Trallero ha recibido recientemente el Premio de Investigación Histórica y Etnográfica de Guadalajara

Antonio M. Trallero.

‘Layna Serrano’ por el trabajo titulado ‘Mudéjar, pervivencia del mudéjar y neomudéjar en la arquitectura de la ciudad de Guadalajara’, fruto de una tesis doctoral llevada a cabo en el Departamento de Historia y Filosofía de la UAH, que otorga la Diputación Provincial de Guadalajara.

-Profesor, imaginamos que está orgulloso de que su ciudad le haya reconocido con este premio
-Se trata de un premio importante y es una satisfacción inmensa haberlo obtenido, sobre todo por lo que supone de reconocimiento al trabajo realizado. Yo soy Doctor en Arquitectura, pero también soy un enamorado del arte y este premio es fruto de la tesis doctoral que he realizado tras mis estudios de Historia del Arte en la Universidad de Alcalá.

-Por tanto, en la tesis se combinan ambos conocimientos. Imaginamos que eso le ha permitido profundizar aún más si cabe en los ‘testigos’ del arte mudéjar que aún se pueden observar en edificios religiosos y civiles de Guadalajara…
-Esa ha sido la intención y espero haberlo logrado porque, desde luego, si hay un estilo que define a la ciudad de Guadalajara, este es el mudéjar. Se trata de un estilo ‘especial’, que se da en la España reconquistada y es el resultado de una convivencia cultural. Se caracteriza por el empleo de sistemas estructurales sencillos, eminentemente prácticos, y materiales de construcción “baratos”, en el que tiene una gran importancia la decoración. En la tesis doctoral estudio tanto la arquitectura mudéjar conservada en

La galería del Palacio del Infantado es un claro ejemplo del estilo mudéjar en Guadalajara.

Guadalajara como la no conservada –a través de fuentes gráficas- y hago un rastreo para mostrar cómo ha pervivido de muchas maneras hasta hoy y ha convivido con nuevas corrientes historicistas en el siglo XIX, en lo que denominamos neomudéjar.

-Una tesis siempre es una laboriosa investigación, ¿para qué le gustaría que sirviera?
-Esta tesis ha sido una forma de reivindicar la conservación de los pocos restos mudéjares que quedan en Guadalajara y también la memoria; un llamamiento a que se traten con mimo los restos que están apareciendo últimamente, como los localizados en el Alcázar Real, San Andrés o San Esteban y los que sin duda, seguirán apareciendo.

Publicado en: Entrevista