Una profesora de la UAH investiga el fenómeno del deísmo junto a una colega de la Complutense

La investigación sobre deísmo y evidencialidad de las profesoras Pilar Pérez Ocón (UAH) y Edita Gutiérrez Rodríguez (UCM) forma parte del proyecto EPSILONE del Ministerio de Ciencia e Innovación liderado por las profesoras de la Universidad de Alcalá Silvia Gumiel Molina e Isabel Pérez Jiménez. En relación con este fenómeno, en octubre se celebrará un congreso dedicado a la evidencialidad, EviStRom, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAH.

 - ¿Qué es el deísmo?

- El deísmo es una construcción del español que no pertenece a la variedad estándar y que observamos en ejemplos como No me hagas de reír o Le propuse de quedar en la plaza. En estas oraciones aparece una preposición de, por eso el nombre de deísmo, que no está seleccionada por el verbo principal. Lo correcto sería No me hagas reír o Le propuse quedar en la plaza. Esta construcción se documenta tanto en el español peninsular como en el español americano.

- ¿Es correcto su uso?

- El deísmo no pertenece a la norma culta y esto lo convierte en un fenómeno interesante para investigar. El lector se preguntará por qué los lingüistas estudiamos construcciones incorrectas.

- ¿No sería suficiente con corregirlas y aconsejar a los hablantes que no incurrieran en tales faltas?

- Los lingüistas no somos los policías del lenguaje. Oraciones como La dije adiós o Pienso de que no vendrá son tan dignas de estudio (o más) que sus contrapartidas correctas. Lo que nos interesa a los lingüistas es averiguar por qué hablamos como lo hacemos, igual que a un físico le interesa explicar por qué las cosas son como son. Un físico no intenta corregir la naturaleza, sino simplemente explicar por qué se caen los objetos. No considera que esto sea una incorrección de la naturaleza, por mucho que nos pareciera mejor que las cosas flotaran. El físico, como el lingüista, se limita a observar cómo es la realidad y, si puede, a explicarla con teorías, aunque sea parcialmente.

Los hablantes, en este sentido, no pueden hablar ‘mal’. La lingüística moderna, desde Noam Chomsky, ha demostrado que el lenguaje es una facultad universal exclusiva de los seres humanos y, por tanto, no hay lenguas ni hablantes ‘pobres’. Aclarada la naturaleza del lenguaje, conviene añadir que el deísmo, como el laísmo, no forman parte de la norma culta del español y se consideran incorrectos, lo que significa que no deberían usarse para presentar un informativo o escribir un ensayo. Sin embargo, estos fenómenos no son agramaticales, porque existen hablantes deístas y laístas. No entraremos en la diferencia entre incorrección y agramaticalidad, pero entender ambos conceptos ayuda a explicar la naturaleza del lenguaje y el trabajo de los lingüistas.

- ¿Qué es la evidencialidad y qué relación tiene con el deísmo?

- ¿Qué diferencia hay entre Le propuse quedar en la plaza o Le propuse de quedar en la plaza? ¿Son oraciones que alternan solo en función del registro o tienen significados diferentes? Una pregunta similar se ha formulado para el dequeísmo. Pongamos un ejemplo tomado de la prensa: El PSdeG cree de que los recortes mermarán servicios básicos. Algunos lingüistas han señalado que la presencia de la preposición en el dequeísmo refleja un cierto grado de inseguridad y añade incertidumbre sobre la fuente de información del hablante.

Este tipo de significados se ve más claramente en las lenguas evidenciales, que tienen morfemas para indicar la fuente de donde el hablante ha tomado la información, de la misma manera que el español tiene morfemas para el género, el número, la persona o el tiempo. Alrededor de la cuarta parte de las lenguas del mundo se comportan de esta manera; entre ellas figuran el tagalo en Filipinas o muchas lenguas indígenas de América. Veamos cómo se comportan las lenguas evidenciales a partir de una serie de datos de la lengua wintu, hablada en el norte de Carolina, tomados de la lingüista Alexandra Aikhenvald. Todas las oraciones que aparecen en el ejemplo de (1) significan ‘él está cortando madera’. El morfema que aparece en negrita codifica la fuente de la información. El hablante puede afirmar que él está cortando madera porque lo ha visto (1a); porque lo ha sentido, por ejemplo, porque le ha saltado una astilla (1b); porque lo ha inferido, por ejemplo, si el hacha no está en su casa (1c); porque lo asume, ya que sabe que a esa hora trabaja cortando madera (1d); o, finalmente, porque se lo han dicho.

(1) a. k’upa-be· [visual]

b. k’upa-nthe· [sensorial no visual]

c. k’upa-re· [inferida]

d. k’upa-ʔel· [asumida]

e. k’upa-ke· [reportativa]

- ¿Añade la presencia de la preposición de en el deísmo algún tipo de información evidencial?

- Esta es la pregunta que fundamenta nuestra investigación. Queremos averiguar si para un hablante deísta la presencia de la preposición en la oración Mi hijo está intentando de montar la estantería indica algún tipo de evidencia indirecta, de manera que el hablante afirme que el hijo está montando la estantería no porque lo esté viendo (evidencia directa), sino porque lo asume o se lo han dicho (evidencia indirecta). La investigación está en marcha, hemos hecho encuestas a hablantes de Castilla-La Mancha, pero todavía no tenemos datos concluyentes para responder a la pregunta inicial.

- ¿Hay algo parecido al deísmo en otras lenguas?

- Si el lenguaje es universal, tal y como hemos afirmado anteriormente, no sería descabellado pensar que esto que sucede en español con el deísmo se da también en otras lenguas. Según el lingüista Jeroen van Craenenbroeck, en algunos dialectos del holandés la presencia de la partícula van con algunos verbos también significa evidencia indirecta.

Para terminar, queremos quedarnos con la idea de que el estudio del lenguaje puede adoptar un punto de vista científico. El investigador no ha de juzgar los datos, sino observarlos, inscribirlos en un sistema, experimentar con ellos y finalmente explicarlos a partir de una teoría. 

Publicado en: Entrevista