Enrique Castaño Perea: ‘La arquitectura española es prestigiosa y reconocida en todo el mundo’

Enrique Castaño Perea acaba de tomar posesión de su cargo como director de la Escuela de Arquitectura de la UAH. Como él mismo afirma, ‘llevo casi 30 años sin bajarme de la pizarra y otros 20 años gestionando profesores’.

 

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Enrique Castaño Perea fotografiado en la Escuela de Arquitectura de la UAH

En esta amplia trayectoria docente e investigadora, diez años han transcurrido en las aulas de la Universidad de Alcalá, en donde ha tenido diversos cargos, desde subdirector de departamento a secretario de la Escuela de Arquitectura. En la actualidad tiene la responsabilidad de su dirección y gestión. Hablamos con nuestro entrevistado sobre el reto de dirigir la escuela, su experiencia profesional o sobre la situación en el presente de la arquitectura española.

-¿Cómo afronta este nuevo reto como director de nuestra Escuela de Arquitectura?

Con responsabilidad y mucha ilusión. Es un paso importante para mí y para la escuela después de una etapa que se ha prolongado durante 13 años con la magnífica dirección de Pilar Chías, que la ha dejado en un posición muy consolidada y reconocida. Ahora toca el continuar con su legado y hacerlo madurar. Para conseguirlo, tengo la suerte de tener un colectivo de profesores, PAS y estudiantes con muchas ganas y con los que me siento plenamente respaldado.

-¿De qué manera su expertise se va a ver reflejado en el cargo? ¿Qué puede aportar desde su conocimiento y amplia trayectoria previa?

Espero que mucho. Llevo más de 30 años en la educación, y en todas las etapas educativas en las que he pasado he asumido puestos de gestión. En el instituto fui jefe de estudios, y en otra universidad he sido director de departamento. Y ya en la UAH, en los 10 años que llevo, he sido secretario de la escuela y subdirector del departamento, por lo que entiendo que tengo un bagaje suficiente para afrontar ahora este reto de dirigir la Escuela de Arquitectura.

-¿Qué proyectos nuevos va a impulsar?

Es el momento de crecer como escuela y de conseguir una identidad propia, aunque lo primero sería consolidar el grado de Arquitectura Técnica en Guadalajara y la plantilla de profesores. A partir de entonces tendremos que proponer nuevos grados, como el de Diseño de Interiores o en Ciudades Sostenibles (Smart Cites). Además de algún máster que complete nuestra oferta docente, como el de Imagen y Métrica en Arquitectura.

También tendremos que fomentar la investigación como una rama de identidad de la escuela. Es el momento de que la investigación se desarrolle con grupos de investigación potentes y que supongan la consolidación de nuevas carreras profesionales.

-¿Qué huella le gustaría dejar en su dirección?

A todos nos gusta que se nos reconozca por nuestro trabajo. Aunque creo que después de la etapa ya pasada de unión de centros en la que nos fusionamos los arquitectos con los arquitectos técnicos; es el momento de que la escuela crezca y se consolide con su propia identidad y sea claramente reconocible. Hay que conseguir que los alumnos y profesores se sientan orgullosos de ella, y lleven la ‘marca’ escuela de arquitectura por todo el mundo global. Y si puedo hacer algo para conseguirlo, en ello me empeñaré.

-Aunque es muy extensa, pero ¿podría hablarnos brevemente de su trayectoria profesional y docente?

Como ya he dicho, antes de finalizar la carrera ya estaba dando clase en un colegio, por lo que he tenido una trayectoria fundamentalmente docente y de gestión. Muy pronto saqué la oposición de profesor de dibujo en un instituto. Después de diez años con los ‘más pequeños’, donde fui el jefe de estudios, accedí a una universidad privada, donde ejercí durante otros diez años de profesor de diferentes titulaciones. Ahí me formé como docente y también en el mundo de la gestión universitaria; ya que asumí diferentes roles, entre ellos, la dirección de un departamento de 90 profesores, además de hacer varios planes de estudio para el EEES. Por tanto, llevo casi 30 años sin bajarme de la pizarra y otros 20 años gestionando profesores.

En paralelo, no he olvidado la faceta de investigación que nos obliga a todos los profesores universitarios. La he centrado en el mundo del archivo de arquitectura y en la imagen aplicada al patrimonio.

-¿Por qué razón quiso convertirse en arquitecto?

Cuando me preguntan sobre ello, siempre he dicho que a los 14 años ya decidí que quería ser arquitecto. Siempre me gustaba dibujar por lo que me empeñé en ello. Cuando acabé el COU, lo tenía claro. Conseguí acceder a la Escuela de Madrid donde acabé la carrera, disfrutando desde el primer momento y manteniendo la pasión por la arquitectura que he trasladado a la docencia. Ya que, por circunstancias personales y las diferentes crisis económicas, no me he dedicado profesionalmente al ejercicio de la profesión.

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El nuevo director de la Escuela de Arquitectura, Enrique Castaño, durante su toma de posesión

-¿Cómo ve la arquitectura en este momento en España?

La arquitectura española es prestigiosa y reconocida en todo el mundo. Tenemos magníficos referentes de primera línea, pero además tenemos unos magníficos profesionales que están haciendo una arquitectura comprometida con los tiempos que corren y de gran valor. Seguramente necesitaríamos hacer un esfuerzo por acercarnos más a la sociedad respondiendo a sus necesidades y para que entiendan mejor la labor que hacemos.

-¿Cuál es el futuro de la arquitectura en nuestro país?

La arquitectura actualmente está en un momento difícil ya que arrastramos una crisis de la que nos está costando salir especialmente en sectores como el nuestro. Debemos diversificar nuestras actividades, y aceptar nuestro encaje en un mundo global donde se han perdido muchas de las profesiones tradicionales. La arquitectura ya no es la profesión liberal de antaño donde se organizaban en grandes estudios con cientos de proyectos; sino que es una profesión en evolución y debe atender nuevos retos y especializarse. Hay que entender que ahora en España puede haber uno 60.000 arquitectos y la situación no es tan favorable, por lo que deberemos aprender a ser más útiles para la sociedad desde otras situaciones y especialidades, aprovechando nuestra amplia formación tanto en ámbitos artísticos como técnicos.

-¿Qué se podría hacer para mejorar la profesión?

Como todas las profesiones, la arquitectura tiene que evolucionar, en particular en estos tiempos donde la globalización provocada por las nuevas tecnologías y los viajes low cost nos afectan a todos. Para ello habrá que romper corporativismos, ser más generosos con el trabajo del resto para sumar y no competir. Es el momento del trabajo en equipo, de las coordinaciones, las sinergias y de romper los viejos estatus clasicistas. La arquitectura tiene que estar pegada a la realidad, hacerse desde las necesidades y atender a las mismas.

-Por último, ¿qué mensaje quiere mandar a la comunidad universitaria?

Que la Escuela de Arquitectura empieza una nueva etapa, con muchas ganas de dejar huella gracias a su buen hacer, gracias a sus magníficos profesores, alumnos y personal de administración y servicios, y que pretende aprovechar al máximo las oportunidades que la universidad le va a prestar para ser un referente de buenas prácticas y, de esta manera, formar a los mejores alumnos de arquitectura posibles.

En definitiva, la arquitectura española todavía tiene mucho que decir en nuestro país, desde otros enfoques más globales que, sobre todo, den respuesta a las necesidades de la sociedad. Por eso necesitamos arquitectos formados y especializados, función a la que aspira, como ha afirmado Enrique Castaño Perea, la Escuela de Arquitectura de la UAH.

 

Publicado en: Entrevista