“Trabajar en Harvard nos ha demostrado que tenemos más conocimientos que estudiantes de las mejores universidades del mundo”

Estudiantes del Grado en Física e Instrumentación Espacial de la Universidad de Alcalá han aprovechado los meses de verano para hacer prácticas en el Observatorio Astrofísico Smithsonian de Harvard y en la Agencia Espacial Europea

La Universidad de Alcalá es la única universidad de España que imparte el Grado en Física e Instrumentación Espacial y forma a los futuros profesionales que participarán en uno de los mayores desafíos de la Humanidad: la exploración del espacio, tanto desde su vertiente científica, como tecnológica.

Miguel Gómez, Ignacio Vivas y Alejandro Salinas están a un paso de finalizar este grado pionero de la UAH. Serán parte de su primera promoción y están cada vez más cerca de trabajar en un verdadero proyecto espacial. Se están formando tanto académicamente como profesionalmente y han realizado prácticas en Harvard y la Agencia Espacial Europea.

Miguel Gómez tenía pensado estudiar Física para luego especializarse en Astrofísica, hasta que, por casualidad, descubrió que la UAH ya ofrecía directamente ese tipo de formación en un solo Grado. “Nunca había programado y me he dado cuenta de que es la parte que más me gusta”, explica Miguel. “Este grado tiene esa parte de física que te aporta objetivos científicos desde una visión espacial, pero también te ofrece la base para diseñar un satélite”, añade.

A Ignacio Vivas le pasó algo similar, tenía muy claro desde pequeño que quería estudiar Física, pero optó por el nuevo grado de la UAH porque le pareció “muy interesante, al equilibrar la formación tanto de física como de instrumentación. Seremos un nexo de unión entre lo científico y lo tecnológico, un perfil que, según nos han comentado en las prácticas de este verano, está muy solicitado en proyectos espaciales”.

Ambos aprovecharon el parón estival en la UAH para realizar unas prácticas extracurriculares de dos meses en el Observatorio Astrofísico Smithsonian de la Universidad de Harvard investigando sobre física solar. “Ignacio y yo hemos estado trabajando con estructuras de plasmas que emergen de la corona solar, mientras que Ignacio ha investigado el origen de esas estructuras, cómo se forman debido al magnetismo del Sol; y yo, además, estuve midiendo las estructuras”, explica Miguel, quien ha estado usando datos que proporciona el satélite Solar Orbiter. Esta misión tiene como objetivo la observación del Sol desde una órbita que, en su perihelio, está más cerca de nuestra estrella que Mercurio. Fue lanzada por la Agencia Espacial Europea (ESA) en 2020 en colaboración con la NASA. 

Los primeros datos que se obtuvieron de este satélite fueron obtenidos por tres de sus instrumentos in situ, encargados de medir las condiciones que rodean a la nave espacial: el Detector de Partículas Energéticas (EPD), desarrollado por la Universidad de Alcalá; el instrumento Radio y Ondas de Plasma (RPW) y el Magnetómetro (MAG).

Esta experiencia también les ha servido para ganar seguridad. “Cuando estamos en España, creemos que fuera seremos inferiores, pero trabajar en Harvard nos ha demostrado que tenemos incluso más conocimientos que estudiantes de las mejores universidades del mundo”, afirma Ignacio.  Además, Miguel relata con entusiasmo cómo, durante su investigación en Harvard, descubrió un cometa nuevo, aunque el entusiasmo se torna frustración por no haber podido registrarlo con su nombre.

Alejandro también ha tenido una experiencia similar a sus compañeros. “Dudé entre estudiar Física o Matemáticas, porque me interesaba bastante la parte de astrofísica, pero al ordenar la lista de los grados vi este y me atreví a ponerlo en primer lugar. No me arrepiento, la experiencia está siendo bastante buena”.

Aunque actualmente se encuentra de Erasmus en Coimbra, ha pasado en agosto dos semanas en la escuela de verano de la ESA. “Investigué cómo afecta al cuerpo humano la no gravedad desarrollando mi propio experimento en hipergravedad o microgravedad”, explica Alejandro. Este tipo de investigaciones son importantes de cara a las misiones espaciales tripuladas con humanos, y más aún si habrá gente trabajando permanentemente en la Estación Espacial Internacional. “Pude compartir experiencias con estudiantes europeos de Grado o Máster de múltiples disciplinas como Física, Medicina o Ingeniería Aeroespacial”, continúa.

UN CUERPO DOCENTE EXPERIMENTADO Y CERCANO

El Grado en Física e Instrumentación espacial comenzó a impartirse en el curso 2021-2022. El cuerpo docente está formado por profesores e investigadores de los departamentos de Física y Matemáticas, Automática, Teoría de la Señal y Electrónica. Muchos de ellos están trabajando activamente en líneas de investigación en la temática que aborda este Grado y cuentan con más de 20 años de experiencia en proyectos espaciales, tanto en la parte científica, como en el desarrollo tecnológico de instrumentación espacial, afrontando el desafío de poner un objeto fuera de la protección de la atmósfera terrestre. 

Eso es algo que destacan los estudiantes. Como apunta Ignacio, “en muchos casos la asignatura se basa en la propia experiencia que tienen los profesores en distintos proyectos”, que les preparan para tener una visión global del mismo. “Un ejemplo de ello es el vicerrector Sebastián Sánchez, que ha estado involucrado en todas las fases de distintos proyectos espaciales”.

Miguel añade que los docentes les impulsan a “seguir esa trayectoria multidisciplinar”. Y esa relación estrecha entre los profesores y los estudiantes solo es posible en una universidad con las características de la Universidad de Alcalá. “Teniendo 50 alumnos por curso puedes establecer una mayor cercanía con el profesor. No solo imparten el temario establecido sino que nos cuentan sus experiencias y nos aconsejan de cara al futuro”, plantea.

Pero esa no es una realidad exclusiva del Grado en Física e Instrumentación Espacial. La Universidad de Alcalá apuesta por la educación de proximidad y la atención personalizada. Es líder en el ratio alumno-profesor según el ranking QS, obteniendo un 8,02. Bien es cierto que si se suman al cálculo los profesores y alumnos internacionales se alcanzan unas cifras totales de 2.352 y 20.793, respectivamente, lo que hace que la proporción baje ligeramente a 8,84, aunque todavía se trata de una cifra muy destacable. El tamaño, cuando se trata de educación, importa, y al ser una universidad de tamaño intermedio, la UAH puede ofrecer algunas ventajas, comodidades y beneficios a sus alumnos.  

MULTITUD DE SALIDAS LABORALES

Además, este Grado que se imparte en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alcalá permite el acceso al Máster en Ciencia y Tecnología desde el Espacio y, una vez realizado el máster, al programa de doctorado en Investigación Espacial y Astrobiología.

Miguel tiene muy claro qué quiere ser de mayor, quiere dedicarse a la parte tecnológica y al sistema de control de actitud y órbita de la nave, que es la que orienta y permite seguir la trayectoria del satélite. Ignacio no lo tiene tan definido, se escuda en esa multidisciplinariedad del Grado, pero lo que más le gustaría es trabajar como nexo entre el equipo tecnológico y el científico tras investigar en ambas facetas. Quizás podría continuar con la investigación que empezaron en verano. “El trabajo que estuvimos haciendo Miguel y yo fue para medir el viento solar lento, que es un gran desconocido. Es un viento que siempre está ahí, que varía, pero que no es lo suficientemente intenso para que los satélites como Solar Orbiter sean capaces de medirlo”, apunta Ignacio.

Lo que es cierto es que llegarán a ser lo que se propongan. Aunque solo Ignacio quería ser astronauta cuando era pequeño, las salidas profesionales que este Grado ofrece son muy diversas. Hay que destacar que, en el ámbito de la tecnología espacial, Madrid es centro de referencia, ya que en su Comunidad se ubican las empresas del sector espacial más importantes del país, siendo además España un país que aporta el 9% del sector en Europa.

Por otra parte, las estadísticas laborales reflejan que la formación en Física tiene unas perspectivas laborales muy positivas, dado que un 80% de los graduados en Física tardan menos de 6 meses en encontrar un empleo, según datos de la Fundación CYD. Tanto en España, como en el entorno europeo, existen numerosos centros e instituciones dedicados a hacer ciencia teniendo el espacio como medio de estudio y donde los futuros egresados podrán trabajar también dedicándose a la investigación. 

De todo ello se beneficiarán Miguel, Ignacio, Alejandro y el resto de alumnos de la primera promoción del Grado en Física e Instrumentación Espacial de la UAH. La formación exigente y multidisciplinar que han recibido les va a permitir poner rumbo a su futuro con las mayores garantías de éxito.

Publicado en: Reportaje