Una investigación de la UAH descubre que las estelas armadas en Suiza estuvieron originalmente pintadas

La investigación de Primitiva Bueno, catedrática de Prehistoria de la Universidad de Alcalá, junto a la doctora Rosa Barroso, pone de relieve la colaboración multidisciplinar en torno a estas estructuras pétreas de más de tres metros de altura.

Los vestigios del pasado permanecen de diversas maneras en la actualidad, tanto en esculturas, pinturas, arquitecturas y hasta en piezas diminutas de cerámica encontradas en yacimientos. Las estelas, estructuras monolíticas de piedra, tienen diversos significados que conmemoran ritos o acontecimientos a través de las decoraciones que se hicieron en sus superficies. En esta ocasión, Primitiva Bueno, catedrática de Prehistoria en el departamento de Historia y Filosofía de la Universidad de Alcalá, es una de las investigadoras responsables, junto a la doctora Rosa Barroso de la UAH, del proyecto MINECO: "Construyendo las imágenes de guerreros en Europa. El papel del campaniforme ibérico tipo Ciempozuelos".

Las estelas encontradas en la ciudad de Sion, en Suiza, han reunido a un equipo de trabajo sin parangón, al que pertenece también Rodrigo de Balbín Behrmann, de la UAH, además de Fernando Carrera, especialista en conservación y restauración de pintura megalítica de la Universidad de Pontevedra, miembros de la UNED, de la Universidad de Ginebra, del Servicio Cantonal de Arqueología del Valais y del Museo de Sion. No es la primera vez que Primitiva Bueno se enfrenta a un proyecto que intenta desentrañar los misterios del pasado, pero este ha venido a recuperar una riqueza patrimonial sin precedentes.

- ¿En qué se caracterizan estas estelas y cómo han trabajado con ellas?

- Las estelas representan figuras humanas en piedra, vestidas probablemente con sus mejores adornos y asociadas a contextos funerarios. Se datan entre el IV y el III milenio a.C. Nuestra hipótesis de trabajo es que estas grandes imágenes en piedra (en torno a los tres metros de altura), decoradas con grabados que representan sus vestimentas, armas, cara y a veces brazos y manos, tuvieron en origen decoraciones pintadas. Como la pintura tiene más problemas de conservación, aplicamos un protocolo específico para detectarla, colaborando con químicos para caracterizar los pigmentos y, si es posible, obtener cronologías C14 sobre ellos.

- ¿Qué técnicas utilizan en el proceso para detectar los pigmentos?

- Primero utilizamos la fotografía con el apoyo de técnicas específicas de iluminación para resaltar las bandas de color. Cuando podemos corroborar que existen indicios de restos de pigmento, se muestrean en porciones de 1 milímetro para ser analizados en laboratorio mediante microscopía Raman. Si resulta factible la microscopía Raman, se hace in situ con aparatos portátiles. Venimos colaborando con el equipo de la UNED dirigido por Antonio Hernanz y en la actualidad trabajamos con Mercedes Iriarte de este mismo equipo, que dirige un laboratorio comercial. La colaboración entre Universidad y empresa en proyecto de investigación básica es un aspecto muy positivo.

- Una de las hipótesis que manejan es que estas estelas reflejan una tradición de generaciones en su elaboración, ¿cómo pueden saberlo?

- Las técnicas y decoraciones empleadas están documentadas en soportes muebles y escultóricos asociados a los primeros megalitos. Por eso, indicamos que las decoraciones de estas estelas tienen una larga tradición en los sistemas de representar cuerpos humanos vestidos en los megalitos europeos. Los antecedentes a los que nos referimos tienen un especial peso en la Península Ibérica, lo que nos permite plantearnos algunas cuestiones acerca de cómo se extienden estos modos de representar personajes vestidos por Europa.

Además, hemos podido confirmar que efectivamente estas estelas estuvieron originalmente pintadas, lo que contribuiría a su visibilidad y a la riqueza de técnicas empleadas en su realización. Estamos a la espera de los resultados para los muestreos de carbón, que lleva a cabo la doctora Ruth Ann Armitage en la Universidad de Michigan, en la esperanza de obtener alguna datación directa del pigmento. 

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Excavación arqueológica en Sion

- ¿Cómo ha recibido la población de Sion esta investigación?

- En Sion estas estelas resultan un emblema del pasado de los habitantes de los Alpes en la Prehistoria Reciente. Los nuevos descubrimientos se están dando a conocer ahora y han tenido un impacto importante en la zona. La exposición que inaugura este octubre en Zúrich, que incluye estas estelas, contribuirá a dimensionar la proyección de estas novedades que enriquecen la lectura que podemos hacer de las más antiguas representaciones de cuerpos humanos con recargadas vestimentas a gran escala, como es el caso.

- ¿Cuál ha sido su experiencia personal durante el trabajo, teniendo una larga trayectoria en investigación?

- Colaborar con equipos de otros países es siempre un privilegio. Contrastar ideas, reflexionar conjuntamente y poder aportar experiencias es, además, una gran oportunidad para nuestros equipos. La Universidad de Ginebra con Florian Cousseau y Marie Besse han sido los apoyos fundamentales para el trabajo de campo mientras que los permisos han sido obtenidos por el Service Cantonale de l’Archéologie du Valais. También, el Museo de Sion, con su conservador Pierre-Yves Nicod, ha desplegado todos los apoyos logísticos para una primera documentación, y François Mariethoz ha implementado la fase de limpieza-conservación. La colaboración con Manuel Mottet, el arqueólogo director de las excavaciones ha sido fundamental.

- ¿Qué otros proyectos tienen en marcha en la actualidad?

- Actualmente, estamos trabajando en megalitos en Extremadura. Hemos tenido ocasión de desarrollar un proyecto sobre el territorio megalítico del entorno del dolmen del Guadalperal, en el embalse de Valdecañas, que nos ha sido encargado por el Ministerio de Cultura. En este proyecto hemos intervenido arqueológicamente en el dolmen del Guadalperal, que ha quedado visible con la bajada del pantano. Esperamos obtener buenos datos y cronologías C14 para las más antiguas instalaciones de la prehistoria reciente en el entorno de este dolmen. Cabe destacar que es la primera vez que el monumento se interviene arqueológicamente desde principios del siglo XX y aunque ha sido un trabajo muy duro por las condiciones de acceso y por el terrible calor, los resultados han sido muy interesantes y serán dados a conocer en una sesión conjunta con técnicos y responsables del Ministerio de Cultura. En paralelo, estamos excavando un túmulo en la localidad de Bohonal de Ibor, con el apoyo de su Ayuntamiento y los correspondientes permisos de la Junta de Extremadura.

Publicado en: Entrevista