Lejos de ser un tema solo para especialistas, la meteorología espacial nos afecta a todos. Y es que fenómenos como las tormentas geomagnéticas nos suenan a términos científicos altamente técnicos, pero están más presentes en nuestra vida diaria de lo que podría parecer.

La actividad del Sol y sus efectos en el entorno terrestre nos fascinan e inquietan por igual y, por ello, los científicos le prestan cada vez más atención y lo estudian más de cerca. Expertos como Consuelo Cid, catedrática de Física Aplicada y responsable del grupo de investigación de la UAH especializado en meteorología espacial, disciplina que estudia el Sol, el entorno de los planetas y el medio interplanetario para saber qué tiempo hace allí, cuáles son las condiciones, y quienes lo provocan. "Normalmente es el Sol, pero no solo, también hay supernovas que afectan ese entorno. Nos dedicamos a estudiar especialmente la actividad solar y cómo esa actividad impacta en el entorno terrestre", señala.

Consuelo Cid relata también alguno de los ejemplos recientes de actividad solar intensa y cómo es su trabajo de monitorización continua del Sol, en colaboración con observatorios solares y agencias espaciales, como la ESA, para anticiparse a estos eventos. "La última vez que hemos tenido algo muy serio fue en mayo de 2024 (…). Sí hubo efectos, en Alcalá notamos perturbaciones importantes, se vieron auroras… La tormenta fue seria, aunque si la comparamos con la tormenta de la que existen registros históricos más grandes, fue una cuarta parte. Pero para nosotros ya fue importante", recuerda.

FULGURACIONES, LLAMARADAS O VIENTO SOLAR

La meteorología espacial estudia las condiciones en el espacio cercano a la Tierra y cómo estas condiciones son afectadas por la actividad solar. Esto incluye el estudio del viento solar, las fulguraciones solares (también conocidas como llamaradas solares) y las eyecciones de masa coronal, que pueden liberar millones de toneladas de plasma solar a velocidades de millones de kilómetros por hora. Todos estos fenómenos pueden dar lugar a las llamadas tormentas geomagnéticas cuando interactúan con el campo magnético de nuestro planeta, que pueden provocar alteraciones o incluso daños en nuestras infraestructuras tecnológicas.

Efectos debidos a la actividad solar puede haber muchos: interferencias en las señales de GPS, causar fallos en las telecomunicaciones por satélite, afectar las redes eléctricas e incluso alterar el funcionamiento de aviones y sistemas de navegación. Unos los vemos más directamente, pero otros no tanto, como puede ocurrir con una corrosión en una instalación como los oleoductos.

Pero la meteorología espacial no solo nos ayuda a proteger nuestra tecnología, sino también a comprender mejor la dinámica del sistema solar y la relación íntima entre nuestra estrella y la vida en la Tierra. Su estudio también es clave para futuras misiones espaciales tripuladas. Los astronautas fuera de la protección del campo magnético terrestre estarán mucho más expuestos a la radiación solar, y anticipar cambios bruscos en la actividad del Sol puede marcar la diferencia entre una misión segura y una en peligro.

NUEVAS INSTALACIONES PUNTERAS

La Universidad de Alcalá está precisamente de estreno en estos días, ya que presenta una nueva estación de meteorología espacial, compuesta por diferentes instrumentos que favorecerán la medición y monitorización de la actividad solar. "No tenemos instrumentación mala. Es verdad que es mejorable. Pero tenerla toda junta para que en caso de una tormenta solar podamos seguir teniendo datos, creo que no hay nadie en el mundo que lo tenga tan localizado, tan centralizado y estamos muy orgullosos de ello", destaca Consuelo Cid.

El nuevo capítulo de De VIVA voz ya se encuentra disponible en las principales plataformas de podcasting, como iVoox, Apple Podcast y Spotify, y en formato videopodcast en el canal oficial de YouTube de la Universidad de Alcalá.

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