Sara Aliácar, una científica ambiental licenciada en la UAH, entre lobos



Sara Aliácar
formó parte de la última promoción de la licenciatura de Ciencias Ambientales en la UAH, ahora Grado en Ciencias Ambientales.

En los últimos tiempos ha trabajado en el proyecto LIFE MedWolf, cuyo objetivo es la conservación del lobo y su coexistencia con la actividad humana.

-Sara, ¿cómo recuerdas tu paso por esta Universidad?

-Acabé en 2012 y solo puedo decir que tuve asignaturas y profesores fantásticos que me motivaron y me inspiraron. Lo que más disfruté y aproveché a lo largo de la carrera fueron las prácticas y, en especial, las salidas de campo. Gracias a ellas pudimos ver, tocar, entender, aplicar y aprender con mayor profundidad. Otras vivencias muy importantes para mí fueron la experiencia de cooperación en Nicaragua con el XI Campus Social en Centroamérica, la beca de intercambio que tuve la oportunidad de disfrutar en la Universidad de Umea y, por supuesto, el Erasmus Prácticas.

Sara Aliácar
-¿Cómo te involucras en el proyecto LIFE MedWolf y en qué consiste?
-El proyecto LIFE MedWolf se está desarrollando en Italia y Portugal y tiene como objetivo promover la presencia estable del lobo en regiones rurales de la provincia de Grosseto, en Italia, y en los distritos de Guarda y Castelo Branco en Portugal, mediante la reducción de los conflictos con las actividades humanas. Estas regiones se caracterizan por haber perdido en gran medida los hábitos de coexistencia con el lobo. El Proyecto pretende aumentar el conocimiento sobre la situación del lobo, tanto a nivel técnico (realización de censos, formación de gestores, técnicos y profesionales involucrados en la conservación a nivel local y nacional y creación de grupos de trabajo de especialistas nacionales e internacionales), como social (sensibilización de la población local, prevención del furtivismo y acciones de comunicación y divulgación) y reducir los daños causados por los ataques del lobo a la ganadería mediante la prevención (entrega de perros de guarda, cercados eléctricos…).
Estoy involucrada en el MedWolf desde 2013, cuando realicé un Erasmus Prácticas con la asociación Grupo Lobo, la entidad coordinadora del proyecto en Portugal. En 2014 continué como técnico de campo responsable de las tareas de censo y seguimiento de la población de lobo en las áreas de influencia. En este momento estamos elaborando el informe con los datos y las conclusiones recogidas en 2014.

-Háblanos de tu trabajo, ¿qué haces y con qué fines?

-He recopilado información sobre el lobo a través de la recogida de muestras biológicas, fototrampeo, el registro y la interpretación de indicios y entrevistas a pastores, cazadores y ganaderos. También he asistido al trabajo del equipo canino de detección de lobos, una herramienta de monitorización pionera en la Península, y participado en diferentes acciones de formación y sensibilización.
Es fundamental que las decisiones de gestión y conservación de cualquier especie estén basadas en datos fiables y contrastables. Esto adquiere mayor importancia tratándose de una especie que desata tanta atención mediática y que es usada en la estrategia política, como es el caso del lobo.

-En España se ha podido recuperar la especie, pero el conflicto hombre y lobo persiste y los ganaderos, en algunas provincias españolas, rechazan su presencia. ¿Cómo se pueden conjugar los intereses de unos y otros para garantizar una ‘convivencia’ en paz?
-En mi opinión, lo primero que resulta fundamental es que existan los canales de comunicación adecuados entre ganaderos y gestores de la especie para que los primeros puedan transmitir los problemas a los que se enfrentan y expresar sus propuestas y también para que los gestores puedan informar y explicar las medidas que se adoptan. En segundo lugar, la Administración debería destinar ayudas a la implantación de medidas de protección del ganado y conjugarlo con una compensación justa y eficaz de las pérdidas cuando se produzcan. También es importante garantizar que el lobo tenga otras alternativas nutricionales diferentes a los animales domésticos en esa área.

-¿Qué aporta el lobo en los ecosistemas donde habita?
-Tradicionalmente, su papel como depredador mantiene la salud de las poblaciones de las que se alimenta. Los lobos cazan los individuos más débiles: los que están enfermos, los más viejos y las crías. Por ejemplo, en la Reserva Regional de Caza de Sierra de la Culebra, las poblaciones de ciervos se encuentran en un estado excelente gracias a la acción selectiva del lobo: en el mundo de la caza lo consideran uno de los mejores lugares para la caza de trofeo y para el sector del ecoturismo es un lugar excelente para la observación de fauna, entre la que se incluyen lobos y ciervos. Este año ya se ha constatado que la región ha recibido más beneficios económicos por el ecoturismo ligado al lobo que por su caza. En Sierra Morena se habla de que la recuperación de las poblaciones de lobo tendría gran relevancia, ya que los ciervos son tan abundantes que están ejerciendo una presión excesiva sobre los pastos y la vegetación del entorno. El lobo también es carroñero y se puede alimentar tanto de cadáveres de animales salvajes como de restos producidos por las actividades humanas.
En cualquier caso, el lobo es una pieza fundamental de los ecosistemas donde habita, ya que contribuye a mantener su complejidad, funcionalidad, riqueza natural y también patrimonial, pues forma parte de nuestra cultura y nuestro imaginario colectivo.

-Un consejo para los estudiantes de Ciencias Ambientales que te lean y no tengan claro su futuro

Que elijan lo que les haga disfrutar, porque así siempre merece la pena. Y que no se dejen arrastrar por el desánimo ni por ‘los imposibles’ y trabajen por lo que creen.

Publicado en: Archivo antiguos alumnos