Elena trabaja en el Grupo de Investigación DISCOBAC de la UAH desarrollando su tesis doctoral con complejos metálicos que tienen ligandos glicoconjugados. ‘Pretendemos sintetizar nuevos metalofármacos contra el cáncer que sean más selectivos que los que se usan actualmente en clínica y que así afecten solo a las células tumorales que requieren de más glucosa para crecer. Esta investigación está ligada a la investigación que desarrollé en el MIT con carbohidratos en la que desarrollábamos proteínas que se pudieran unir a diferentes carbohidratos para ser utilizadas como sondas, de esta forma, en un análisis de sangre se podrían detectar las células tumorales, ya que estos son marcadores de ciertos tipos de cáncer’ explica Elena, que estuvo destinada en el grupo Imperiali's Lab del MIT y regresó el pasado mes de septiembre. Aunque estas investigaciones son básicas, su desarrollo conduciría a desarrollar una buena diana terapéutica y un buen cribado contra el cáncer y ha aprovechado su trabajo en América para incorporar a su investigación los conocimientos adquiridos allí.  

David realizó la estancia el año pasado y se dedica a la química organometálica. En el Grupo SOSCATCOM de la Universidad de Alcalá trabaja con complejos de aluminio y zinc con la idea de sintetizar nuevos catalizadores con varios objetivos, como por ejemplo obtener biopolímeros. Concretamente, crean polímeros a partir de monómeros que son biodegradables o que provienen de biomasa, como alternativa sostenible a los polímeros tradicionales, que derivan del petróleo. Y, además, este grupo también trabaja en la activación de moléculas pequeñas como por ejemplo CO2. En su caso, su trabajo en el MIT no tenía nada en común con su investigación en España. Allí se integró en el grupo The Buchwald Research Group donde ‘los complejos eran totalmente distintos, ya que estaban basados en cobre, y la investigación estaba muy centrada en la industria farmacéutica’ explica David, que afirma que ‘a pesar de que el trabajo que realizan allí es bastante diferente al mío, me ha servido para ampliar mi experiencia en ese campo y ver de primera mano cómo se hace investigación en un laboratorio de primer nivel’.

Para ambos la experiencia ha sido muy enriquecedora. ‘Me he sentido muy cuidada, y ante cualquier duda todo el mundo estaba dispuesto a ayudarme. El salir de tu zona de confort, vivir en otra ciudad y manejarte en otro idioma es una experiencia personalmente muy buena’ asevera Elena. También, como apunta David, ‘se nota que es una de las mejores universidades del mundo por el nivel de sus trabajadores, los medios y las instalaciones que disponen. Se valora mucho el esfuerzo y es un lugar estupendo para ir a trabajar. Esta experiencia me ha servido para practicar y crecer como persona’.

Lo que más le sorprendió a David fue que ‘el campus se encuentra integrado en mitad de la ciudad, alojado en edificios modernos pero que no se distinguirían, a primera vista, de un edificio de oficinas’ y a Elena le llamó la atención ‘los recursos de los que disponía cada grupo de investigación. Cada laboratorio disponía de muchos equipos de trabajo’. Además, a ambos les sorprendió la dinámica de trabajo. ‘Al menos en mi grupo trabajaban de sol a sol. Y es que la sociedad es mucho más competitiva’ afirma David, a lo que Elena añade que, aunque a ambos les encantaría volver ‘se echa de menos a la familia, amigos y la buena relación entre los compañeros de trabajo’.

Tanto a Elena como a David les gustaría continuar con la carrera investigadora al terminar su tesis doctoral y se plantean la idea de otra estancia en el extranjero dadas las pocas posibilidades de financiación en nuestro país.

¡Enhorabuena y mucha suerte! 

Publicado en: Reportaje