidad al proyecto y realizar en la Universidad seminarios similares con investigadores que hablen sobre la migración, no solamente migrantes que nos hablen de su experiencia, sino expertos que expliquen los estudios sobre población migrante que están en marcha para ver si concuerda la teoría con la práctica” explica la profesora.
Convivencias interculturales
La tercera iniciativa ha sido presentada por Ëmfùmú Masie, fundadora y presidenta de Asociación Intercultural de Guinea Ecuatorial. Su idea no nace de la Universidad, sino de su propia experiencia como mujer africana que lleva 29 años en España y que busca la interacción de la diversidad cultural en la sociedad actual. El objetivo de los talleres que ha realizado en el marco del CRAI Ciudadano ha sido potenciar la interculturalidad en la educación desde la infancia.
Crear una sociedad en la que el color de la piel, la cultura, la raza y el origen no decidan la situación de una persona y promover el diálogo entre las culturas africanas y la occidental ha sido el eje central de las sesiones. En estas se ha explicado la diferencia entre vivir en multiculturalidad o en interculturalidad, donde en esta última, se da la interacción entre ambas partes y no se renuncia a la esencia de cada uno, sino que se comparte. De aquí la decisión de tener la interculturalidad como herramienta clave. Ésta no consiste en coexistir unas personas al lado de otras, como lo es la multiculturalidad: la ausencia de relación lleva consigo la falta de convivencia.
“La convivencia es una huerta que plantas, cuidas, riegas… Acentúo que esta construcción debe hacerse en este orden: desde dentro para fuera” detalla Ëmfùmú, que decidió participar en este proyecto por sus principios, a pesar de no tener una formación previa en el sector del asociacionismo. “En España he vivido discriminación y racismo, por eso hemos tratado estos temas, pero no desde el victimismo, sino dándole la vuelta a estas realidades” explica.
Durante los talleres, cada uno de los 12 colabores, han realizado dinámicas para fomentar la interculturalidad y la integración social y para que se conocieran los unos a los otros. “Por ejemplo, a través de la dinámica grupal de 'salvar a la abeja reina', te olvidas del origen de la persona, del color, de la edad, del sexo…para conseguir el objetivo común” afirma Ëmfùmú. También aprendieron a identificar la bandera del país de cada participante y, se habló del papel de la tortuga en los cuentos de la Etnia Fang a la que pertenece la promotora. Entre todos elaboraron el Árbol de la Diversidad Cultural Bienestar y, como colofón, realizaron un cuentacuentos para niños El sueño de Ëmfùmú.
Publicado en: Reportaje