Un estudiante de la UAH, ganador de los Premios Schindler España con el proyecto ‘Oportounidades'

Elías Sancho de Agustín, estudiante de Arquitectura en la Universidad de Alcalá, es el reciente ganador de la 6ª edición de los Premios Schindler España, que valoran la calidad y la innovación en el uso de los elementos de transporte que sirvan para facilitar la movilidad.

El galardón va acompañado de una dotación de 12.000 euros para el alumno y otros 12.000 en forma de convenio de colaboración para la Escuela de Arquitectura de la UAH. Elías ha ganado el premio con su Proyecto Fin de Carrera, ‘Oportounidades’. En esta entrevista habla de su trabajo y de sus perspectivas

Elías Sancho.

de futuro.

-Imaginamos que está muy contento con este reconocimiento de Schindler…
-Mucho, ahora siento que todo el esfuerzo que supuso la realización del proyecto mereció la pena. Estoy muy agradecido a Schindler por haber valorado mi propuesta y por su aportación a la Escuela de Arquitectura. Estoy orgulloso de ver que la formación recibida trasciende más allá de la Universidad. Han valorado nuestro trabajo desde fuera, el mío y el de todos los docentes que han intervenido de esa facultad ‘pequeñita y familiar’ de la Universidad de Alcalá. Eso quiere decir que se están haciendo las cosas bien.

-Háblenos del proyecto ‘Oportounidades’
-Mi interés por Oporto surgió en un curso de proyectos que hice en mitad de carrera. Pude visitar Oporto años más tarde y me impresionó tanto la ciudad que no lo dudé. El proyecto surge de la interacción propia con la ciudad, después de localizar una serie de problemas e intentar abordarlos desde un punto de vista global, no tanto desde un objeto construido aislado.
La ribera del Duero ha ido quedando abandonada con la construcción de los puentes, llevándose los flujos urbanos a las cotas altas y haciendo del valle del río una ‘periferia interior’ en la que encontramos numerosas industrias abandonadas al pie del agua, estrechos caminos sin pavimentar paralelos al río, escasa iluminación etc. Mi proyecto trata de localizar las antiguas infraestructuras abandonadas (edificios, muelles, solares) y reactivarlas, conectándolas con la actividad urbana de las cotas altas. Propone cuatro estrategias independientes, que suman y pueden desarrollarse por fases: dispositivos de comunicación verticales (escaleras y ascensores) que conectan los nodos de intercambio más intensos de la red superior existente (estaciones, paradas de metro o bus, aparcamientos) con puntos concretos de las cotas bajas; un carril bici-peatonal en paralelo al río, que aprovecha los caminos existentes y conecta linealmente toda la ribera por ambos márgenes; la reactivación de los puertos abandonados y ampliación de los activos, implantando una red de transporte público fluvial, que permitiría cruzar de orilla (hoy solo se puede por un punto en toda la ciudad) y nuevos programas en los grandes edificios industriales abandonados, ya que muchos de ellos solo necesitan una sencilla reparación de la cubierta para volver a ser habitables (tenemos en Madrid los ejemplos de la Tabacalera de Lavapiés o el Museo Reina Sofía con dos actitudes ante el patrimonio muy diferentes, pero ambas válidas). Finalmente se desarrolla una propuesta arquitectónica en uno de estos edificios abandonados, el Casino da Ponte, junto al puente de Don Luis, del ingeniero Eiffel.

-En su proyecto habla de instalar escaleras y ascensores en el entorno del río Duero, en Oporto, para mejorar la movilidad y la accesibilidad ¿no sería muy costoso?
-No, todo lo contrario. Son soluciones que favorecen un modelo de movilidad peatonal y, por tanto, sostenible. Si bien pudiera suponer una alta inversión inicial, se vería compensada rápidamente con los notables flujos urbanos que canalizarían. Además, su impacto ambiental es prácticamente nulo. Desde mi punto de vista sería más costoso aún el urbanismo de redes para el transporte privado.
En la actualidad es realmente un problema tener que subir o bajar la pronunciada topografía de Oporto con 80 años o con una silla de ruedas, o ir al trabajo en la ribera y verse obligado a callejear por estrechas calles y tener que buscar aparcamiento. No es muy habitual, pero la implantación de ascensores o escaleras mecánicas en exteriores viene siendo una solución utilizada últimamente, sobre todo en el acceso a cascos históricos y podemos verlo en ciudades como Toledo, Pamplona o Cartagena. En Lisboa, por ejemplo, podemos ver ascensores construidos hace más de cien años.

-¿En qué trabaja ahora y cuáles son sus perspectivas para el futuro?

-Desde que entregué el PFC tengo muchos frentes abiertos... ¡a veces pienso que demasiados! Lo primero que hice fue colaborar en una exposición en Cuenca sobre la obra del artista Ai WeiWei y mientras tanto comencé a formar parte de una apasionante aventura como emprendedor en la que estoy ahora inmerso. Se trata del diseño de diversos productos elaborados íntegramente en madera; algunos de ellos ya tienen prototipo. Muy pronto publicaremos la web y esperamos que tenga buena acogida.
Por otro lado trabajo desde hace tres meses en un estudio de arquitectura y estoy teniendo la posibilidad de ver proyectos de cierta envergadura, que no tardarán en ejecutarse. Lo compagino además con mi primer encargo propio, una reforma para un local de 500m2 que albergará un centro de atención a la diversidad funcional. Estoy muy ilusionado y agradecido a quienes me han dado la oportunidad y han confiado en mí nada más terminar la carrera.
En cuanto al futuro, espero integrar estas actividades en un estudio propio, enfocado al diseño apoyado en tecnologías de fabricación digital. Creo que se puede mezclar la labor artesanal con las nuevas herramientas. Creo además que los jóvenes tenemos que arriesgar y apostar sin complejos por mostrar nuestra visión de la arquitectura, sin esperar a que ‘nos lo permitan’ las estructuras existentes. La sociedad está cambiando y no es que nos debamos adaptar, es que es nuestra responsabilidad participar activamente de estos cambios. Nos hemos formado para ello, tenemos la mente abierta y somos críticos. Debemos proponer, opinar y posicionarnos.

 

Publicado en: Entrevista