El urbanismo también puede tener perspectiva de género
El urbanismo es un reflejo de la sociedad que habita en las ciudades y en este se pueden apreciar problemas políticos, así como conflictos y desigualdades sociales. La profesora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alcalá, Josenia Hervás, explica qué es y qué características tiene el urbanismo feminista.
- ¿Qué es el urbanismo feminista?
- Cualquier disciplina se puede estudiar desde una perspectiva concreta, se trata de poner el foco, en este caso, en las mujeres. Por ello, se puede estudiar la historia de las ciudades desde una perspectiva de género.
Hace años que nos dimos cuenta de que las ciudades no eran accesibles para las personas que tuvieran una discapacidad física y los arquitectos, los urbanistas, los gobernantes y la sociedad en general trabajó para mejorarlo.
Del mismo modo, nos hemos dado cuenta de que la ciudad debe ser inclusiva y que debe facilitar la participación de toda la sociedad que la habita. En ella, toda la ciudadanía, incluidas las mujeres, que son el cincuenta por ciento de la población, debe sentirse cómoda y segura. Distintos estudios demostraron que muchas ciudades no eran seguras para las mujeres porque temían ir solas a determinados sitios. Algunas de las causas eran una mala iluminación de las calles o las aceras muy estrechas, porque las ciudades de los años 60 y 70 se habían diseñado para ir en coche de casa al trabajo. Todo ello generó una excesiva zonificación de los espacios. La sociedad ha cambiado y las ciudades se han quedado obsoletas en algunos puntos. Actualmente la gente demanda aceras más anchas para poder ir paseando, llevar un cochecito de bebé o una silla de ruedas. Tampoco es ahora una prioridad atravesar a gran velocidad la ciudad en coche, por ello se están desmantelando los scalextric y los pasos subterráneos peatonales que había en las grandes ciudades. Estos pasos, casi siempre mal iluminados, son un peligro para una mujer que camina sola ya que, en el caso de una agresión sexual, nadie la puede auxiliar desde la calle.
- ¿Qué características tiene?
- Realmente no tiene unas características específicas, no es un urbanismo sólo para mujeres. Es un contrapunto a la ciudad jerarquizada y busca una ciudad inclusiva, cómoda y segura con unas características policéntricas. Que toda la población pueda, en cada lugar de la ciudad, sentirse partícipe del espacio público y tener a su disposición los equipamientos básicos. No siempre las mujeres han sido libres para ocupar todos los espacios de la ciudad y en muchos lugares del planeta siguen sin serlo. Aún persiste en ciertas ciudades el concepto de que los varones viven para el espacio público y las mujeres para el espacio privado. Ellos tienen la oportunidad de la movilidad y ellas deben permanecer fijas, siempre en los mismos espacios. Ellos tienen la capacidad de arriesgar y ellas están obligadas a conservar ciertos valores que se suponen inmanentes. Sabemos qué características tienen este tipo de ciudades segregadas. Para mí, conocer cómo se siente una mujer en una ciudad y su capacidad de autonomía, es un termómetro para analizar si dicho lugar es asequible, inclusivo o agradable. En una ciudad donde la mujer no puede vivir sola, ni desplazarse sola, no será una ciudad segura para nadie: ni para la infancia ni para ninguna persona mayor.
Ahora, numerosas ciudades intentan poner en valor a mujeres con un interés relevante para la ciudadanía. Antes, sólo encontrábamos estatuas ecuestres de Reyes y prohombres, pero ahora también tenemos referentes femeninos en las esculturas, en las calles, en las estaciones, en las plazas. Buscamos que las mujeres se sientan parte activa de la ciudad que habitan.
Publicado en: Entrevista