En esta edición, el Premio Individual a los Valores de Convivencia ha recaído sobre el profesor Ismael Martínez Liébana la Fundación Rodolfo Benito Samaniego, filósofo, escritor y profesor titular de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. El profesor Martínez Liébana perdió la vista a los nueve años de edad a causa de una meningistis infantil, la lucha, en los duros años de su adolescencia, por la adaptación a una realidad exterior no pensada ni diseñada para los invidentes, forjó en él un carácter fuerte, un espíritu metódico y disciplinado, y una voluntad decidida de superación y de adquisición de conocimientos. En 2002 logró la plaza de Profesor Titular de Universidad, y se convirtió en la primera persona invidente que alcanza la titularidad en una universidad española. Por otra parte, ha compaginado la actividad en el campo de la filosofía con un intenso trabajo en el campo de la discapacidad, el cual se concreta en el desempeño del cargo de Asesor de la ONCE desde 1993, y en el compromiso, teórico y activo, con la promoción de la educación especial, la superación de las barreras y la lucha contra la discriminación de las personas discapacitadas. La Fundación, este compromiso con la educación y esfuerzo por la consecución de igualdad de oportunidades en favor de colectivos vulnerables le hace justo merecedor de ete reconocimiento.

Por otra parte, el Premio Colectivo a los Valores de Convivencia ha sido concedido a la Fundación Educativa Universidad de Padres. Creada en el año 2008, la Fundación Educativa Universidad de Padres, es un centro de investigación educativo que tiene por objeto el desarrollo de un proyecto pedagógico y educativo dirigido a ayudar a los padres en el proceso educativo de sus hijos. La Fundación Educativa Universidad de Padres centra su objetivo en lo que denominan 'Educación del talento', inteligencia triunfante: aquella que acierta a elegir las metas y consigue alcanzarlas. Sus investigaciones han conducido a identificar seis grande obejtivos que el niño debería adquirir hasta los 16 años de manera que le permitiran situarse en un buen lugar para alcanzar una vida saludable, digna y plena. El mayor de sus objetivos es que que cada uno de los niños desarrolle su inteligencia al máximo de sus posibilidades, es decir, que desarrollen todo su talento. La Fundación Rodolfo Benito Samaniego considera esta tarea fundamental para un crecimiento y desarrollo sano de la sociedad, es por ello que, con la concesión del Premio a los Valores de Convivencia, le concede su mayor reconocimiento.

Finalmente, el Premio a la Innovación Tecnológica, en el que se reconocen y distinguen los trabajos realizados como Proyectos Fin de Carrera, valorados por sus propios méritos y teniendo en consideración los criterios establecidos en las bases del Concurso convocado al efecto, especialmente aquellos relacionados con temas sociales, humanitarios, de desarrollo sostenible, seguridad, salud y/o mejora del medio ambiente, y que se falla con la inestimable colaboración del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid y la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid, ha recaído en esta ocasión en Sara García Jiménez, de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid, por su proyecto 'Adaptación a normativa del requisito básico de ahorro energético en edificación singular. Metodología de actuación en edificación docente'. Igualmente han merecido sendas menciones honoríficas los trabajos que bajo los títulos 'Sistema distribuido de accionamiento, medida y visión integrados con manejo remoto seguro' y 'Dinámica de burbujas encapsuladas sometidas a un campo ultrasónico. Aplicaciones médicas' que han realizado, respectivamente, David Alcázar Llano, de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid y Myriam Travesí Ansón, también de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid.

La Fundación Rodolfo Benito Samaniego, creada en memoria de una de las víctimas de los atentados del 11 de Marzo de 2004, tiene como uno de sus fines fundacionales mantener el recuerdo de aquellos hechos y las personas que los sufrieron. Con la XI Entrega de Premios, la Fundación pretende seguir aportando un merecido y continuo homenaje a las víctimas del terrorismo a través del impulso del desarrollo y la innovación en el campo científico tecnológico, y mediante la promoción de los valores de convivencia, paz y libertad, ejes principales y motores fundamentales de la vida Rodolfo.

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