La Real Academia Nacional de Medicina reconoce a un estudiante de la UAH como el mejor alumno español del Grado
Jesús Cuesta acaba de terminar el Grado de Medicina en la Universidad de Alcalá, se ha examinado del MIR, y ha sido reconocido como el mejor estudiante según la Real Academia Nacional de Medicina, galardón que se otorga al mejor expediente entre los alumnos que han obtenido en las facultades de Medicina de España el Premio Extraordinario en el Grado
Mejor estudiante de la EvAU en 2017, Premio Extraordinario del Grado de Medicina en la Universidad de Alcalá, Mejor Graduado en Medicina según la Real Academia Nacional de Medicina...Suma y sigue porque, además, Jesús Cuesta, acaba de superar el examen MIR, posicionándose en el número 119 de la lista. Un nuevo éxito para este estudiante de la Universidad de Alcalá que duda entre las especialidades de cardiología, neurología o aparato digestivo. Hasta mediados de abril, que se celebra el día de elección, tiene tiempo para decidirse.
Lo que sí tuvo claro desde pequeño es que quería ser médico, como su padre, que también estudió en la UAH. Una vocación que ha vivido en casa y a la que ha dedicado muchas horas de estudio. Pero también en su vida hay hueco para el ocio y el deporte. "Hago atletismo, salgo a correr, y hasta cuarto de carrera he sido monitor de campamentos y actividades juveniles". En su caso, estudiar no es incompatible con salir con los amigos o con tener pareja.
Con respecto a la vida universitaria, Jesús afirma haberse sentido muy a gusto durante los seis años que ha estado en la UAH. "Los estudiantes de Medicina tenemos la presunción de que somos muy competitivos entre nosotros, pero la verdad es que había muy buen ambiente y compañerismo" relata.
Jesús no es de estudiar en bibliotecas, él prefiere estudiar en casa, aunque de vez en cuando cambiaba un poco de aires. Ha seguido el ritmo de una academia para preparar el MIR, pero su truco está en estudiar todos los días y no dejarlo todo para el último momento. Desde finales de junio hasta enero su día comenzaba temprano, estudiando par de horas después del desayuno y continuaba estudiando hasta un máximo de 6 horas tras hacer una breve pausa. La tarde la dedicaba a corregir el simulacro del día anterior y a ver clases grabadas. Y todo ello con solo uno o dos cafés como máximo en el cuerpo porque como afirma Jesús, "tengo el sueño frágil y según iban avanzando los meses tenía sueños relacionados con el temario".
"Lo que más me gusta de ser médico es el trato con los pacientes", un sueño, esta vez no del temario sino tan real que Jesús está cerca de alcanzar.
Publicado en: Reportaje