Vientos de cola y vientos de cara en el horizonte de la economía española



¿El crecimiento de la economía española se mantendrá a medio plazo o se vislumbran ya en el horizonte indicios de que la orientación de los vientos cambia a negativo?

Nadie tiene la respuesta exacta, pero el director del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social de la UAH, Tomás Mancha, estima que más allá de la situación política coyuntural que vive España, existen algunos indicios

Tomás Mancha.
de que el crecimiento económico puede desacelerarse en los próximos años.
A pesar de que España lleva 3 meses sin gobierno efectivo y no se percibe que la situación vaya a cambiar a corto plazo, en los últimos tiempos no ha habido alteraciones graves en la economía debido a lo que Mancha denomina ‘vientos de cola’: ‘vientos propicios para la economía española han sido la caída del precio del petróleo, la política monetaria de la Reserva Federal de EE.UU., la decisión del BCE de dejar a cero los tipos de interés, una medida que garantiza dinero barato y abundante, y la suavización de la senda de la política fiscal de la UE en relación con el cumplimiento de los compromisos en materia de déficit público…En definitiva, estamos en un contexto regional e internacional positivo que favorece el crecimiento de la economía española’, asegura el profesor.
Pero igual que vientos de cola, hay también ‘vientos de cara’, con un agravante: se trata en algunos casos de circunstancias estructurales en la economía española, muy difíciles de modificar.
España tiene un gran inconveniente para que su economía crezca: la demografía. En este país la tasa de fertilidad ( número medio de hijos nacidos por mujer una vez ésta ha completado su ciclo reproductivo), es ligeramente superior a 1, y eso acarreará un descenso en la población. ‘Vamos a perder población y lo que significa perder capacidad de crecimiento económico. Por razones obvias, esto no se cambia en 3 años, lo que supone una dificultad añadida’, señala Mancha.
Otro viento de cara es lo que algunos ya denominan ‘el estancamiento secular de Europa’. ‘Europa tiene menos capacidad de crecimiento y eso nos condiciona, porque el 80% de lo que exporta España lo hace a nuestros socios europeos’. En este sentido, parece que no se perciben vientos de cambio, sobre todo teniendo en cuenta que, según las previsiones, en el año 2050 el centro de gravedad económico estará en Asia. ‘China y la India gobernarán el mundo a nivel económico y eso puede ser un problema para las empresas españolas, que exportan muy poco aún a estos países’. En definitiva, la globalización no juega mucho a nuestro favor.
Otro problema que tiene España, en opinión de Mancha, es la educación: ‘ cuando competimos en análisis internacionales, como el Informe Pisa de la OCDE, salimos mal parados en Educación Secundaria. Eso tiene que ver con razones más políticas que económicas: hace 30 años que las políticas educativas en España se modifican al mismo ritmo que cambian los gobiernos. Además, hay un altísimo porcentaje de fracaso escolar... La educación siempre es un factor que impulsa el crecimiento y, si juega en contra, es un viento de cara’.
Y algo que afecta especialmente a España, la desigualdad, también es un viento de cara. En España hay 8 millones de pobres y un país con esos niveles de pobreza tiene dificultades para crecer. ‘La pobreza está motivada, es evidente, por el alto nivel de desempleo y ahí sí que la política tiene mucho que decir. España siempre ha sido un país con un caso típico de histéresis - tendencia de un material a conservar una de sus propiedades, en ausencia del estímulo que la ha generado. En Economía se denomina histéresis al proceso que consiste en la acumulación de la tasa de paro de un período determinado como paro habitual para el período siguiente; es como si el desempleo del pasado retroalimentara el desempleo del presente…Y en la medida que esto no cambie, nuestra capacidad de crecimiento estará disminuida’.
Como consecuencia de la crisis, España tiene un elevado endeudamiento. ‘Las familias y las empresas están amortizando sus deudas, pero el sector público no ha llegado aún a su techo. Este año vamos a acabar con un nivel de endeudamiento del 100% del PIB y esta deuda de más de un billón (con doce ceros) de euros hay que devolverla. El problema que tenemos, además, es que la mayor parte de la deuda es externa, y eso genera desconfianza, porque la solvencia de un país está en su capacidad de crecimiento. Por eso es tan importante crecer, la tarjeta de visita de un país es su capacidad de crecimiento’.
Más allá de que los vientos se muevan de cara o de cola, lo importante es que el barco llegue a puerto. Y Mancha considera que ese objetivo pasa porque la economía española se digitalice. ‘Ya vivimos en un mundo digitalizado, donde la conectividad es ubicua y la banda ancha es generalizada. Esto ha propiciado la cuarta revolución industrial, el Internet de las cosas. Las empresas que se digitalicen serán las que tengan éxito; el resto estarán condenadas al fracaso’. Como se menciona ahora en más de un foro ´el problema no es que el pez grande se come al chico…sino que el pez rápido se come al lento’.