Cuidar la piel toda la vida, no sólo en verano

 

El dermatólogo y profesor del Departamento de Medicina y Especialidades Médicas de la Universidad de Alcalá, Pedro Jaén, acaba de publicar una guía en la que explica la importancia de cuidar el órgano más grande del cuerpo, la piel.

 

 

- ¿De qué trata su libro Una piel para toda la vida?

Una piel para toda la vida es un recorrido a lo largo de todas las etapas vitales en la que repasamos de manera muy sencilla las características de la piel en cada una de ellas y los problemas que los dermatólogos vemos de manera más frecuente en nuestra consulta.

- ¿Para quién está indicada esta obra?

Es una guía básica para todo el mundo. De lo que se trata es de explicar por qué es tan importante cuidar la piel, ya que no solo es, como siempre se dice, el órgano más grande de nuestro cuerpo, sino que además refleja lo que nos ocurre por dentro. Muchas dolencias y alteraciones de salud se manifiestan claramente en la piel, que es la que nos avisa de que algo no va del todo bien.

- Profesor de la UAH, presidente de la Academia de Venereología y Dermatología, pasa consulta de forma pública y privada, ¿cómo compagina todas estas labores con su faceta de escritor?

Trato de rodearme de un buen equipo y escribir de lo que me apasiona, que es mi profesión y ayudar a mis pacientes.

- ¿Cómo ha afectado la pandemia a la piel?

En general, la pandemia por coronavirus ha perjudicado la salud de la piel de manera indirecta porque el estrés emocional asociado a esta situación anómala ha empeorado muchas patologías cutáneas como la rosácea, el acné, la dermatitis atópica o la psoriasis. De forma directa, la obligación de llevar mascarilla ha alterado la microbiota de la piel en el tercio inferior de la cara y ha desencadenado dermatitis perioral en muchos pacientes. Por otro lado, el uso de geles hidroalcohólicos ha deteriorado mucho la piel de las manos.

- ¿Qué recomendaciones puede hacer para cuidar nuestra piel de cara al verano?

La fotoprotección es uno de los mejores consejos que podemos dar los dermatólogos. Aunque en realidad se trata de un hábito que debemos mantener todo el año, sí es cierto que en esta época debemos extremar las precauciones porque pasamos más tiempo en el exterior y llevamos ropa menos cubriente. Hay que recordar que la radiación solar es responsable directa de que aparezcan manchas y arrugas de manera prematura, lo que llamamos fotoenvejecimiento cutáneo, pero fundamentalmente está relacionada con el cáncer de piel no melanoma y melanoma.

Por eso es conveniente usar cremas solares de amplio espectro con un índice elevado; generalmente recomendamos 30 para el cuerpo y 50 para la cara. Reaplicarlo a menudo, usar ropa ligera pero cubriente, sombreros de ala ancha y gafas de sol y evitar la exposición solar en las horas centrales del día (cuando la sombra que proyectamos es más corta que nuestra estatura).

Además, en verano debemos tener cuidado con la sudoración excesiva, el riesgo de dermatosis asociado a la humedad y consultar con el dermatólogo antes de hacernos cualquier tratamiento estético por si tenemos que cambiar algún paso de nuestra rutina cosmética o si debemos modificar el tratamiento que estemos siguiendo para algún problema dermatológico.

 

Publicado en: Entrevista