"El novelista tiene que respetar la mirada del cineasta', dice Lorenzo Silva



El escritor Lorenzo Silva acaba de impartir en la Escuela de Escritura de la UAH un taller de autor titulado ‘Del contar al mostrar. Cuando el novelista va al cine’ para hablar sobre cómo se adaptan las novelas al cine y cuáles son las principales dificultades en la adaptación.

Es un escritor joven, pero ya alberga en su currículum un Premio Nadal: 'El alquimista impaciente'. Lorenzo Silva ha hablado en la Escuela de Escritura de su propia experiencia como adaptador de novelas a guiones de cine, ya que una de sus obras más conocidas, 'La flaqueza del bolchevique', es también una película.

Lorenzo Silva publicará su próxima novela en marzo.

-¿En qué ha consistido el taller?
-El taller era un taller de escritura y cine y también coincide que yo tengo la experiencia de haber escrito para el papel y la pantalla. La idea era hablar de ese puente intermedio que se produce en la adaptación, cuando una historia que ya está contada de forma literaria se pasa a contar de forma cinematográfica. Es un proceso que nunca es fácil, por muy cinematográfica que sea la novela, y muchas veces es conflictivo. De hecho la mayoría de los cineastas que trabajan con escritores acaban hartos de ellos y la mayoría de los escritores cuyas obras se han traducido al cine acaban despotricando y echando pestes de los engendros que han hecho los cineastas con sus excelsas novelas. Como yo he hecho el camino y he tenido la experiencia de hacer el viaje y también me lo han hecho otros, y lo que hemos intentado es que eso sea lo menos doloroso y lo más reconfortante posible para todos los implicados, en el taller intento hablar de las dificultades que hay, dónde suelen surgir los conflictos.
-Danos unas pistas para resolver las dificultades de las que hablas
-Básicamente la literatura y el cine son dos lenguajes narrativos diferentes y también hay que tener en cuenta otra idea, y es que el cineasta es un creador y tiene su propia mirada. El novelista que espere encontrar en la película que hacen sobre su novela su mirada se está equivocando, lo que tiene que hacer es aprender a aceptar la mirada que el cineasta aporta, porque no le queda más remedio que respetarla.
Por otra parte, la diferencia del lenguaje está en que en la literatura tú cuentas con la palabra y en el cine manda la imagen fundamentalmente, que en sí es muy limitada, porque sólo se puede mostrar lo que se puede fotografiar y a partir de ahí cuentas, sugieres, de una forma indirecta, no de forma directa, como haces con la palabra.
-Usted tiene una novela, 'La flaqueza del bolchevique', adaptada al cine y tuvo que hacer ese camino de forma personal...
-Sí, y de hecho cambié muchas cosas de la novela.
-¿Recomienda que el escritor sea el que adapte su novela al cine?
-No, eso depende. Yo creo que el escritor lo que conoce bien es su obra literaria; si es un buen adaptador o no dependerá de su implicación con el proyecto, de su capacidad para entender el cine, de su capacidad para trabajar para el proyecto cinematográfico... porque al final lo que importa es hacer una buena película.
-¿Qué puede aportar una buena película a la novela original?
-La película no aporta nada a la novela, lo que pasa es que a veces la difunde indirectamente. Sirve para refrescar la novela un poco e incluso para promover una cierta dialéctica con la novela que puede ser enriquecedora. Bueno, el cine ha aportado mucho a la novela, es evidente que todos los que escribimos ahora hemos sido alimentados con mucho cine en nuestro imaginario; pero que la novela en ese proceso de adaptación ni gana ni pierde, lo que puede ganar son las repercusiones de la novela.
-¿Qué está escribiendo ahora?
-Acabo de terminar una novela que se publicará en marzo. Es una novela policíaca con personajes que ya he utilizado varias veces...
-Usted es un autor muy prolijo...
-Bueno, llevo ya 30 años escribiendo y para mí esto siempre ha sido lo primero, y siempre he dedicado a la literatura lo mejor de mí mismo.
-¿Cómo está ahora el mundo editorial?
-Está un poco convulso. Hay libros que venden muchísimo, hay otros que no venden nada, y se está planteando ya el mundo digital. No acaban de arrancar los modelos, pero se prevé que haya un cierto cambio. Quizá no tan brusco como en la música, porque yo creo que el libro tiene más empaque que la industria del disco. Pero algo va a cambiar y hay una cierta inquietud...
-¿La crisis económica ha afectado a los libros?
-Yo no observo que haya una crisis. Probablemente la crisis económica no haya sido mala para la lectura. La gente ya no puede ir a quemar los euros alegremente en copas y en chorradas como lo han estado haciendo hasta hace muy poco tiempo; entonces, ahora, tener entre las manos un buen libro que, si es de bolsillo, te puede costar 7 euros, te garantiza cuatro tardes estando a gusto contigo mismo, y es una buena opción, creo yo. Y de hecho hay gente que está leyendo muchos libros ahora. Yo, personalmente, no he notado la crisis, tengo más trabajo que tenía hace un año. Quizá en tiempos como estos hay que tomar conciencia de ciertas cosas y no ir tan atropellados como hemos ido, y creo que a eso puede ayudar la literatura.

Publicado en: Archivo con buena letra