Una profesora de Comunicación Audiovisual de la UAH publica su primera novela

Julia Sabina Gutiérrez es profesora de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Alcalá y ha querido plasmar en su primera obra titulada Vidas samuráis las vivencias de Maribel en Francia, quien como muchos españoles emigró tras la crisis de 2008.

Aunque por el título parezca que nos acercamos a una novela histórica de guerreros japoneses, nada tiene que ver con ello, como explica la autora, ‘la he llamado así porque los samuráis viajaban, aprendían y luchaban, como han hecho tantos jóvenes durante estos movidos años de crisis permanente’.

Esta novela fresca, publicada por la editorial Destino, ya va por la segunda edición y justo acaba de ser traducida y publicada en Italia, aunque bajo el título Vite in attesa.

- ¿Desde cuándo se dedica a la escritura?

Siempre he escrito un poco de todo. Estudié Comunicación Audiovisual y me he dedicado al guion cinematográfico, centro de mi tesis doctoral. Pero en realidad, hacer guiones y narrativa son dos formas de escribir diferentes.

Con la novela quería tener control de todo: de los personajes, de qué va la trama…No como con los guiones, que no terminan hasta que se plasman en una película, lo que conlleva mucho tiempo.

- ¿De qué trata Vidas samuráis?

De experiencias que son comunes a los que nos tuvimos que marchar a partir de la crisis económica de 2008, pero me quise alejar de algo totalmente testimonial, así que hice una mezcla de recursos de lo que sería una comedia francesa con toda la estética de las pinturas negras de Goya que somos los españoles, siempre con un punto más esperpéntico, oscuro, austero… que me sirvió para tener este tono de novela de ficción.

Quería que fuera una tragicomedia. Estos aspectos trágicos y situaciones un poco más oscuras se plasman en la protagonista, que conoce las zonas peligrosas de Lille, no es exactamente lo que esperaba y se mezcla toda la dura realidad que es marcharse de su país. Por otro lado, quise mezclarlo con un tono alejado del victimismo, en el que hubiese situaciones de empatía hacia la gente, momentos cómicos, ya que, al fin y al cabo, lo que se diferencia esta obra de unos diarios es que es una historia con un inicio, un nudo y un desenlace. A ellos se unen todas las claves que va buscando Maribel, con un punto de misterio, ya que conseguirá las claves de conseguir lo que quiere.

- ¿Por qué escribió esta novela?

Vidas samuráis fue una especie de desahogo, quería plasmar todas estas vivencias que recuerdas una vez que vuelves de estar tanto tiempo fuera y piensas ¿qué ha pasado en estos años? La escribí para guardar este testimonio, aunque no con forma de diario.

- Aunque no es una obra autobiográfica, ¿refleja en ella sus vivencias?

En realidad, a la hora de escribir, es muy difícil aislarse totalmente de uno mismo. Incluso si estuvieses escribiendo una novela histórica romana, siempre hablarás de temas recurrentes, de tus propias obsesiones… creo que separarlo tanto de la persona es muy difícil. Sí que es verdad que contar otras historias, a veces, me servía para distanciarme del personaje y expresas vivencias más vulgares. Es una forma de escudarte y poder ser más libre a la hora de escribir.

- ¿Cree que la experiencia de haber vivido en otro país, como la protagonista, cambia la forma de ver el mundo?

Sí, por un lado, te vuelves más humilde y comprensivo con la gente que viene a tu país porque piensas que: si para mí fue difícil marcharme, y no tuve que gestionar derechos de asilo o permisos de residencia, cómo será si encima tienes que hacer todo esto.

Pero también desde un punto de vista artístico, te cambia la mirada, es como cuando coges la cámara de fotos y te vas a un país extranjero y haces muchas fotos: te cambia la manera de escribir.

También es muy importante que, cuando regresas, empiezas a ver tu país con otros ojos, empiezas a descubrir otros lugares que no habías visitado nunca pero que estaban al lado de tu casa. Yo creo que una vez que te marchas fuera, ya vas a ser un extranjero siempre, incluso en tu propio país.

Los españoles éramos muy de tirar piedras en nuestro propio tejado y no sabemos valorar las cosas buenas, o no ser lo suficientemente críticos con las cosas malas. Marcharte te ayuda a tener un equilibrio, ni a castigarte demasiado, ni a ser demasiado complaciente.

- Actualmente, ¿está escribiendo otros textos?

Sí, la historia que estoy escribiendo ahora está situada en estos territorios de la Universidad de Alcalá y de Guadalajara, pero con el trabajo de la Universidad tengo que ir encontrando huecos libres para escribir narrativa. De una manera extraña, escribir artículos científicos me ha dado más fluidez a la hora de escribir ficción, son dos mundos que no son tan contrarios como mucha gente pueda pensar. Aunque sea distinta la manera de plantearlo, hay una parte creativa que comparten que se va desarrollando.

- En la Universidad, ¿en qué proyectos de investigación está trabajando?

En el grupo  de  Investigación 'Imágenes, Palabras e Ideas' estamos investigando sobre jóvenes en redes sociales y también estaba colaborando en proyectos de realidad virtual, ya que me interesa mucho ver cómo la escritura se va modificando con las nuevas tecnologías y cómo los jóvenes también se van apropiando de ellas. Es maravilloso ver cómo con las nuevas tecnologías se va transformando la escritura y el hecho de investigar y al mismo tiempo ser escritora, me hace disfrutar mucho de este momento. 

Publicado en: Entrevista