
Un paso más cerca de entender el Sol: así se generan los Electrones Energéticos Solares
Solar Orbiter, con la participación de un instrumento liderado por la UAH, descubre dos tipos de electrones con orígenes diferentes
Hay muchas cosas que desconocemos del espacio. Es inmenso e incluso pensar en sus límites puede resultar una tarea imposible. Pero la poca información no detiene a la comunidad científica. Son muchos los proyectos dedicados a investigar lo que está fuera de los límites de nuestro planeta, lo que nos rodea y su origen. El último descubrimiento llega de la mano de Solar Orbiter, que ha centrado parte de su actividad en el estudio de los Electrones Energéticos Solares (SEE). El Sol es el acelerador de partículas más potente del sistema solar. Acelera los electrones hasta alcanzar casi la velocidad de la luz y los lanza al espacio. Están por todas partes, pero su proceso de formación era desconocido. Hasta ahora.
La comunidad científica ha encontrado dos tipos de SEE con un origen diferente. Por un lado, existen electrones que están ligados a las erupciones solares, o explosiones de pequeñas partes de la superficie de nuestra estrella amarilla. Es un evento de partículas impulsivo, ya que los electrones salen disparados de la superficie solar. Contrastan con el otro tipo de SEE, que son eventos más graduales relacionados con erupciones de mayor tamaño de gas caliente de la atmósfera solar, conocidas como eyecciones de masa coronal (CME). Estos eventos liberan una cantidad mayor de partículas durante periodos de tiempo más largos.
Conocer los diferentes procesos de formación de los SEE tiene muchas implicaciones y ventajas en el día a día del sector astronómico. Una de ellas es que permite fomentar la comprensión del tiempo espacial, donde la precisión de las previsiones meteorológicas es fundamental para mantener las naves espaciales operativas y seguras. Los electrones conectados con las CME, en concreto, son los eventos que están más relacionados con el tiempo espacial. Como suelen contener más partículas de alta energía, suponen un riesgo mucho mayor de daños. Por ello, resulta de vital importancia poder distinguir los diferentes tipos de electrones energéticos.
Este descubrimiento se produce gracias a la observación de cientos de eventos de partículas desde diferentes distancias con respecto al Sol, algo que solo es posible gracias a Solar Orbiter. Además, el dispositivo se pudo acercar mucho a la estrella amarilla, permitiendo medir las partículas en un estado más puro para así determinar el punto y lugar en el que se originaron en el Sol. Es el estudio más completo sobre eventos SEE realizado hasta la fecha.
¿QUÉ ES SOLAR ORBITER?
Solar Orbiter es el resultado de la colaboración entre dos grandes instituciones: la Agencia Espacial Europea y la NASA. Se trata de una nave dedicada, como su propio nombre indica, a la observación solar. Es el laboratorio científico más complejo jamás lanzado a nuestra estrella amarilla. No solo es capaz de observar el Sol desde más cerca que cualquier otra nave espacial creada hasta la fecha, sino que también proporciona una imagen de las regiones polares. Lo más cerca que estará de la estrella es a 42 millones de kilómetros. Puede parecer mucho, pero no es tanto como parece. La Tierra se encuentra a 150 millones de kilómetros del Sol y Mercurio, el planeta más cercano a la estrella, está a unos 58 millones de kilómetros de distancia.
El objetivo de Solar Orbiter es poder responder a preguntas que antes parecía imposible resolver: ¿qué impulsa el ciclo de 11 años de aumento y disminución de la actividad magnética del Sol? ¿Cómo se forma el viento solar y qué lo acelera a velocidades de cientos de kilómetros por segundo? ¿Qué calienta la capa superior de la atmósfera del Sol a millones de grados? ¿Cómo afecta todo esto a nuestro planeta?
La nave cuenta con 10 instrumentos que cumplen funciones diferentes. En este último descubrimiento se han utilizado ocho, y uno de ellos, EPD, está liderado por la Universidad de Alcalá. Cuenta con 4 telescopios de partículas energéticas, STEP, SIS, EPT Y HET, su objetivo es estudiar la composición, los flujos y las variaciones de las partículas energéticas emitidas por el Sol.
No se sabe qué se descubrirá en el futuro pero, de momento, Solar Orbiter y los demás dispositivos de investigación seguirán trabajando y ampliando nuestro conocimiento del espacio.
Publicado en: Actualidad
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