El fotoperiodista Fidel F. Raso, Premio Manu Leguineche
El Premio Internacional de Periodismo ‘Cátedra Manu Leguineche’, de la Fundación General de la UAH, ya tiene cuarto ganador. Se trata del fotoperiodista Fidel F. Raso, que lo recibe ‘por su compromiso y trayectoria en el ejercicio del periodismo, tanto con su cámara como con su pluma, destacando por su compromiso con la verdad, por querer contar en primera persona lo que pasa, por el control a los poderosos y, sobre todo, por su humildad, por lo que se ha visto a menudo entre ‘el fuego cruzado’ de las intolerancias’.
El Premio Internacional de Periodismo ‘Cátedra Manu Leguineche’ está convocado por la FAPE, la Diputación Provincial de Guadalajara, La Universidad de Alcalá, la Fundación General de la Universidad de Alcalá y el Ayuntamiento de Brihuega, municipio en el que vivió Manu Leguineche. Pretende honrar los valores periodísticos de la curiosidad, el rigor profesional, el afán por viajar y la honradez que tanto cultivó el ‘jefe de la tribu’, como era conocido Leguineche. Este Premio tiene una
Fidel F. Raso. |
dotación económica de 8.000 euros y el galardonado es nombrado también profesor honorífico de la UAH.
El jurado que otorga el Premio ha estado formado por el presidente de la Diputación Provincial de Guadalajara, José Manuel Latre, la directora general de la Fundación General de la UAH, María Teresa del Val, y los vocales Jesús Picatoste, Pedro Erquicia, Marisa Ciriza, Jesús Coterón y Mariano Guindal, actuando como secretario Carlos Sanz.
Fidel F. Raso se suma a una lista de premiados en la que ya se encuentran Javier Espinosa, reportero de El Mundo, Roger Jiménez, ex defensor del lector en La Vanguardia y la periodista mexicana Lydia Cacho.
La trayectoria
Fidel Fernández Raso, miembro de la FAPE desde 1987, es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco, diplomado en Estudios Avanzados (DEA) y ha realizado varios cursos de doctorado sobre Nuevas Tendencias en los Medios y Soportes de la Información Periodística. Sus inicios profesionales fueron en el País Vasco, en los llamados ‘años de plomo’, cubriendo unos 100 atentados terroristas para Diario 16. También ha sido enviado especial en diferentes acontecimientos internacionales como la Guerra del Golfo, la caída del Muro de Berlín (1989) o las primeras elecciones democráticas en Alemania del Este (1990) y Rusia (1991), entre otras. En los últimos años ha abordado distintas miradas sobre la inmigración, el narcotráfico y el terrorismo desde las fronteras de Ceuta y Melilla y el Estrecho de Gibraltar.
-Es una satisfacción recibir un premio que lleva el nombre de un maestro…
-Para mí es un honor tanto por Manu Leguineche como por la UAH, que es un referente en la educación universitaria. Son dos altas referencias para un periodista que también es universitario.
-La vida de un fotoperiodista que ha tenido que ser testigo de determinados acontecimientos está llena de crudeza, pero también es un privilegio vivir determinados momentos…
-Tal vez si lo piensas fríamente a veces puedes sentirte un privilegiado…pero sobre todo es duro, muy duro. Es inevitable, cuando observas la tragedia y el sufrimiento, plantearte si tu función debe ser hacer fotos, porque ese es tu trabajo, igual que el de otros es el de asistir a las víctimas.
-¿Cómo mira un fotoperiodista?
-Esa es una pregunta de múltiples respuestas. Seguramente cada reportero tiene su propia forma de mirar…Miro con la conciencia clara de que tenemos que hacer nuestro trabajo, que es hacer fotografías. No somos agentes de seguridad, no somos personal de ayuda sanitaria... Estamos en ese momento, en ese lugar, porque nuestra función es informar y nuestra responsabilidad es hacerlo de la forma más veraz y completa posible. Ese es nuestro papel en el presente y ante la historia. Hemos comprendido muchos acontecimientos de nuestra historia contemporánea gracias a que en algún momento alguien estuvo ahí con su cámara, de ahí el papel imprescindible del periodista en los escenarios donde se produce la información.
-Usted ha reivindicado el oficio del periodista en el acto de entrega del Premio
-La esencia del periodista es estar donde suceden las cosas y tratar de conocer de la forma más veraz y completa posible lo que está al alcance de la comprensión del profesional. Y eso es insustituible e imprescindible. El periodismo no debe caer en la tentación de ser sustituido por la tecnología. Lo importante debe seguir siendo el contenido. Ya lo advirtieron Manu Leguineche y García Márquez en su día. La tecnología tiene que ser siempre un medio, una vía para desarrollar mejor nuestro trabajo. Y tenemos que tener presente siempre que informar más rápido no es informar mejor, igual que tener una exclusiva no significa ser el primero, sino ser el mejor. Nuestro objetivo tiene que ser siempre la veracidad y la calidad de la información. Nuestra mejor herramienta tecnológica somos nosotros, los seres humanos, máquinas que también tenemos moral…
-¿Cómo ve el futuro de la profesión?
-El periodismo no se entiende si no hay veracidad, si no hay rigor, si no hay calidad. Esto es lo que genera confianza a la gente, a la sociedad. El resto es otra cosa. Tenemos que trabajar por recuperar esa confianza en todos los ámbitos.
-¿Cuál es la foto que nunca habría querido hacer?
-Nunca me lo he planteado. Pensaré en ello...
-¿Y la que le gustaría hacer?
-Me gustaría captar una imagen en la que el pie de foto indicara: la sociedad y el periodismo recuperan la confianza y la ilusión.
(fotos cedidas por Fidel F. Raso)
Publicado en: Entrevista