Divino es aquello perteneciente o relativo a Dios. Por lo que para una sociedad del siglo XVI acostumbrada a dejar en manos de Dios su suerte y su salud, que un médico fuera capaz de salvar la vida a un rey tras ingerir carne en mal estado, se consideró todo un milagro. De ahí que Francisco Valles, fuera más conocido como el Divino Vallés.

La conmemoración de los 500 años de su nacimiento es el punto de partida de la Semana de la Medicina que está a punto de comenzar en la Universidad de Alcalá. “Este burgalés vecino de Alcalá vivió cerca de donde está ahora el hospital que lleva su nombre, fue alumno y profesor en la Universidad de Alcalá y llegó a ser protomédico de Castilla y médico de Felipe II”, explica Julia Buján, catedrática de Histología y Medicina Tisular de la UAH y directora de la Semana de la Medicina.

Los protomédicos se encargan de habilitar a sus colegas para el ejercicio de la Medicina. Pero esto no significó que dejara de lado la atención a los más desfavorecidos. Como comenta el rector de la Universidad de Alcalá, José Vicente Saz, parafraseando a Valles en el podcast de la UAH, “antes de ser médico de Reyes hay que ser médico de pobres”.

Puerta de la casa de Vallés en Alcalá de Henares, actualmente hospital HMVallés

UNA NUEVA MANERA DE ESTUDIAR EN LA CIUDAD MÉDICA DE ALCALÁ DE HENARES

Francisco Valles fue un médico que cambió la formación sanitaria. Aunque ya estaba previsto en la bula papal y en la ordenación académica pensada por el Cardenal Cisneros, Valles incorporó y aumentó la duración de las las prácticas médicas en los estudios de Medicina, que hasta pocos años atrás habían sido meramente teóricos. Es por ello que se le considera el precursor de la anatomía patológica por su innovadora faceta docente, desarrollada en la Universidad de Alcalá, al impartir clases con la presencia en el aula de un cadáver.

Gracias a esta necesidad de practicar con el cuerpo humano aparecen los primeros hospitales universitarios. El primero de ellos fue el alcalaíno Hospital de Antezana en el que se atendía a personas con pocos recursos, pero en la ciudad de Alcalá también existían otros hospitales como el de San Lucas y San Nicolás o el de Santa María la Rica donde los frailes y monjas dejaron de cuidar a los enfermos moribundos para dejar paso a médicos con formación universitaria.

Como cuenta Gonzalo Gómez, profesor honorífico de la UAH y miembro del comité organizador de la Semana de la Medicina, ese Hospital, el de Santa María La Rica, que hoy es una sala municipal de exposiciones, “en 1513 comenzó a ser administrado por el Colegio de San Ildefonso determinando qué médicos tienen que curar en este hospital”. “Esta red de hospitales en el siglo XVI se empieza a dividir por patologías gracias a la aparición de las especialidades médicas que conocemos ahora”, puntualiza.

El Divino Vallés fue uno de esos médicos que devolvió la dignidad a los enfermos. Una de las bases del Humanismo. No veía a un enfermo sino que veía a una persona enferma. Su nombre ocupa, junto a otros, un lugar destacado en el Paraninfo. Su figura bien se merece un tributo de la Universidad de Alcalá y, durante la Semana de la Medicina, la capilla de San Ildefonso que alberga sus restos acogerá un acto homenaje  y se descubrirá una placa en su honor en el patio de Santo Tomás de Villanueva de la universidad cisneriana. Todo ello será el 4 de octubre, fecha en la que se conmemoran los 500 años de su bautismo.

La Semana de la Medicina no es solo una conmemoración histórica sino que, aprovechando la efeméride, pondrá en valor a través de distintas conferencias dedicadas a explicar los últimos avances en cardiología, cirugía robótica, oftalmología o salud mental, que sigue siendo una institución de vanguardia médica cinco siglos después de propiciar la eclosión del humanismo médico.

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