El Brexit ya es un hecho ¿Ahora qué?



Con el inicio de septiembre vuelven a brotar con intensidad temas que el verano dejó languidecer. El parlamento británico puede incluso debatir este mes si el Brexit requiere de un nuevo referéndum, tras recibir una petición ciudadana para que el Reino Unido celebre otra consulta sobre la permanencia en la Unión Europea (UE), que ha superado los cuatro millones de firmas.

El profesor y director académico del Centro de Documentación Europea y del Centro de Excelencia sobre Integración Regional de la UAH (IELAT) Carlos Jiménez Piernas, opina en esta entrevista sobre la nueva situación que se abre en Reino Unido (RU) y en la UE tras el triunfo del Brexit.

-¿Ha sorprendido a los expertos que prosperase el Brexit en Reino Unido?

Carlos Jiménez Piernas.


-Se venía informando que el resultado sería muy ajustado e incluso que ganaban por poco los partidarios del Brexit. Pero también se aireó un escenario similar en el referéndum escocés y al final ganaron los partidarios de mantener la Unión por un 10% de diferencia… En mi caso, confiaba que sucediera algo similar y, al final, ganaran los partidarios del 'Remain'. Es cierto que la opción racional era la de la permanencia y a los profesores y expertos nos pierde en ocasiones la razón. Mucha gente ha votado con el corazón y no con la cabeza, influidos por la mala prensa que ha sufrido desde siempre Bruselas en el Reino Unido y por una campaña de propaganda bien orquestada de medias verdades y falsedades en contra de la integración europea, porque es pura ilusión pensar que los problemas del Reino Unido derivados de la globalización, la deslocalización industrial, la competencia feroz del mercado de trabajo en los países emergentes, la avaricia sin límites de las grandes empresas para lograr plusvalías allá donde haya ocasión, o los flujos migratorios, se resolverán mágicamente saliendo de la Unión Europea. El paso del tiempo dictará sentencia.

-El Brexit dibuja otro mapa europeo, incluso con repercusiones globales. En particular, ¿hasta qué punto perderá peso una UE sin el RU?
-Es difícil cuantificar a ciencia cierta, en el momento presente, la reducción de peso que sufrirá la UE tras la marcha del RU que, conviene advertirlo, llevará muchos trámites y tardará en producirse. Conviene, pues, transmitir que en beneficio de ambas partes el proceso será lo más pacífico posible. Hay una reducción del peso comercial, del PIB de la UE, etc. Pero son números brutos. Habrá que afinar más cuando se produzca de verdad la desconexión. Por citar un ejemplo obvio, la UE se hará mucho más chica en el ámbito de la defensa (el RU tiene quizás el ejército más potente y eficiente de la UE). Pero el RU no tenía el mínimo interés, más bien todo lo contrario, en crear una potente política común de seguridad y defensa. Creen solo en la OTAN, de forma que en este caso la pérdida es muy relativa. Insisto, hay que afinar el análisis y todavía es prematuro hacer cuentas. Fuera de constatar que se trata de una gran derrota política para la construcción europea.

-¿Puede haber marcha atrás?
-Ahora mismo es impensable. De hecho, la constitución del nuevo gabinete británico tras la dimisión de David Cameron, con la inclusión de partidarios del Brexit en carteras claves, prueba claramente que la decisión se considera políticamente firme y ya se han puesto a trabajar para hacerla posible en un plazo de tiempo razonable. Hablan de enviar la famosa carta prevista en el art. 50 del Tratado de la Unión Europea, por la que se pondrá en marcha el mecanismo de salida, a fines de año. No habían previsto nada. Quizás confiaban en ganar el referéndum o bien ha sido por simple incompetencia. No obstante, tampoco se ha producido ningún cataclismo tras el Brexit, los mercados lo han asumido relativamente bien y las instituciones financieras internacionales están trabajando para que todo siga su curso sin dramatismos, en beneficio de todos.

-¿Puede beneficiar de algún modo a España la salida del RU?

-Es el cuento de la lechera. Habrá que verlo. Es cierto que corre el escalafón. Pero la UE se ha hecho muy compleja y no basta pensarla recurriendo a la tópica diferencia entre Estados grandes y pequeños. Existen otras diferencias, por ejemplo la que separa a los Estados acreedores (como Holanda) de los deudores (como España); a los cumplidores (los nórdicos) de los incumplidores (los mediterráneos), etc. Y ahí las cuentas no son favorables para España. Acabamos de pasar por el suspense de si nos multaban por el déficit presupuestario, superado en el último instante gracias a la comprensión y presión de Alemania. Un socialdemócrata holandés preside el Eurogrupo después de haber derrotado con claridad a Luis de Guindos en la correspondiente votación. Perdimos el puesto en el Consejo de Dirección del Banco Central Europeo a pesar de que el RU no contaba porque no está en el euro… En fin, España ha perdido mucho peso dentro de las instituciones, porque la UE se ha hecho más grande, hay más Estados miembros sentados a la mesa y hemos perdido la confianza de nuestros socios y la buena reputación ganada en los primeros tiempos de nuestra integración. Por tanto, de nuevo recomiendo lo mismo, afinar el análisis y esperar acontecimientos.

-¿Seguirán otros países miembros la estela del RU?
-Ahora mismo es prematuro avanzar nada al respecto. Es cierto que hay mucho ruido en torno a este tema de la emulación, sobre todo a cargo del nacionalismo y del populismo que se han extendido peligrosamente por toda la UE. Desde luego, el riesgo existe. Veremos cómo evoluciona la situación en Francia, sobre todo en Francia, donde el Frente Nacional posee mucha fuerza electoral. Sin olvidarnos de Austria, Holanda o Alemania. La gran recesión sufrida en Europa y de la que aún no hemos salido ha hecho mella en amplios sectores de la clase trabajadora y clases medias, echando por tierra las bondades del Estado de Bienestar en torno al que se había creado un consenso social suficiente. Los grandes escándalos de corrupción asociados a la crisis y la conducta nada ejemplar de las clases dirigentes en muchos países tampoco han ayudado... Así las cosas, la tentación de echar la culpa a Bruselas y hacer demagogia a costa de la UE es muy fuerte y resulta heroico resistirse. ¿Es responsable Bruselas (o Alemania) de la burbuja inmobiliaria o del saqueo, quiebra y desaparición de las cajas de ahorro españolas? Algo han podido hacer o tenido que ver, sobre todo a causa del mal diseño y de los problemas de gobernanza en la zona euro, traducidos en ausencia de regulación y controles que ahora se están corrigiendo, pero la responsabilidad principal ha sido nuestra.

 

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