Desde asistentes digitales que ordenan nuestra agenda hasta sistemas que filtran información, corrigen textos o recomiendan rutas, la inteligencia artificial se ha integrado en nuestras rutinas. Es, para muchos, una herramienta tan habitual como el correo electrónico o el teléfono móvil.

La fascinación por sus posibilidades, sin embargo, no evita que nos planteemos hasta qué punto estamos delegando en la IA tareas y decisiones que antes eran exclusivamente humanas.

"Ya no hablamos de ella como futuro, ni siquiera a medio plazo", señala Antonio García Cabot. Y añade que "nos puede ayudar a hacer tareas más óptimas y podemos mejorar los procesos, pero no debemos utilizarla como un sustitutivo". Especializado en los llamados grandes modelos de lenguaje, este investigador considera que "estamos en un punto en el que las personas deben estar por encima de la IA". ¿La alternativa? "Se nos puede ir de las manos", advierte.

¿LA IA COMO ASISTENTE EMOCIONAL?

Los recelos ante el uso para todo de la IA adquieren especial relevancia cuando asistimos a situaciones en las que las personas empiezan a recurrir estos sistemas en momentos de vulnerabilidad emocional. Expertos en salud mental han alertado de casos en los que usuarios en crisis buscaban apoyo en chatbots o herramientas automatizadas, situaciones que en algunos episodios extremos han coincidido con desenlaces trágicos.

Aunque no puede atribuirse a la IA la responsabilidad directa de estos sucesos, sí nos hace preguntarnos si estamos depositando en la tecnología expectativas que no debería cumplir; un fenómeno que se explicaría, también, por la prisa y la necesidad de respuestas inmediatas que caracterizan a nuestra época.

"Con ese tipo de comportamientos, deberíamos tener cierto cuidado desde el punto de vista social. La IA nunca va a sustituir a un profesional", explica García Cabot.

LA IA EN LA EDUCACIÓN: OPORTUNIDADES Y RIESGOS

Los usos de la IA van ampliándose cada día en prácticamente todos los ámbitos: medicina, derecho, arte... Y la enseñanza no es una excepción. En las aulas, su presencia abre grandes oportunidades, pero también importantes desafíos. ¿Cuándo es adecuado utilizarla? ¿En qué momentos puede convertirse en un atajo que empobrece la capacidad crítica, la creatividad o el esfuerzo? Profesores y pedagogos coinciden en que, más allá de prohibir o abrazar la IA sin matices, es necesario aprender a convivir con ella con criterio y responsabilidad.

Desde el punto de vista de los estudiantes, por ejemplo, "no se debe utilizar como búsqueda primaria de información. Todavía las inteligencias artificiales, aunque lo van mitigando, tienen un problema que son las alucinaciones. Como funcionan con estadística, en algún momento va a fallar", recuerda Antonio García Cabot.

Este nuevo episodio Por qué la IA no es tan inteligente como crees está ya disponible en las principales plataformas de podcasting: iVoox, Apple Podcast y Spotify y también en formato videopodcast en el canal oficial de YouTube de la Universidad de Alcalá.

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