
APS en la Universidad, una propuesta académica, social y personal
El experto en Aprendizaje-Servicio (APS), Robert G.Bringle, ofreció en la UAH una conferencia para explicar los impactos cívicos y personales que proporciona la aplicación del APS en las aulas.
El experto, profesor emérito de Estudios Filantrópicos y de Psicología vinculado al Centro para el Servicio y el Aprendizaje de la Universidad Indiana – Purdue Universidad Indianápolis, compartió sus conocimientos sobre lo que el Aprendizaje-Servicio (Aps) puede aportar a la sociedad y a la educación de los estudiantes en materia ciudadana y de solidaridad.
APS no es voluntariado, aunque lo incluye; no es solidaridad, aunque es necesaria; no es autosatisfacción, aunque también la genera. El conferenciante dejó claro en su intervención que el APS es la intersección entre la unión del aprendizaje académico, el cívico y el crecimiento personal, entre las habilidades y conocimientos que este tipo de aprendizaje desarrolla en los estudiantes, imposible que se desarrollen solo con la enseñanza académica: valores como la tolerancia, la capacidad de liderazgo, la capacidad de resolver problemas, la responsabilidad social y cívica con el entorno y el propio desarrollo personal se ven afianzados gracias a este método de aprendizaje. ‘El objetivo, por tanto, es utilizar los conocimientos académicos que se adquieren para ayudar a la comunidad’, señaló.
En el ámbito universitario y en el resto, se hace necesaria una base académica sobre la que organizar y estructurar los servicios. ‘El APS se fija en el receptor del servicio, pero también en el que provee ese conocimiento para llevarlo a cabo a través de una reflexión estructurada del aprendizaje (base académica), incluyendo el aspecto cívico. No se trata entonces solamente de ‘hacer para aprender’, sino que es también ‘aprender para servir’, y preguntarse siempre cuál es mi papel como estudiante, ya que no es solo participar en la comunidad, sino ser consciente de lo que significa la experiencia, pensar en qué aportar y cómo para mejorar la sociedad’.
Pero, ¿por qué necesitamos el APS? La respuesta, según el experto, es que ayuda a ‘construir’ ciudadanos y profesionales cívicos, en los que a su valía profesional se añada su valía personal y social. ‘Vivimos mucho más que una vida profesional: tenemos una vida cívica y debemos estar preparados para ella. Los profesores comprometidos quieren ampliar objetivos más allá de un contenido específico escolar, y es lo que el APS les proporciona’, agrega.
En definitiva, en opinión de Bringle, el APS ‘mejora el compromiso y la motivación, se focaliza en cuestiones como la justicia o el civismo para mejorar la sociedad y desarrolla hábitos democráticos’.
Para finalizar, una reivindicación del experto: en España se necesita más formación en APS para los educadores y para eso sería necesario un apoyo institucional que, de momento, no es el necesario a nivel nacional ni europeo.
Publicado en: Reportaje
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