Una profesora de la UAH participa en el informe sobre el salario mínimo interprofesional

El Gobierno encargó a un grupo de expertos economistas, entre los que se encuentra la profesora de la UAH, Inmaculada Cebrián, un análisis sobre el salario mínimo interprofesional (SMI) y la propuesta de adecuación de este a la legislación europea. La profesora Cebrián nos detalla en esta entrevista los pormenores de este informe.

- ¿Cómo ayudará la subida del salario mínimo a equilibrar la desigualdad salarial?

Un reto clave del salario mínimo es permitir que las personas puedan cubrir sus necesidades básicas, tener un nivel de vida digno acorde a la sociedad en la que viven, evitándoles caer en la pobreza, no solo a ellos, sino también a los miembros de su hogar. El salario mínimo es por ello una garantía mínima.

Si estudiamos el caso de España y su mercado de trabajo, enseguida percibimos que hay un volumen alto de empleo precario, con bajos salarios. Esto explica que haya muchos sueldos concentrados en la parte más baja de la distribución salarial y lejos del salario medio. El aumento de la cuantía del SMI busca reducir la desigualdad salarial aproximando su valor a la cuantía media. De ahí el interés para que el salario mínimo sea, al menos, un 60% del salario medio.

El papel corrector del SMI sobre los niveles distributivos de rentas, la pobreza y la exclusión social dan sentido a la mejora del valor en sí mismo del SMI en la economía española.

En los momentos que vivimos, cuando todos necesitamos motivos para sentirnos mejor, un aumento del SMI, por pequeño que sea, ayudará a mejorar el nivel de gasto de los hogares y traerá consigo una dosis de certeza y confianza que ayudará a mejorar la situación económica con el avance del control de la pandemia.

- Como miembro del comité de expertos para definir la meta del SMI, para cumplir con las recomendaciones europeas, la primera tarea situar el 60% del salario medio, ¿qué cantidad han acordado que es?

Efectivamente, el primer mandato que recibimos fue determinar cuál es el 60% del salario medio en España. Esta tarea, aparentemente sencilla, nos llevó más tiempo del que podría imaginarse, tuvimos que realizar mucho trabajo previo y tomar una serie de decisiones que hubo que acordar.

Lo primero fue revisar el contenido de la Carta Social Europea por ser la base sobre la que el Gobierno se fija como objetivo lograr que el SMI llegue a representar el 60% del salario medio. Seguidamente, tuvimos que repasar todas las fuentes estadísticas oficiales disponibles que contienen información sobre el salario medio, atendiendo a los diferentes conceptos salariales y a las metodologías posibles. Así mismo, se analizó la situación de los países de nuestro entorno en relación con el salario medio.

A partir de todo este análisis, la Comisión pudo acordar que:

El salario medio de referencia es el salario medio neto con el que se remunera a un trabajador a tiempo completo. Esto significa que al salario medio le deducimos los pagos por impuestos y cotizaciones sociales.

La mejor fuente de información es la Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística por ser una fuente que permite ofrecer una buena aproximación para los fines que pretendíamos.

Hay que determinar una horquilla que establezca unos márgenes dentro de los cuales debe producirse el incremento del SMI para poder alcanzar el objetivo del 60% del salario medio neto en 2023, dada la incertidumbre y la crisis que está atravesando la economía española.

Así, partiendo del SMI actualmente vigente de 950 €, la Comisión establece que el incremento del SMI para alcanzar el objetivo del 60% del salario medio neto se podrá encontrar dentro de una horquilla que tiene:

En el rango más alto un SMI de 1049 € en 14 pagas, que supone una variación del 10,4, es decir, aplicar un aumento de 99 € al SMI actual.

En el rango más bajo un SMI de 1.011 € en 14 pagas, equivalente a un incremento del 6,4%, es decir, aumentar el SMI actual en 61€.

- A partir de ello, ¿qué propuestas han presentado al Gobierno?

El segundo mandato recibido consistía en establecer una posible senda para que, a lo largo de la legislatura, el SMI llegue a ser el 60% del salario medio.

Por ello, después de analizar diferentes alternativas, la Comisión, con el fin de ponderar la prudencia y la incertidumbre derivada de las circunstancias extraordinarias provocada de la crisis sanitaria y su impacto social y económico, acordó proponer una senda creciente desde 2021 a 2023 que permitiera ir incorporando de manera paulatina los incrementos sucesivos dejando la parte principal del aumento del SMI para los dos últimos años. De esta manera, la Comisión ha propuesto 3 posibles escenarios para la senda de convergencia:

Si el salario medio subiera un 1,8% en 2020, y el SMI hubiera de incrementarse en 99 €, entonces el aumento podría ser de 19 € en 2021, 40 € en 2022 y 40 € en 2023.

Si el salario medio subiera un 0,9% en 2020, es decir, si el SMI aumentara en 77 €, los incrementos serían entonces de 15 € en 2021, 31 € en 2022 y 31 € en 2023.

En caso de que el salario medio no subiera en 2020, de manera que el SMI aumentara en 61 €, entonces las subidas podrían ser de 12 € en 2021, 24 € en 2022 y 25 € en 2023.

- ¿Qué factores podrían influir en la decisión final del Gobierno? ¿Cuándo podría producirse finalmente este aumento?

No cabe duda de que el gobierno y los agentes sociales, cuando se reúnan en el marco del diálogo social, habrán de considerar cuál sigue siendo la evolución de la economía, no sólo en relación con el nivel de producción o la productividad, sino también sobre los precios y la propia evolución de los salarios, a partir de los datos más actualizados que pueda ir proporcionando el Instituto Nacional de Estadística. Sólo ellos pueden ser los que tomen la decisión final sobre cuándo y de qué manera se irá aproximando el valor del SMI al valor que le permita converger con el 60% del salario medio neto.

Evidentemente, para poder medir cuáles son las consecuencias efectivas del aumento del SMI sobre la economía, habría que ser capaz de tener más información sobre la respuesta de variables determinantes no sólo sobre el nivel de empleo o el desempleo, sino sobre la distribución salarial, la desigualdad, la pobreza.

Si tenemos en cuenta que los aumentos que se proponen son relativamente pequeños, no cabe esperar que el impacto sobre el empleo sea significativo, mientras que, sin embargo, el proceso tendrá con toda seguridad un impacto positivo para el futuro bienestar de las personas.

Publicado en: Entrevista